Premios en la música Por

Chema Granados

Chema Granados es escritor y periodista, especializado en rock estatal. Colaborador de la revista de tirada nacional Rock Estatal. Es autor de los libros "La Calle No Calla. Una Historia Del Rock Urbano En España" publicado por Quarentena Ediciones, y "Las Voces Malditas. Hablan los Músicos De Rock" publicada digitalmente con licencia Creative Conmmos. Ademas, dirige y presenta el espacio radiofonico Rockcultura que se emite desde Radio Enlace, en el 107,5 de la FM. Como vocalista ha editado el EP "Tributo A Los Sueños" junto a la banda ANTIGUA.En Septiembre de 2010, funda ROCKCULTURA PRODUCCIONES, una agencia de managemant y producción con PAN DE HIGO, DULCE NEUS Y ANTIGUA formando parte del Staff.

Existen voces y opiniones altisonantes en el mundo del rock, que se posicionan contra los galardones a los grupos y artistas de la escena, con el argumento de que son ineficientes y no tienen ninguna repercusión. Como todas las opiniones, es respetable, y lo admito sin problema. Sin embargo, en Rockcultura, siempre hemos tenido muy claro el valor intrínseco de los artistas. Un valor que desde nuestros comienzos, hemos tenido siempre muy presente, y que se fundamenta, básicamente, en la admiración por aquellos que nos hacen la vida mucho más emocionante gracias a su esfuerzo creativo. Hemos tenido siempre en la mente y el corazón, la vertiente afectiva, pasional. Soy un fanático del rock. No hay medias tintas al respecto. En Rockcultura, siempre hemos sabido valorar los porcentajes de creatividad, sacrificio y esfuerzo, que a un músico de rock en este país le cuesta el hecho de sacar una carrera profesional adelante. Algunos me reprochan que “esto es rocanrol”, como si ser músico de rock tenga que llevar aparejado convertirse en un ser cavernario envuelto en tiniebla. Nada más lejos de la realidad. Los músicos de rock, también merecen el respeto y el atributo de la dignidad. Yo valoro el rock como un bien cultural de gran potencial. Un bien emocional que ha revolucionado muchas conciencias, y que ha rescatado muchas almas indolentes. Rockcultura nació como un portal donde el rock se contempla siempre con la premisa inviolable de la cultura. Y esa cultura, para nosotros, y para mi especialmente, es venerable.

Rockcultura surgió en el año 2.007 como un portal donde se conjugaban los aspectos culturales del rock más variado: desde las drogas, los tatoos, los instrumentos musicales, las conductas de comportamiento, las modas etc. y la actualidad más relevante del rock estatal. Con el tiempo, evolucionó en un portal especializado en rock estatal, con la vocación de ofrecer la actualidad de primera mano, las noticias más relevantes de todos los estilos y tendencias, así como, las entrevistas, reseñas de discos y las crónicas de los conciertos. Además. Publicamos reportajes que profundicen en nuestra cultura rock. Desde el año 2.009 comenzamos a entregar los premios Rockcultura a los mejores grupos de todos los estilos. Aunque en un principio el premio consistía en la mención en el portal y su promoción subsiguiente, desde el año pasado estamos celebrando concierto y entrega de premios a los artistas.

Quiero explicar porque entregamos estos premios, y porque estamos decididos a continuar en la entrega de estos galardones, después de los resultados y las experiencias vividas. Partimos de la base que cualquier forma de agradecimiento, o de reconocimiento explícito del trabajo que uno realiza, produce un efecto reconfortante interno muy intenso. Todos los seres humanos necesitamos el apoyo positivo, la solidaridad de los semejantes, la sensación de que tiene sentido el trabajo realizado, que se reconozca el esfuerzo y el talento. Este reconocimiento, produce en el músico una emoción muy gratificante de reafirmación creativa. Mi experiencia así lo demuestra. Se sienten reconfortados, agradecidos, incluso emocionados y satisfechos. Es muy duro trabajar día a día en la sombra, recorriendo cientos de kilómetros, dejando de lado tu propia vida, y estar asolado por el silencio. Muchos son agraciados con el reconocimiento del público, órgano soberano en este aspecto, y el único capaz de reconfortar verazmente al artista, ya que los premios son siempre subjetivos y no premian siempre al mejor. Solo el público, con su apoyo es el único capaz de decidir quién es el mejor y más grande. Si el público tiene la capacidad de engrandecer a un músico, los premios son la constatación de su valor intrínseco.

Esto en lo referente al plano humano. Por otra parte, está la vertiente más práctica. Son un gran recurso promocional para una banda o un artista, ya que su optimiza su prestigio, se lustra el nombre, y de alguna manera, se obtiene cierto cache subjetivo que el público valora en mayor o menor medida. El hecho de haber sido galardonado con un premio, siempre tiene una vertiente promocional muy precisa, y en muchos casos, como he podido comprobar, efectiva. Por tanto, el impacto promocional es cuantitativamente apreciable, ya que la noticia aparecerá en todos los medios especializados, además de las imágenes recibiendo el premio en portales y revistas, que siempre contribuyen a fortalecer la imagen del grupo.

Por supuesto, nadie está en posesión de la verdad absoluta. Y es muy probable, que los grupos o artistas premiados, no tengan que ser necesariamente los mejores para la gran mayoría. Las opiniones son subjetivas. Hay quien dice también, que los premios sirven para fomentar el amiguismo, el clientelismo y no sé cuántas cosas más. Puede que en la industria global de la música, los Premios Grammy y cosas así, pueda ser más bien un mercado para colocar productos que vender. En nuestro caso, nos quedamos con los emocionantes momentos vividos cuando hemos entregado los premios. Esas imágenes emocionantes, me sirven para sentirme seguro de que el aprecio y el reconocimiento, sirven siempre para mejorar.

Premios en la música Por

Jabu

Jabu – Miembro de la banda de Rock/Metal Alternativo Melibea desde sus inicios, pasando de tocar la guitarra al bajo en el 2011. Todo el grupo compone, graba, escribe, arregla, produce, mezcla y masteriza a partes iguales, por lo que es sólo un 25% de lo que son. Actualmente grabando su “nuevo” disco.

En la actualidad, existen numerosos medios que sacan a la opinión pública la valoración de lo mejor del año, pero ahí es dónde surge el principal inconveniente ¿En base a qué se propone qué es o no es lo mejor del año? Evidentemente, todo grupo y artista, por el simple hecho de hacer arte, es merecedor de un premio, y más en los tiempos que corren, por lo que tras esta reflexión, se puede sacar la conclusión de que los mejores son los que marcan la diferencia en cada categoría, y ahí es donde encontramos el “cáncer” de estas nominaciones, encontrándonos a grupos que tras más de veinte años de carrera son nominados a mejor disco, mejor directo, mejor portada, mejor todo... discúlpenme, pero dudo que tras tanto tiempo en activo los discos de estas bandas, año tras año sea lo que marque la diferencia en algo, surgiendo cientos de grupos haciendo lo mismo, y con mucho más gusto, pero como el gusto es relativo, diré que con mucha más calidad, y eso no es relativo.

Por otro lado, vemos nominaciones como “mejor grupo maquetero” de bandas que a la fecha de esas nominaciones no han grabado ninguna maqueta, sólo se ha hablado del proyecto en cuestión. No menos vergonzoso es ver año tras año a instrumentistas, que se ha demostrado y reconocido públicamente que no sabe tocar el instrumento que le da de comer, por lo que estos tipos de nominaciones y muchas más, que no vienen al caso, las podemos meter en el saco de “colegueo” o dentro de esa política administrativa en las que cobran un X a las bandas por salir en sus medios (los cuales consumen (en su mayoría) los propios grupos que pagan por salir en ellos, creando una bola de “autoconsumo”), incluyendo una crítica a esos discos (sin criterio, ya que al ser pagadas, evidentemente, no van a hablar mal) y varios “privilegios” como por ejemplo, este tipo de nominaciones. Todo esto, genera un ambiente de desconfianza y de pureza en el sector, y por qué no decirlo, de desmotivación a la hora de votar e incluso de ilusión de encontrarte en alguna de estas listas, en las que ya no sabes si te encuentras por calidad o porque le caes bien a quien la ha confeccionado.

Posiblemente, todo esto no sea más que el fruto de una mala profesionalidad, ya que, al igual que cada grupo se deja la vida (literal) en hacer lo que les gusta y con cierto gusto, que menos que esa profesionalidad sea recíproca, porque lo único que se percibe de los medios es la comodidad, que dentro de la evidencia de que es imposible escuchar todo el material que sale al “mercado”, no se puede saber de antemano que grupos van a ser nominados para el año que viene, aún sin saber lo que van a sacar, y no equivocarse en que hagan lo que hagan algunos artistas, serán nominados a ser “el mejor” y lo más lamentable, es que alguno pensará que salir en sus listas de nominados es algún tipo de trampolín a un sitio que lleva ocupado por los mismos desde hace años.

Evidentemente, y por respeto a no dar nombres, lo sencillo de este “artículo” es generalizar, evidentemente existen gratas excepciones, pero que cada uno haga autocrítica.

Premios en la música Por

Garrido

Garrido (Madrid, 1988) lleva enredando en el mundillo del rocanrol desde los 17 años, cuando crea el programa de radio (aún en emisión los lunes en Radioenlace) GarridoRock. Con este nombre saca varios proyectos en los años venideros como un webzine, revista digital, y un festival, que el pasado año celebró su sexta edición en la capital. Ha ejercido también de crítico y reportero para medios como HeavyRock, Rock Estatal, Manerasdevivir.com o Kerrang!, y desde 2010 dirige también la discográfica independiente Gaser Discos y la agencia de Management GSR Producciones.

Me piden los compadres del Zona Ruido que os cuente sobre los Premios de la Música, y con menuda quimera personal hemos topado. ¿Qué es un premio de la música realmente? En España simplemente un medio de promoción sin ningún tipo de validez: las cadenas musicales de radiofórmula, infectadas en los últimos años de ese electro-latino machacón con letras machistas y denigrantes, premian, como es lógico, la música que más ha funcionado y sonado en su emisora, cosa que, para con lo que nos incumbe (el rocanrol) poco o nada tiene que ver. Es cierto que en algunas tenemos a nuestro Fito Cabrales y sus fitipaldis, con su elaborado y sobresaliente blues; a Amaral, con el pop-rock de letras espectaculares de sus últimos trabajos, incluso puro rocanrol con cuentagotas de gente como M Clan, Mago de Oz o Extremoduro; pero esos a los premios no llegan.

Y os decía que es mi quimera personal el tema a tratar por la polémica generada con los humildes Premios GarridoRock de la presente edición, que aún está con las votaciones abiertas. La dinámica es fácil: hay 20 apartados (Mejor disco, canción, banda, cantante, letrista…) en los que el menda pone 10 nominados en cada apartado y la peñita vota, sacamos una revista digital con los resultados (la revista digital, como tal, es un proyecto finiquitado, pero mantenemos este formato anual con los premios) en la que se lleva la portada la banda que más premios recaude y al ganador de cada premio le damos un reconocimiento que le hace ilusión y le promociona en la medida de nuestras posibilidades. ¿Qué polémica puede haber aquí? Pues resulta que muchos de esos artistas que mantienen y fomentan esa falsa humildad que hay en nuestro mundillo, y con la que no estoy nada de acuerdo (una cosa es ir de sobrado por ser músico y otra tener que decir que tocas o cantas mal para que la peña no crea que vas de estrellita… ¿Algún fontanero cuando va a vuestra casa a trabajar os dice que es un fontanero de mierda y que no tiene ni zorra?) ha resultado no ser tan humilde como le gusta aparentar.

El día que anunciamos los nominados y abrimos las votaciones me quedo perplejo al recibir, en las siguientes 48 horas (ojo, que los he contado a propósito), 22 llamadas telefónicas, 38 mensajes privados de Facebook, 12 SMS (se ve que ya no están de moda) y 82 mensajes de whatsapp de músicos ofendidos por no aparecer nominados en mis premios. Harto de la situación incómoda del ¿Por qué no me has puesto como mejor guitarrista, tío? (No se me ocurría ninguna respuesta amable que dar) puse un comunicado en las redes sociales pidiendo, por favor, no recibir mas quejas y la polémica se sembró. La gente se tomó muy en serio un reconocimiento como los Premios GarridoRock, y, en lugar de agradecer aparecer en ellos había que quejarse si no eras uno de los nominados. La respuesta y solución a tanta queja, es fácil y concisa: Son los Premios GarridoRock, del programa de radio GarridoRock, con lo cual es una visión totalmente subjetiva de los discos y canciones que nos han gustado y sonado en el programa de radio. Fin de la tragedia. Hablando con compañeros de la prensa, con muchos de ellos comenzando su trayectoria cuando yo no era mas que un crío, me cuentan que siempre ha sido así, y que debido a las polémicas y problemas generados por los mismos, la gran mayoría de ellos ha dejado de hacerlo, y me recomendaban aprender de mis mayores.

Conclusión ¿Queremos o no queremos premios? Si no los queremos, no entremos ni en votar ni en protestar, y, si los queremos, deberíamos tratarlos con mas cariño y no desprestigiarlos cuando no estemos de acuerdo con los resultados. El rock, y sobretodo en este país de pandereta, es algo minoritario y residente en el subsuelo de nuestras calles, y nunca accederá a los premios de las emisoras comerciales ni televisiones privadas (y cuando lo hace se convierte en mera anécdota), pero, si hubiéramos cuidado esas propuestas de finales de los 90, podríamos tener, quizá, nuestros prestigiosos premios de Manerasdevivir.com o de la revista Rock Estatal, por poner un ejemplo, con mas de una década de existencia y con total apoyo a nuestro rollo. De todos modos, y para terminar, recordemos que no estamos en esto por las medallas o trofeos, y que, el mayor reconocimiento para un músico, es que sus canciones formen parte de la vida de su público, que alguien, en algún lugar del mundo, se emocione, llore, ría, sienta, disfrute, se enamore o se sienta vivo con sus canciones, y se conviertan en parte de la Banda Sonora de sus vidas. Esto, amigos, es el rocanrol. Larga vida.

Lo que nuestros lectores opinan