Escapando de la vorágine de la gran ciudad, en busca de un cambio de aires en "un pueblito bueno", llegamos a Siruela, con ganitas de disfrutar viendo en directo buen rock and roll extremeño en su estado más puro, en directo. Un cartel original y completito con: Blame the Dog, La Ira, Kaxta y Arrepunk que te meto, en un ambiente acogedor, resulta algo más que una prometedora "sesion" de festival, se trata de una apuesta sobre seguro.
Para levantar el ánimo del personal muy pasada la media noche y con el evento deportivo ya bien digerido, comenzó la primera actuación con Blame The Dog. El grupo pacense, que cuenta ya con más de cinco años desde su formación, desplegaron un "rollo oscurito", dónde en algunas canciones, se me antoja reconocer un reconocer influencias claras desde Queen a U2, que fueron sensibilizando el paladar. No me sorprendió comprobar que estaba ante otro grupo que se desmarca cantando en inglés desde éstas tierras extremeñas, (imperdonable no recordar a The Buzzos).
Lo que sí me sorprendió y gratamente fue, encontrarme ante el debut de su cantante. Con un torrente de voz y bien modulada que podía llegar a realizar los falsetes al más puro estilo heavy cardado-antiguo. La miscelánea que aporta con canciones como: "Love me, hurt me, kill me", "Everything is ok" o "Looking at the door" creo que se puede encajar más bien en rock británico, por denominarlo de alguna manera con canciones desde el estilo rock, pop (nos regalaron una versión del famoso"Twist and Shout") y hasta grunge,con toque de efecto megáfono en la voz.
Con una mezcla hábilmente combinada de poesía golfa y letras de cautivadora alegría, La Ira aportó al segundo plato de ésta exquisita degustación, su rock fresco y pegadizo, de ese que te impide dejar de seguir el ritmo con los pie, mostrándonos que en ésta nueva aventura como nueva formación, saben muy bien lo que se hacen. La set list, con más de 15 temas, estaba dedicada como no podía ser menos, a la presentación de su nuevo disco "El trapecio y el Abismo". Abriendo del tirón con los tres temas, para mí, más destacables del disco: "Con el aroma", "Una canción" y "Si no hay alegría", lo que fue sin duda, una muy buena elección.
Difícil describir el estilo de ésta banda, pues tienen registros tan variados que ninguna canción suena igual a otra. Son capaces de comenzar un tema con una suave bossanova que se transforma en rock trangresivo en "El trapecio y el Abismo" o ir desde una ranchera mariachi hasta llegar al punk como sucede con "Cuicateco (El Penal)". A lo que tenemos que sumar el valor añadido del feeling que se crea con el sonido del saxofón y los peculiares diálogos que suceden con las guitarras. Tampoco podían pasar desapercibidas algunas canciones de El gitano la cabra y la trompeta que compaginan de forma contundente con un rock limpio y claro.
Como plato fuerte, al menos para mí, sin duda: Kaxta. Si crees en el amor a primera oída en directo, a la primera patada con golpe ya directo al corazón, a la primera escucha en concierto de puro rock sin aditivos, no puedes dejar pasar ninguna ocasión de disfrutarlos y si no crees … es que aún no los has visto. Engancharon al público desde el primer tema, "Dame de mamar", fueron desgranado jollitas como "Salvaje y libre" de su segundo impresionante disco, "Arremeto" sin olvidar grandes descargas del primer disco, "No soy un bicho raro" con "Cuidad de los vampiros", "Mar de refranes" o "No se porque" entre otras, que van ganando en calidad como el buen vino, es algo que no me canso de escuchar.
A esas alturas del festival, más que emocionada, me sorprendí también porque había tenido más suerte de la que podía esperar, tema nuevo, en primicia: "El inmigrante".Y es que los Kaxta se hacen desear, no habían soltado prenda ninguna hasta ese momento. Tuve que parar para poder disfrutar al máximo, quería emparame bien del aroma del prometedor y esperado nuevo disco que están cocinando los Kaxta y no seré yo quien desvele la intensidad con la que se presenta.
Hubo tiempo de paladear bien una lista de canciones repleta con más de 17 temas y casi dos horas de concierto, donde perdiendo toda profesionalidad, tengo que reconocer que me despojé de cámara y libretilla, para poder saltar y bailar libremente sin control disfrutando de "Qué dirán las flores", "Bésame", una de mis favoritas "Princesa" o "Sabio el pastor", todo un clásico para la familia Kaxtúa de la que , si me permiten, ya me siento parte.
Ya a los postres y como fin de fiesta, los versioneros ArrePunk que te meto (sí, yo también alucino con algunos nombres de los grupos) hicieron las delicias al reunir más al público local y poder cantar todas las canciones clásicas de Extremo, Platero y La Polla, entre otras.
Vale, perdónenme señores publicistas pero … ésto sí que es un festival 100% extremeño y no la carne que anuncia en sus hamburgesas "extrem" una conocida cadena de comida rápida. Y es que sobre gustos, siempre habrá colores, aunque casi mejor, la "cata y prueba" del sabor original de los conciertos. Luego ya prueba opinas libremente.
