Recortes en Cultura Por

Marcos Rubio

Marcos Rubio se describe a sí mismo del siguiente modo: Nací en septiembre de 1966, en Lorca. Agricultor, matarife y...organizador de conciertos en los ratos libres. A finales de los 70, Deep Purple, AC/DC, Black Sabbath, Judas Priest...me abrieron las orejas a este fascinante mundo de la música Rock. En 1987, con papeles de “paletico murciano”, me largué a Donington, la meca del metal en aquella era, a orgasmear con Dio, Bon Jovi, Metallica, Anthrax, Wasp... 12 ediciones de Lorca Rock, 5 de Leyendas del Rock, 13 de Aúpa Lumbreiras y decenas de conciertos. Y ahí seguimos, resistiendo

 

Cuando creías que ya todo había tocado fondo, pues nada; esto va y empeora. Y se tuerce más aún ya que, como todos conocemos (y los que hemos pasado de los 40, más), a estos del pajarraco no les caemos nada bien estas gentes del rock; personas de malvivir y lengua viperina.

Los efectos colaterales de las últimas elecciones municipales van a ser devastadores para el pan nuestro de cada día: la música rock.

Solemos pensar que todos los políticos son iguales, pero no; hay diferencias y en este apartado en concreto, muy gordas.

Basta con echar un vistazo a todo lo que se han cargado en su primera semana de “mandato”; festivales, conciertos previamente programados, etc...

En mi caso particular; otra “nueva experiencia” al tener que salir por patas con el Leyendas del Rock, porque esta gente te la quiere meter, pero bien profunda.

Es lo que ya comentábamos hace unos meses; con la “austeridad” por bandera, se van a limpiar a todo lo que huela a guitarrazo, pelo largo o cresta británica. Se respira un ambiente más cargado aún que en el 78, con prejuicios estúpidos que esta gente (que en muchos casos no supera los 38 años), no han llegado a asimilar.

En el aspecto concreto de las partidas presupuestarias y subvenciones, no nos quepa duda de que el rock será el principal damnificado. Hoy día, el vulgo somos tan sumamente estúpidos que a nadie se nos ocurre cuestionar al concejal de fiestas de turno por programar a El Sueño de Morfeo por 24.000 euros + gastos de producción, aunque tengan que ponerlo gratis y pierdan los ojos, a que mantengan el apoyo al concierto/festival organizado por el grupo de amigos del pueblo, seguidores, amantes y defensores de nuestra música. El artista chorra de turno seguirá contando con el favor “popular”, pero no así la clásica noche de rock/punk/heavy de cada año por fiestas.

Queda la opción de echarse al monte y producirte tus propios saraos rockeros, pero ojito, que esto no es lo que parece y la mayoría de las veces, pierdes los ojos. Así, a bote pronto, mucha gente se muestra incrédula, pero vaya, que solo hay que ver de qué mueren/morimos los organizadores de conciertos: ni de éxito, ni de exceso de ventas, ni de guapos: de Ruina.

En nuestro caso en concreto; seguimos autoproduciendo los festivales Leyendas del Rock y Aúpa Lumbreiras por nuestra cuenta y riesgo; con el apoyo puntual del ayuntamiento de turno en cuanto a servicios se refiere, pero ya tenemos el cuerpo hecho a la falta de liquidez económica, así que, a los que ya estábamos acostumbrados a pasar hambre, esto no nos resulta sorpresivo. Puede que a los que todavía reciben el espaldarazo de los 600.000 euros por evento, sí….pero a nosotros, ya nada nos espanta.

Suerte y al lío.

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Lija

RUBEN IGLESIAS “Lija”

Este joven pedagogo zamorano, es además el Presidente de la Asociación Cultural Lijabarda. Entre otros actos, la Asociación es la responsable de la organización del Festival Lijabarda, del que se han celebrado 5 ediciones hasta la fecha, y de las jornadas de conferencias “Los Caminos del Rock”, actos que han contado con la colaboración de músicos de la talla de Iñaki Uoho.

Organizar un Festival no es una tarea fácil, entre bandas, equipos, escenario, gestionar las personas, etc… Todo se complica un poco más si no te dedicas a ello y el único contacto que has tenido con este mundo es como un mero espectador más de los muchos que hay por todo el estado. Vas aprendiendo a caminar, dando pasos te vas encontrando con gente en la que apoyarte y otros (los menos) que te dan algún empujón para tirarte; también vas aprendiendo de los errores que vas cometiendo y al final, con mejor o peor resultado, todo sale hacia adelante. Hasta ahí tiras de amigos, grupos y gente maravillosa (otros no tanto) que vas conociendo por el camino, pero necesitas algo más para poder realizar algo decente que cumpla, primero la expectativa personal que te marcas cuando empiezas en esto y segundo, la de la gente que va acudir. Ese “algo más”, son las instituciones y los ayuntamientos. Nosotros, contamos con la ayuda de que la organización se llevaba a cabo durante las fiestas de la ciudad de Zamora y siempre contamos con alguna ayuda económica que hacía que esto saliera hacia adelante. Algo que teníamos claro era que el Festival tenía que ser asequible para la gente y nunca superar los 10 € de entrada y si se podía, hacerlo gratis. Pero las instituciones no solo dan dinero, también te tienen que ceder un lugar donde realizar el festival, más o menos cómodo. Nosotros como ya os decía tuvimos bastante ayuda, lo que es de agradecer, sin embargo las cosas han cambiado. Como curiosidad he estado estos días rebuscando entre las páginas web de los medios de comunicación masiva y veo como los festivales que aparecen en reportajes son organizados por grandes empresas en busca de un negocio (totalmente lícito) con su Festival. Las aportaciones de los Ayuntamientos en estos casos variará en función de la ciudad donde se realiza; en cualquier caso, con la aportación que reciben estos macrofestivales se cubrirían los gastos de los pequeños festivales que todos conocemos y que poco a poco han ido desapareciendo del panorama festivalero. Los ayuntamientos saben que las inversiones que se hacen en estos pequeños festivales apenas le van a reportar votos, y es un buen sitio por el que recortar. En mi ciudad, en las fiestas siempre ha habido Festival Flamenco, Festival de Jazz, festivales mucho mejor vistos por la sociedad basándose en la ignorancia que da el hablar de cosas que no conoces. Como anécdota os comento un caso que pasó en Zamora hace unos años; se organizó un festival de música indie, rock inglés (no controlo mucho, perdón), que se vendió como un gran festival con grupos internacionales y con una gran categoría y “una oportunidad para atraer gente a la ciudad. Al Festival acudieron unas 150 personas y el promotor lo tildó como un gran festival que había tenido asistencia reducida, pero que el comportamiento de la gente fue espectacular, sin ningún tipo de problema ni disturbios como suele ocurrir en otros tipos de festivales como los de rock. Mi indignación fue total; en cinco años que hemos realizado el Festival Lijabarda nunca ha habido ni un solo problema, sino todo lo contrario (muchos de los que estáis leyendo esto lo podréis corroborar). A lo que voy es que rock no consigue votos; además hay cierta gente que desde la ignorancia y a veces la mala fe, se encarga de poner “más piedras” en el camino a los pequeños festivales. No ven los beneficios que también aportan las actividades que atraen a mil personas, las pernoctaciones, la hostelería, etc, ni que los amantes del rock también pagamos nuestros impuestos y queremos que se inviertan también en otra cultura como es la música rock.

Para finalizar solo agradecer a la gente que nos ayudó en el camino del Lijabarda (Ayuntamiento incluido), que permitió que Zamora durante 5 años tuviera su propio festival de rock. En los dos último años no se ha celebrado el festival y la ciudad se ha quedado huérfana de rock durante sus fiestas.

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Edu Alvarez

EDU ÁLVAREZ

Él es el principal responsable del festival Patata Rock, que se celebra anualmente en Riofrío de Riaza, provincia de Segovia. En solo dos ediciones del festival han pasado por su escenario grupos como Bocanada, Desakato o El Vicio del Duende y este mismo año, se contará con grupos como Delito y Medio o Belo y Los Susodichos, nominados a los premios Grammy Latinos hace unos años.

“Estamos en crisis”, “La cosa está muy mal”,… son sólo algunas de las frases que escuchamos a cada momento a nuestro alrededor. Como no podía ser de otra manera, aquéllas también se escuchan en el mundo de la música y, sobre todo, cuando acudes a cualquier entidad a solicitar ayuda para poder celebrar el festival de turno o algún evento de gran importancia para las personas que están involucradas en el mismo.

Desde el punto de vista del organizador de un festival, cabría la posibilidad de pensar que lo más difícil es encontrar los diferentes grupos que pudieran acudir, pero, lamentablemente, el problema al que nos debemos enfrentar es a buscar las distintas maneras de conseguir una financiación que ayude a soportar económicamente la organización del evento. Es aquí donde se están notando los recortes que, en los últimos años, están ahogando a las distintas entidades organizadoras de festivales, hasta el punto de, en algunos casos, llegar a impedir la celebración de la cita anual que tanta expectación levanta en los distintos municipios, sedes de sendos espectáculos.

Estos recortes no sólo provienen de entidades oficiales, ya sean ayuntamientos, juntas de comunidades o similares, sino que también se dan en aquellos colaboradores, por llamarlos de alguna manera, “anónimos” que aportan su granito de arena para tratar de ayudar a un evento que, indirectamente, les puede repercutir positivamente a ellos. Con esto me estoy refiriendo, por ejemplo, a pequeños comercios o empresas del entorno del municipio donde se celebra el festival que invierten una cantidad a cambio de un espacio publicitario en el cartel del evento, consiguiendo, de esta manera, una difusión en distintos medios, asociada a la publicidad del evento.

En este tipo de colaboraciones también se ha notado, y de qué manera, la situación económica actual. Poniendo como ejemplo nuestro Patata Rock, en su, de momento, corta trayectoria (en Julio de 2011 se celebra la tercera edición, en Riofrío de Riaza), las ayudas provenientes de este tipo de colaboradores han descendido hasta alcanzar el 30% de las cantidades recogidas en la primera edición.

Considerando tres pilares fundamentales en el soporte económico de la organización de festivales, como son los colaboradores “anónimos”, las entidades oficiales y los ingresos propios, si en dos ellos –colaboradores anónimos y entidades oficiales-, parte importante del sustento, se están produciendo continuos recortes en las colaboraciones, no queda más que echarse a temblar y confiar en la imaginación para producir nuevas fuentes de ingresos que permitan la continuidad de eventos que nos permitan disfrutar de lo que realmente queremos, que es el rock.

Siento ser pesimista en esta opinión, pero si nos siguen llevando por el mismo camino, seremos muchos los que tengamos que decir “Adios”. O, para dejar mejor sabor de boca, debería decir “Hasta luego. Nos volveremos a encontrar en este mismo escenario en unos años”…

Salud

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