La Ley Sinde Por

Rafa J. Vegas

RAFA J. VEGAS, es bajista de Rosendo desde el año 1987, cuando contaba con 21 años de edad, a pesar de ser la guitarra el primer instrumentó que tocó, con 16 años de edad. Ha pasado por grupos como Gran Jefe o Señores Enmascarados del Señor Satam. Hemos podido verle en colaboraciones con otros compañeros, como con Vantroi e incluso produciendo, como en el casode Boikot.

Me he comprometido a escribir en esta sección. El tema; “la ley Sinde” uy! tema peliagudo. Le comentaba hace un rato a mi amiga Olga, que no deja de darme algo de repelús hablar en Internet sobre este tema. Cara a cara la gente suele ser más comprensiva, pero cuando en algún foro he expresado mi opinión a favor de los autores o de la defensa de la propiedad intelectual, de la que en parte vivo, ha habido quien le ha faltado tiempo para desearme una muerte prematura y a ser posible violenta.

Ya me he perdido. ¿Por dónde íbamos? ah, sí, la ley Sinde. Para empezar no me la he leído (¿alguien lo ha hecho?).

Espera, esto es Internet, seguro que encuentro información al respecto. A ver, dime algo Google…bueno, parece ser que a los internautas nos afecta bastante esta ley. Pero claro, como los que escriben en la red son mayoritariamente internautas, solo leo cosas como “dinamitemos la ley Sinde” “ley Sinde al paredón” o “la Ley Sinde mató a mi padre y violó a mi madre” espera, espera, aquí parece que la explica tal cual es. “ley de economía sostenible, disposición final segunda” Vale, leída; no me he enterado de nada. ¿Por qué los políticos, jueces, banqueros, y similares hablan siempre en otro idioma?

No debería decir nada al respecto, hasta que un traductor debidamente cualificado y más importante aún; imparcial, me tradujese la ley para entenderla en su totalidad. Aunque, bueno, de algo si me he enterado. Creo que se pretende entre otras cosas que:(copio y pego) “se interrumpa la prestación de servicios de la sociedad de la información o para que se retiren contenidos que vulneren la propiedad intelectual” Supongo que esto quiere decir que el que quiera música o cine lo tendrá que pagar. Pues mira, eso no estaría nada mal. Soy internauta pero también soy músico y autor y eso me hace ver las cosas desde variados puntos de vista.

Yo quería haber amueblado mi casa por la patilla. Pero ikea estaba diametralmente en contra de mis deseos. Así que tuve que hacer lo que se hace en estos casos; aflojar el parné. Ese es uno de mis argumentos, bastante básico si se mira bien. Aunque a más de uno le parezca de lo mas retorcido.

Un argumento internauta bastante extendido es: “Internet es una magnifica forma de promoción y sirve para que los grupos toquen en mas en directo” o “que dejen de hacer el vago y toquen mas en directo” ay señor, señor... no dudo que Internet sea una magnifica forma de promoción. Pero lo de tocar mas, en la práctica no se cumple. Al final los que venden son los que tocan en directo. Y si no, que se lo pregunten a los que venden. Ya me gustaría a mí multiplicar por tres o por cuatro mi agenda de conciertos. Pero uno toca cuando es solicitado para ello, no cuando quiere.

Entiendo que la gente se queje de los precios de los CD’s o DVD’s (también soy consumidor) incluso de los precios de los conciertos o del cine. Aunque curiosamente todavía no he encontrado a nadie que se queje de los precios de las entradas del futbol o que llame a pesetero o eurero a Cristiano Ronaldo.

Otra mucha gente ve las bajadas además como una forma de castigo a la industria de la farándula (que bonito nombre de ministerio sería ese…). Pero castigando a la industria, a quien se está castigando en realidad es a los músicos, actores, y a las miles de familias que viven de esto. Y en contra de lo que piensa mucha gente, la inmensa mayoría de los músicos no tenemos un chalet en Miami.

Uy, creo que me estoy desviando del asunto; la ley Sinde, la ley Sinde….sin dejar de comerme el tarro, sigo teniendo mis dudas; ¿ley se escribirá con mayúscula?

Al final acabará pasando lo de siempre; a algunos, por tibia, la ley les parecerá inaceptable como a Álex de la Iglesia que por este motivo, acaba de anunciar su inminente dimisión como director de la academia de cine. Y a otros como el abogado David Bravo, la ley le parecerá un ultraje en toda regla, aunque esté último no tenga ninguna intención de dimitir, entre otras cosas, porque no creo que pertenezca a la academia de cine.

A mí personalmente y como decía al principio, todavía me falta información al respecto como para pronunciarme. Pero lo que sí sé es que tal y como iban las cosas, los que nos dedicamos a esto (los humildes sobre todo) íbamos de cabeza a la ruina. ¿Es la ley Sinde la solución? Pues no lo sé, me encantaría pensar que si. Esperemos que algo ayude.

Pero todo esto a posteriori no quiere decir nada. Mañana llegará otro señor o señora al gobierno y dirá con palabras muy bonitas: “la ley esa de piratería sostenible a tomar por culo” y vuelta a empezar...

La Ley Sinde Por

Indio Zammit

INDIO ZAMMIT es tabernero, pinchadiscos, productor artístico, compositor, promotor, cantante, responsable y dueño de Gruta 77 e incluso poeta. Como músico, ha estado en grupos como Bandera Negra,El Enjambre y Tarzán… ; como escritor, cuenta con las publicaciones deManchas Negras (1997), Elegí fracasar(2007), Como un hielo flotando el aguardiente (2010) y actualmente ha colaborado también en la antología de cuentos escritos por rockeros, que lleva por título Simpatía por el Relato.

 

Soy poco de Internet. Escribo a lápiz y cuaderno. Me imprimo los mails importantes para leerlos sin mirar a una pantalla. Nunca me descargué un disco, siempre los compro (a veces me los regalan). Soy defensor de los derechos del autor.

El autor tiene derecho a que el pueblo sepa que sus obras son sus obras. El las creó. El autor tiene derecho a hacer con ellas lo que quiera, a quemarlas en un día malo. Si el autor vende sus obras será responsable del contrato que firme y quién gestione sus ganancias.

Ahora bien, el patrimonio cultural de un pueblo ha de defenderlo el propio pueblo y, si jugamos en la liga de los “Estados Democráticos”, el Ministerio de Cultura ha de ser el guardián de ese patrimonio.

Por primera vez este Ministerio se pone la capa de defender al creador a través de una comisión de sabios que determinen quién está robando y regalando después. ¡Viva la comisión de sabios!, que viva tanto que sustituya inmediatamente a la SGAE y el resto de sociedades que gestionan los derechos del creador sobre su propia obra. Que el estado defienda las obras por sí mismo. Que el estado no transfiera a las sociedades de autor sus atribuciones.

Que negocie con la hostelería, las discográficas, los capos del cine, las editoriales de todo tipo y que siente a la mesa a un guionista, un poeta, un músico, un bailarín y un pintor, por ejemplo. Que el estado regule con su Ministerio de Cultura los derechos por su obra de un autor delante de quién le invita a firmar un porcentaje poco acorde con su talento. Que el estado proteja y vigile las obras por sí mismas en lugar de vigilar los sitios web donde estas puedan exhibirse o descargarse.

En definitiva: que pregunten al autor.

Porque si se trata de que el Ministerio de Cultura cruja sin pasar por el juez a quién se lucre con la imaginación de otro (cosa con la que podría estar de acuerdo) que encarcelen a Ratzinger por vender biblias.

La Ley Sinde Por

Jaime Zamora

JAIME ZAMORA es técnico de sonido desde hace más de 15 años. En este tiempo, ha estado con grupos como Habeas Corpus, del cual sigue siendo técnico de sonido en la actualidad y ha pasado por salas de renombre como la conocida Gruta 77, sala de la que fue técnico de sonido hasta hace pocos meses. Además, junto a Mr. Chifly, es socio del estudio de grabación Corleone Estudios, abierto desde Enero de 2009.

Al hilo de la reciente polémica que ha originado la aprobación por el Congreso de la “Ley Sinde”, se han vuelto a poner sobre la mesa una serie de cuestiones que, para bien o para mal, la dichosa ley no parece que vaya a ser capaz de solucionar.

En primer lugar está la muy sospechosa facilidad con que nuestros gobernantes parecen creer que los problemas se solucionan a base de palos (léase en este caso a base de cerrar páginas webs díscolas) en lugar de atajar las raíces de un problema, suponiendo que el problema exista.

Claro, el problema existe, según para quien. Para la industria cultural y el Gobierno norteamericanos, que un año más han incluido España entre los países más permisivos con la piratería cultural. También para los principales lobbies españoles de “defensa de los derechos de autor”, que además han recibido recientemente un buen palo con la previsible anulación del canon digital a raíz de la sentencia del tribunal europeo que lo declaraba ilegal. Pero esto es harina de otro costal.

Habría que preguntarse qué factores son los que nos colocan a los habitantes de este país entre los más asiduos a las descargas ilegales. ¿Será que comprar música, películas u otros contenidos es excesivamente caro para el nivel de vida que disfrutamos? ¿Será que muchos consumidores no valoran suficientemente la calidad de los contenidos que se les ofrece, como para pagar por ellos?

En ambos casos, la responsabilidad es, en primer lugar, de la llamada industria cultural. Desde el mismo momento en que la Cultura se plantea como un negocio, la lógica de maximización de beneficios se impone en detrimento de los contenidos. Seamos claros: la inmensa mayoría de la música y del cine que se produce, en nuestro país y por parte de la industria hegemónica (la estadounidense), no tiene suficiente calidad como para que supere el paso del tiempo. ¿Quién se acordará de muchos de estos artistas dentro de 30, 40, 50 años? ¿Por qué, entonces, pagar unos precios abusivos por ello? Los consumidores están siendo constantemente tratados como borregos, y le devuelven la jugada a la industria con su propia moneda, las descargas ilegales.

Por otra parte, la oferta cultural es tan amplia que incluso a quien prefiera comprar antes de descargar le resulta literalmente imposible pagar por todo por lo que le pueda interesar en un momento dado.

Los agoreros del lobby de los derechos de autor no paran de repetirnos que la piratería acabará con la Música. En todo caso, acabará con el modelo actual de industria musical. Pero este modelo ahora en crisis no ha existido siempre: surgió en el siglo XX y con él parece que nos abandonará también. Antes de él había Música, porque había músicos empeñados en brindar su creatividad al mundo y gente dispuesta a disfrutar con ello, y después de él seguirá habiendo Música; lo llevamos en nuestros genes.

En cuanto a los músicos, la inmensa mayoría de los que se ganan la vida con ello (dejemos al margen a los músicos aficionados, que también son músicos aunque no ganen dinero) depende más de mostrar su música en directo que de la venta de sus grabaciones. En realidad, las descargas les ayudan a conseguir una mayor difusión de sus obras, lo que en principio debería traducirse en un aumento del público potencial de sus actuaciones en directo. Algunos lo han visto claro y apuestan directamente por potenciar las descargas gratuitas o las licencias de uso tipo copyleft. Otros, que son minoría, se empeñan en defender un modelo que les ha servido para enriquecerse pero que, claramente, está obsoleto.

En definitiva, por mucho que se empeñen algunos en ponerle puertas al campo, el futuro seguirá brindándonos Música para disfrutar con ella y también para vivir decentemente de ella. La Ley Sinde probablemente será inútil para frenar una tendencia cuya fuerza supera con creces lo que cualquier ley pueda tratar de impedir.

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