Tarde fría de jueves en Madrid para acoger la presentación de “Dangerous: Peligro de Abducción” de El Sombrero del Abuelo. La sala Orange Café abría sus puertas con media hora de retraso aunque unos sándwiches para los asistentes parecían aliviar la espera.
El escenario presidido por una bota de vino colgada del pie de micro daba la bienvenida a los protagonistas: siete intrépidos y polifacéticos músicos provistos de guitarra acústica, bajo de seis cuerdas, violín, flauta travesera, batería, cajón flamenco, charango, sintetizador y guitarra eléctrica.
Comenzaba la actuación con “Destrucción +IVA” y cogía al público algo desprevenido, seguramente limpiándose las migas del bigote. El sonido era bastante bueno en la sala aunque el juego de luces se quedaba algo pequeño, y quizá por ello complementaban con proyectando imágenes en las paredes del local. Continuaron con “Si no lo viste”, y aunque tímidamente la gente se fue acercando a primeras filas, que por aquellas prácticamente solo tenían la presencia de algún fotógrafo y algún amigo de la banda. Continuaban la presentación con “Abuelo Lolailo”. Para “Ruta de carretera”, de su primer trabajo, se cambió el violín por la guitarra eléctrica logrando un sonido más rockero y, tras beber Raúl (vocalista) de la bota de vino se la pasó al público, que la fue rulando de mano en mano durante varias canciones hasta que regresó a su ubicación original. Le siguió “Comiendo ratas”, y ya sí que se empezaba a ver más animada a la gente. Un sampler con Aznar recordándonos que había sido presidente del Gobierno sirvió, al igual que en el disco, para introducirnos de lleno en “El pobre al hoyo y el rico al bollo”, incluido su momento tecnodiscotequero al que acompañaron con flashes y el que la gente recibió con gusto, pues ya empezábamos a darnos cuenta que rockeros no éramos muchos en la sala. Continuaban 
el show con “La lengua de los desamparados” y “F-16”, hasta llegar a “Peligro de abducción” donde nos sorprendieron con la irrupción desde el fondo de la sala del grupo de percusión Hakuna Ma Samba con las caras pintadas de verde simulando ser los marcianos de los que habla la canción. Impresionante los ritmos que interpretaron rodeados por los asistentes. Tras la retirada de estos procedieron con la discotequera “Very Relax” seguida de “Comí lombrices” y “Silencio nocturno”, donde se aprovechó para presentar a la banda entre ovaciones, y es que ya aquello se había convertido en un auténtico fiestón. Con “Mundo divino” unida a “Calorreo Sound System” dijeron concluir el concierto, aunque obviamente aún quedaban unos cuantos ases en la manga y la fiesta se prolongó durante un buen rato más. Para los “bises” y con Ali de Parpadeo acompañando en el micro, dieron cuenta de “Camino arriba” y “En Chueca”. Para “No nos podrán parar” contaron con el antiguo flautista del grupo. El fin de la velada llegó con “Technocopla” y con la aparición de nuevo de Hakuna Ma Samba, esta vez ya sin pintar, y que tras la retirada final del grupo, quedaron a mitad de sala con sus ritmos y envueltos por la gente que bailaba sin freno.
Un concierto sorprendente, como no cabía esperar otra cosa después de escuchar sus discos, en que aparte de la calidad y el buen hacer de los músicos primó por encima de todo la fiesta que consiguen transmitir al público, que bailó y disfrutó de lo lindo.
