Las etiquetas en la música Por

Agradecido

Javi Sierra, "Agradecido", es el máximo responsable de Manerasdevivir.com, pilar básico del rock estatal en Internet. Comenzó en esto antes que nadie, allá por 1996, y 15 años después continúa dando guerra en la red desde la conocida página. Es Ingeniero Informático, pero sobre todo amante nato del rock urbano.

En Manerasdevivir.com recibimos decenas de noticias diarias de grupos que anuncian sus nuevas grabaciones, siempre les pedimos que indiquen su estilo e influencias a poder ser, de manera que nuestros usuarios no tengan que “perder tiempo” escuchando cosas que no son de su rollo. De esta manera creo que hacemos la visita a la página más liviana y nos viene bien a todos. Este es un claro ejemplo de por qué veo necesarias las etiquetas.

Lo de “sin pasarse”. Por ejemplo si alguien etiqueta algo como “post punk”... pues como que vete tú a saber a qué está llamando “post punk”. A veces se usan de modo snob, para tirarse el moco con lo que controla uno sobre música, eso no me gusta. Concretando tanto lo único que hacemos es crear confusión. Depende el crítico o el medio, una misma etiqueta puede tener distintas connotaciones. Sería el caso como comentaba antes de la etiqueta "post punk". Veamos, si Sigue, sigue Sputnik hacían postpunk en los 80 ¿cómo puede ser que también lo hagan The White Stripes? En su día muchos medios metían en el mismo saco de la NWOBHM (new wave of british heavy metal) a bandas como Iron Maiden y Motörhead, ahora esta comparación nos parece una broma. Y esta lista de extrañas comparaciones podía ser eterna.

Etiquetas sí, son necesarias, pero sin pasarse.

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Jon Marin

Jon Marín, madrileño y rockero de pura cepa, es el director de LOS+MEJORES. Esta revista mensual y de distribución gratuita, nació allá por abril de 1992 y aún hoy la podemos encontrar por bares de rock, locales de ensayo, escuelas de música y demás centros relacionados con el rock.  Además, Jon es también director de BEST MANAGEMENT, desde donde hace las labores de mánager de grupos como exKISSitos –tributo a Kiss- y Asfáltica –tributo a Asfalto-. 

¡Dichosas etiquetas! Al músico no le gustan, el lector a menudo no está de acuerdo con la elegida, pero el periodista que redacta cree fundamental soltarla. Lo contrario sería torear o marear al destinatario de la crónica escrita. Otra historia es cuando presentas una canción en la radio. El seguidor la escucha y no necesita la palabrería para sacar sus propias conclusiones.

¿Rock o Pop? Ahí parece que todos tenemos claros los límites. Cuando percibimos protagonismo de las guitarras, éstas son aguerridas, y las bases procuran no ser simples ni repetitivas, estamos en nuestro terreno. Muchas veces, antes de que alguien me envíe un disco con miedo a si cuadrará con nuestros gustos, le pregunto siendo muy sencillo: “¿Hay guitarrazos? Pues bienvenido, es Rock.”

Aquel que no está metido en nuestro rollo se asusta cuando le corriges y le pides que no llame a esto “Heavy” porque es “Hard Rock”, o que no tilde aquello de “Rock and Roll” porque es “Punk Rock”. En mis años mozos siempre espetaba a quien, al verme con mis pelos largos, me adjetivaba de jevi: “Perdona, yo soy hard-roquero. ¿No te das cuenta de que mi camiseta no es negra ni lleva monstruito, no ves que porto pulseritas y no muñequera de tachas?” Pues eso, que en el fondo y aunque nos sintamos actualmente todos miembros de una gran familia, nos gusta diferenciarnos. En los ochenta la historia era otra. Por fortuna hemos aprendido a acercarnos, a cruzar por otros senderos y aquí sale una primera etiqueta: Crossover.

Blues, R&B, Rock, R&R, Punk (sin o con la palabra Rock después de un guión), Hard, Heavy (con o sin Metal), Metal a secas, prefijos y sufijos como Nu, Doom, Thrash, Speed, añadidos tal que Progresivo, Gótico, Alternativo, Euro o Americano… Más palabras: Grunge, Garaje (con jota, en castellano), Glam, Sleazy, Progresivo, Hardcore… ¡Qué follón!, ¿verdad? No obstante, si has leído de corrido y sin tener que consultar el diccionario todos estos términos, ¡enhorabuena!, eres un buen seguidor de la música Rock.

Lo importante es que sepas apreciar la excelencia de cada flor de este esplendoroso y multicolor ramo, si bien es lógico que te decantes por la de tono rojo, azul o esa morada con pintas rosas y verdes, que alguna vez hemos leído que tal grupo hace Heavy Metal Moderno Progresivo y Romántico. ¡Manda huevos!, ¡cómo son algunos músicos y otros tantos periodistas de esta cosa! Lo bueno es que te divierta o sepas asumir el arte que encierra aquella directa y elemental canción de Leño aunque lo tuyo sea System of a Down, lo ideal es que muevas la cabeza con ese tema de Guns N’Roses aunque tus estanterías estén repletas de discos de Sex Pistols. (Ríete con ganas, que una vez un individuo me lo juraba con respecto a su colección).

A pesar de los malos tiempos, sabemos que la música no morirá, los estilos o etiquetas se mantendrán, renovarán, avanzarán, reinventarán… Cada uno tendrá su opinión, llamará a cada pieza musical de un modo distinto, y los que vivimos de difundirla mediante la palabra -que tan listos nos creemos- seguiremos inventando términos raros, rebuscados, necesarios, accesorios o prescindibles porque las cuatro letras de la palabra “Rock” ocupan muy poco.

Otro día os cuento más sobre otras etiquetas que no aguanto y corto en cuanto salgo de la tienda, aparte de mi guerra con algunos camareros acerca de la pronunciación de la misma palabra en inglés cuando pido un güisqui.

Las etiquetas en la música Por

Isma Despistao

Isma Sánchez-Seco: tocabajos y co-organizador de festivales y eventos varios. Actualmente además de tocar el bajo con Despistaos (grupo del que es co-fundador) está metido en Lemonary Productions, donde ayuda a grupos de amigos a tirar para adelante, toca o ha tocado con otros grupos (como Banda Barrigada) y desde hace poco está inmerso en la organización de La Marchamalada, un nuevo evento en su pueblo (Marchamalo) que incluye una concentración de motos, una ruta de bares a ritmo de charanga, un festival con cinco grupos y una orquesta rockera. Anteriormente hizo de todo: dar clase de inglés en dos colegios ya que estudió filología inglesa, llevar dos programas de radio dedicados a la música o ser el conductor de una patrulla anti-incendios.

Nunca he sido partidario de "etiquetar" la música más allá de tener una ligera orientación de lo que me puedo encontrar al escuchar algún grupo que no conozco. Una etiqueta me parece una aproximación demasiado simplista para valorar el curro que hay detrás para componer, arreglar, ensayar, grabar... una o muchas canciones: las etiquetas pasan por alto todos los matices que hay en cada canción (letra, melodía, arreglos, feeling, técnica, sonido de cada instrumento, originalidad....) que al fin y al cabo es lo que hace que una canción te llegue o no te llegue, que se convierta en especial o en una más del montón. Aunque tus oídos estén acostumbrados a escuchar ciertos géneros musicales, hay joyas en todos los estilos que muchas veces se pierden por los prejuicios que producen las etiquetas.

Por poner un ejemplo: si hablo de un grupo nuevo y digo que se parece a... dependiendo del nombre del grupo que vaya en los puntos suspensivos influirá en la opinión de mucha gente: para unos será un grupazo y escucharán sus temas hasta que "les guste"; para otros será una auténtica mierda aunque no hayan escuchado ningún tema, y si escuchan algo (por casualidad) ya están convencidos de que no les va a gustar. Por supuesto que hablo del público en general, no todo el mundo actúa de esta manera siempre.

Lo malo de poner etiquetas es que nos producen unos prejuicios a la hora de escuchar una canción que influyen en nuestra opinión y hacen que no seamos objetivos, en ocasiones parece que importa más si nos "puede" gustar dependiendo de si ese estilo entra dentro de nuestros parámetros de "música buena, cojonuda, auténtica" o de "música mala, artificial, comercial...". Se podría decir que por diferentes factores (individuales o colectivos) nos auto-imponemos unas etiquetas de "música que mola" y otras de "música que no mola". Esto viene desde que somos pequeños: en las pandillas o en la clase la mayoría de los niños escuchan la música que les gusta a los "líderes", luego según vamos creciendo y madurando empezamos a valorar qué estilos o canciones realmente nos gustan.

Quién no ha oído alguna vez razonamientos tan elaborados como estos para desprestigiar un género musical:

- rock calimochero: son grupos que no saben tocar, sus letras son una mierda y solo les gusta a los borrachos.

- punk-rock: es música para guarros y perroflaúticos que dicen tacos, además solo saben tocar tres notas.

- rap o hip-hop: es música de negros y es un coñazo porque va todo grabado así que eso no es ni música porque encima ni cantan.

- radiofórmulas: eso es para pijos e histéricas de quince años, y además esos grupos son una mierda porque se han vendido.

- cantautores: esos son para nenazas y lilas, y además las canciones son un peñazo porque en todas las canciones les dejan las novias.

- heavy, thrash, death: eso son unos peludos pegando berridos y además hacen ruido porque no te enteras de nada.

- rock progresivo: unos pesaos de cojones cuya canción más corta dura 50 minutos, son muy cansinos.

- rock clásico: eso es música para carcamales que no están a la moda...

- reggae: música para porreros y rastaplastas, y además están todo el día agilipollaos de tanta drogaína que se fuman.

- ....

Y al contrario, quién no ha oído estos argumentos cuando ese estilo entra dentro de los cánones de buena música:

- rock calimochero: da buen rollo y suena guay, y además estos grupos son muy buena gente y se quedan mamándose con la peña después del concierto, no como otros que van de guays.

- punk rock: es gente combativa que tiene ideales y se preocupa por la sociedad y son los únicos que dan caña. Eso sí, no pueden cobrar mucho porque entonces quiere decir que se han vendido.

- rap o hip-hop: sus letras son la releche y ya les gustaría a los demás hacer letras como éstas, son lo más y molan mazo!!!

- radiofórmulas: si ponen estas canciones y no otras por algo será...

- cantautores: son como los elfos, llenos de valores espirituales blablabla, si no te gustan es que tienes menos sensibilidad que un calamar.

- heavy, thrash, death: son los que más molan porque son los únicos que saben tocar, y sus baladas son las mejores y punto.

- rock progresivos: al que no le guste es que no tiene ni puta idea de música... no hace falta decir nada más!!!

- rock clásico: lo de ahora es todo una puta mierda, es lo que hay.

- ...

Todo esto se resume en que las etiquetas nos hacen partir de unos prejuicios que no son buenos. Y aunque haya estilos más afines a tu forma de entender la música, en todos los estilos hay canciones buenas y canciones menos buenas, grupos buenos y grupos menos buenos, y muchas veces por una etiqueta mal puesta o mal entendida eliminamos de nuestra colección grupos o estilos musicales que nos podrían llegar a gustar.

A lo largo de varios años he tenido la oportunidad de hablar y cambiar opiniones con muchos grupos y una de las cosas que más me ha llamado la atención es que estas "etiquetas" tienen importancia para el público, pero no para los grupos. Aunque cada uno seamos de nuestro padre y nuestra madre tenemos más cosas en común de lo que la gente pueda pensar, y estoy hablando de estilos muy diferentes. Voy a contar algunas de las charlas que más pueden llamar la atención:

- el cantante de un grupo que practica un estilo muy cañero nos contó que el último disco que se había comprado fue el de Merche porque le gustaba mucho su voz (para quien no la conozca es una cantante que así a ojo seguramente no escucha ningún seguidor del grupo de nuestro protagonista). Bromeamos con que si se enteraban sus seguidores se iban a llevar un disgusto muy serio... La realidad es que muchos seguidores de thrashmetal reniegan de la música melódica, pero uno de sus ídolos lo hace y no solo no tiene reparos en admitirlo, sino que no se avergüenza!!!!

- hace ya varios años un grupo amigo cuya música se puede encuadrar en un estilo punk-rock y que es muy valorado por sus seguidores por su autenticidad nos preguntaron qué hicimos para salir en las radiofórmulas, de hecho me consta que fueron a varias radios y que por ejemplo hay discos suyos en las oficinas de los 40... Afortunadamente para muchos de sus seguidores a día de hoy siguen sin sonar en esta emisora... La realidad es que muchos seguidores de este grupo si llegara a sonar en las radiofórmulas renegarían de ellos aunque siguieran tocando lo mismo, incluso con saber que quieren salir en las radiofórmulas ya sería suficiente motivo para darles la espalda. A mí me parecería una estupidez renegar de un grupo por este motivo, pero es lo que hay...

- hace dos veranos coincidimos con el cantante de un grupo que lleva muchos años en activo y con numerosos discos. Nos sorprendió que nos dijera que llevaban varios años sacando discos del mismo estilo porque si no muchos de sus seguidores les darían la espalda, pero que en el fondo les apetecía probar cosas nuevas y añadir más diversidad a sus discos. En cierto modo esto podría llevar a pensar que "están vendidos" a sus seguidores: tocan la música de siempre para ganar lo de siempre y no se arriesgan a tocar otra cosa que podría significar ganar menos y perder seguidores, aunque en el fondo les gustaría alternar cosas nuevas con la música que han hecho siempre (que también les gusta). Lo cierto es que nadie tiene quejas de ellos, pero en cambio a otros grupos que sí han dado el paso de hacer la música que les apetece se les acusa de "venderse"... Yo prefiero pensar que cada uno hace lo que le apetece, pero la realidad es que detrás de cada mini cambio en un disco hay un estudio minucioso de porqué se ha hecho y a qué es debido.

- la última conversación que voy a contar la mantuve con el cantante de un grupo muy conocido y que voy a utilizar para terminar este tochete: estábamos hablando de que había gente que por salir en las radiofórmulas nos estaba poniendo a caer de un burro y renegando de nosotros (despistaos). Él me hizo la siguiente reflexión que me pareció muy acertada ya que en este tema opinamos igual: hay dos tipos de música, la que te gusta y la que no, todo lo demás sobra. Lo mejor que puedes hacer cuando escuchas una canción es olvidarte de todo lo que hayas escuchado antes y prestarle atención, si te gusta escúchala más veces, si no te gusta no la escuches más, lo demás es irrelevante, y si una persona da más importancia a cuestiones no musicales que a la canción es que a lo mejor no está a la altura para escuchar a tu grupo.

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