Pocas veces puede uno asistir a un festival de grupos metaleros patrios, con una gran organización, un sonido perfecto, en un local con una acústica espectacular y sobre todo con grupos españoles que intentan salir adelante en los tiempos que corren.
La consigna era clara, hay que reventar el doble bombo, los tímpanos de la audiencia y si se puede, los cimientos del edificio. Y eso es lo que pasó, desde el primero hasta el último de los grupos que desfilaron por el escenario de la mítica sala Caracol.
The Metal Factory ha realizado un esfuerzo enorme por organizar el evento, no escatimando en nada, y eso lo hemos agradecido tanto los asistentes como los propios músicos, ya que todos y cada uno de ellos ha felicitado a la organización.
El festival se ha dividido en dos jornadas, cinco grupos por día. El viernes tocaron Against the Waves, Left in the Wake, Silent Havoc, Thirteen Bled Promises e Inbreed; y el sábado Wildhead, Kitsune Art, We All Fall, Overdown y As My World Burns.
Y ¿que fue lo que vivimos, aparte de decibelios y buena música?, pues metal, para no entrar en catalogaciones insulsas. Unos con sintetizadores, otros mas guturales, otros disfrazados, diferentes estilos de hacer lo mismo, música cañera.
Against the Waves
Fueron los encargados de romper el hielo, con una música de calidad y buenas composiciones, mezclando partes fuertes con otras muy melódicas, con dos cantantes que contrataban sus voces y buenos solos de guitarra.
Los seis miembros del grupo tienen claros sus roles, dos cantantes, uno de ellos se encarga del sintetizador y el ordenador, creando atmósferas diferentes dependiendo de las canciones, dos buenos guitarristas y una base rítmica poderosa, con un batería concentrado en machacar sin piedad su instrumento.
Destacaría los temas Bound of Emotions y Spotlights & Papercuts (una canción muy buena, muy celebrada por el público). También destacaría una versión, The Bitter End, de Placebo, pero a su estilo.
Left in the Wake
Sorprendente puesta en escena, al principio parecía que el cantante iba vestido para una clase de aerobic, hasta que empezó a cantar con un vozarrón. El bajista, muy impetuoso en sus bailes, se cargó la correa del bajo dos veces, pero no se descompuso y tampoco se le cayó al suelo, fue divertido verle hacer equilibrios.
El grupo salió muy enérgico, con una música dentro de lo brutal, pero con ritmos rápidos que se dejaban escuchar e hicieron saltar a los asistentes, llegando a montarse bastante pogo entre el público de las primeras filas.
Destacaría de ellos los temas Face Today, Endure Tomorrow y Make or Break. Un grupo joven y con mucha ilusión, mucha energía positiva, que hace falta.
Silent Havoc
Un grupo más grindcore, mucha velocidad en sus composiciones, con solos dobles de guitarras, y la voz no tan grave como los anteriores. El público seguía con la tónica del concierto anterior, disfrutando y bailando, dándose empujones, todo con muy buen rollo y disfrutando de la música.
Acabaron el concierto los guitarras tocando cada uno la guitarra del otro, por la espalda, en el aire…
Destacaría de ellos los temas Poison for the Fairies y The Lyre of Terpsichore, durante la cual el público practicó el muro (para el que no lo sepa, se abre el público y se queda dividido en dos bandos, y cuando empieza la música los bandos salen corriendo unos hacia los otros, a lo Braveheart).
Thirteen Bleed Promises
Este grupo rompió los esquemas de puesta en escena que habíamos visto hasta el momento, al aparecen el cantante vestido de botellín y el bajista con un casco y barba de vikingo. Con un rollo death metal contundente y bestial el botellín empezó a masacrar al personal con una voz gutural, brutal, que contrataba con su disfraz.
Un concierto muy cañero, con un baterista metódico, un grupo directo y salvaje que terminó por agotar al público.
Destacaría de ellos los temas Five Levels of Doom, Immortal`s Tomb y The Thruth is Out There.
Inbred
Los únicos que utilizaron un adorno detrás, en este caso una tela. Un grupo con buenas canciones, muy elaboradas, temas más progresivos, para terminar una noche memorable de metal.
El bajista apareció con la camiseta de Spud Webb, el jugador de la NBA más bajito en ganar un concurso de mates. Vimos a varios músicos con camisetas de la NBA, aparte de porque les guste este deporte, también porque sin mangas son mas frescas, y no hacía poco calor…
Destacaría de ellos los temas Under a Sky of Thorns y Blood River.
(Continua aqui con la crónica del sábado)
- CaChoRRo