CRÍTICA ALBUM: Alimaña Hardcore - Odio & Ruido

Alimaña Hardcore - Odio & Ruido

1-Intro al ruido 2-Tu estupidez 3-Actitud cobarde 4-Ilegal 5-Inocentes 6-Ayúdame 7-Odio & Ruido 8-¿Qué nos queda? 9-Ilusión consciente 10-Mi familia 11-Hipócritas 12-Vicio en el servicio

  • Alimaña Hardcore
  • «Odio & Ruido»
  • (Maldito Records)

Odio & Ruido es el título del último trabajo de los sorianos Alimaña Hardcore. Un título más que acertado para este tercer disco, en el que no falta un ápice de odio, ni un ápice de ruido, entendiendo éste último con la acepción más positiva de su significado. El disco, grabado en los Estudios Sadman, en Madrid, y editado por Maldito Records, contiene 12 auténticas inyecciones, que seguro causan más impacto que cualquier chute de adrenalina. Tras la introducción del plástico, Intro al ruido, la sangre corre por las venas a un ritmo más que vertiginoso escuchando uno tras otro los once trallazos que le siguen. Un bajo bien definido, unas guitarras más que contundentes, un vertiginoso ritmo de batería, todo ello bien mezclado con esa voz a veces más, a veces menos gutural, que en cualquiera de sus vertientes rezuma rabia por los cuatro costados, han dado como resultado un disco no apto para cardiacos.

Ya desde el principio del disco con Tu estupidez, tema que nos ofrecieron de adelanto para ir abriendo boca hasta que el disco llegase a nuestras manos, queda patente toda la mala hostia, hablando mal y pronto, encerrada en este trabajo de los de Covaleda. Un título que bien podría servir para dedicarle a muchos de los especímenes que nos rodean, pero que en este caso se centra únicamente en todo lo que rodea a esa institución tan querida por muchos, llamada iglesia.

Sin recuperar el aliento tras esa dedicatoria -y con perdón, por la boquita que me está saliendo al escuchar el disco-, nos encontramos con otra bien clara, en Actitud cobarde. Y ésta, directa a los huevos de esos maltratadores que creen que la carencia de sentido común se puede suplir con una manita de hostias. Un tema que denuncia la violencia de género, que lamentablemente, sigue estando a la orden del día, del mismo modo que lo están las persecuciones a los manteros, como nos recuerda Ilegal, el cuarto corte del disco. Negocio ilegal el de los manteros, a los que por supuesto, hay que perseguir y castigar. ¡Qué más da que nos roben desde arriba y que nuestros respetables dirigentes no nos permitan tener una vida digna ni un puto techo donde caernos muertos! Estos negritos están defraudando a Hacienda. ¡Que nos están robando, señores! Pero nada… ni con las persecuciones parecen darse cuenta estos inmigrantes, de esos pequeños detalles SOBRE los que se asienta la moralidad de nuestros mandamases, que trabajan de sol a sol, por lo visto, por y para nuestro bienestar...

El siguiente tema, Inocentes, comienza con la voz de un niño que lee su redacción. Aunque a priori podría parecer que esto nos va a suponer un alto en el camino, en cuanto a las subidas constantes de adrenalina, nada más lejos de la realidad. Escuchar de la voz de un niño, frases tan duras como “… quiero ser soldado para hacer del mundo un sitio mejor…”,”… los mayores han estropeado el mundo y ahora está en mi mano arreglarlo...” o “… por vuestra culpa, el mundo se ha convertido en un sitio repugnante…”, es algo bastante escalofriante. Una introducción a un tema que nos habla de esos niños de la guerra a los que se les ha arrebatado la infancia; a los que se les dado dolor en lugar de inocencia; a los que se les inculcan “valores” tan poco constructivos como la venganza, sin oportunidad alguna de elegir y lo que es peor, todo ello por los intereses de unos pocos. La última frase de la redacción del niño, “… todo lo que sé, lo he aprendido de vosotros…”, debería bastar para darnos cuenta de que en ciertas situaciones, son ellos los que deberían educarnos a nosotros y no al revés.

Con una buena dosis de impotencia acumulada tras este tema, llegamos al ecuador del disco, con Ayúdame, un tema que nos adentra en mundo de habitaciones vacías, de lágrimas de miedo y de dolor, en el que solo cabe la resignación, cuando alguien querido se aleja de tu lado. Un tema cargado de sentimiento, con el que los Alimaña Hardcore dejan claro, por si alguien aún no se había dado cuenta, que “expresar los sentimientos” no fue nunca un sinónimo obligado de “ñoñez”.

Y por si alguien se ha puesto tierno y se está ablandando, nueva patada en la boca, para ir espabilando con Odio & ruido, tema que da título al disco. Una mezcla de odio y ruido a partes iguales para hacernos despertar del letargo en el que parece que tan a gusto estamos sumergidos. Odio a un sistema que nos trata como a borregos. Ruido para demostrarles que podemos romper esa cadena y convertirnos en algo más que un número, en algo más que una de sus marionetas. Por más golpes que tengamos que recibir, la clave es solo una, RESISTENCIA. Y como si se tratase de un anexo al tema, le llega el turno a ¿Qué nos queda?, dejando claro que tenemos que cambiar este mundo, antes de que él nos termine cambiando a nosotros. Ellos tienen poder y de sobra saben que lo pueden perder. Nosotros tenemos ideales, que es algo que jamás conseguirán arrancarnos, por mucho que les joda. Hagamos una revolución rompiendo con nuestras ideas los cristales de sus palacios. Convirtamos nuestra rutina e insatisfacción en el peor de sus miedos. Hagamos que nuestras ansias de libertad se conviertan en la peor de sus pesadillas. Obliguémosles a odiar, del mismo modo que ellos lo han hecho con nosotros. Paguémosles con su misma moneda hasta que sean ellos los que tengan que preguntarse, con el rabo entre las piernas, qué les queda.

Un nuevo brote de rabia y mala hostia contenida nos va acercando a la recta final del disco. Ilusión consciente nos trae sensaciones y sentimientos similares a los descritos en Ayúdame. Tras varias escuchas y dando vueltas y vueltas al título, quizá yo hubiera optado por llamarlo “ilusiones inconscientes”. “Ilusiones”, porque es algo que necesitamos para vivir y porque a pesar de que vivir de ilusiones no es más que otra forma de morir, siempre te hace el camino más llevadero. “Inconscientes”, porque parece que solo somos capaces de ver nuestros errores cuando ya es tarde; porque parece que nuestra forma de funcionar es tan típica, como el tópico de que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Y aún así, parece claro quién gana siempre la batalla en el enfrentamiento “consciente vs inconsciente”.

Mi familia, corte número 10 del disco – y que nadie se confunda dejándose llevar por el título-, no nos cuenta la vida de los padres y las madres de estos cinco chicos de Soria, no. Es un tema que habla de la música, de ese “conjunto de sonidos” que parece no tener cabida bajo el epígrafe de “cultura” -a no ser que tengas “buen gusto” y te decantes por unos estilos concretos y “correctos”, sobre todo, éstos últimos-. Pero lejos, muy lejos de sus convicciones y sus formalismos, está nuestra parcelita, el rock. Ese alimento para el espíritu que ellos no entienden, ni llegaran a entender jamás. Le pese a quien le pese, a golpes de guitarra también se puede formar una familia, que como cualquier otra, nos ayuda y nos apoya a mantener viva una ilusión, nuestra ilusión. Me quedo con una frase que sin duda alguna, recoge la esencia de éste tema y refleja lo que para muchos de nosotros es la música, una forma de vida: “Nuestra vida es una historia metida en una canción”.

El penúltimo corte de Odio & ruido nos adentra una vez más en el odio más profundo. Ésta vez, dedicada a todos aquellos que se dedican a ir largando de los demás en lugar de analizarse a sí mismos. Esos que ladran cada vez que abren la boca, porque es lo único que saben hacer. Esos de vidas tan vacías que necesitan meter sus narices en las ajenas, para su propia subsistencia. Esa “sub-especie” dentro del género humano a la que al contrario de la nuestra -la sub-especie de los mortales-, abandera, por lo visto, la perfección. Esos a los que nuestro vocabulario denomina Hipócritas, exactamente igual que el título del tema y que por supuesto, son los únicos que tienen pasaporte para pasear sus mentiras allá donde les plazca. Para toda esa calaña, los Alimaña Hardcore lanzan un consejo, que poco más o menos viene a decir que en boquita cerrada no entran moscas. Y hablando de moscas, por qué no hablar también de mierda, para recordarles únicamente, que todo ese lastre que van soltando a su paso, quizá algún día se les vuelva en contra. Atentos queridos hipócritas… Avisados estáis…

Y muy a pesar mío… llega el tema que cierra el disco, Vicio en el servicio. Un broche de oro para un trabajo, a mi juicio, impecable, rindiendo homenaje a Cicatriz y llevando el tema perfectamente a su terreno. Igual esta versión de los Cica, a pesar de ser uno de los temas más hardcoretas de los vascos –si no el que más-, no sea el tema más adecuado para cerrar el disco, dado que en su letra no está tan presente la rabia como en cualquiera de los temas anteriores. Pero quién sabe, quizá ha sido algo perfectamente estudiado y calculado al milímetro, para que no nos diese un chungo a la patata con tanto odio acumulado y tanta mala baba… De ser así, casi que hasta se agradece, porque como decía al principio de la crítica, Odio & ruido es un disco no apto para cardiacos. Ni para cardiacos, ni para nadie que tenga un arma a mano, porque os aseguro que yo misma, de haber tenido ese bazoka con el que sueño desde hace años… a unos cuantos ya me había llevado por delante, ya…

  • Olga Alonso

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