Y el Rock & Roll pasó por Zaragoza. Si eres inteligente deja de gastar tiempo leyendo esto y gasta estos tres minutos en presenciarlo en directo y no volverás a perdertelo.
Miércoles noche, garito de rock, apenas llega a veinte personas, una hora de espera de la hora establecida, los miembros de la banda en una rutinaria calma esperaban tratando de pasar desapercibidos ("No, no, I´m no one", respondía Bobby a la petición de una foto) tomándose algo hasta que Adam apareciese. Y entonces apareció él, Adam Bomb, guitarrista de Seatle afincando en NYC, treinta años en la carretera en los que no ha parado de tocar la guitarra por medio mundo y en los que ha conocido y tocado con lo más ilustre del rock anglosajón de estas décadas.
Se presenta con una chaqueta de la policía Local acompañado a su peculiar estilo glam-rock, saluda a todos como si nos conociera de toda la vida con su original estilo anglo-spanglish, aprovecha para hacer una rifa de su último CD vendiendo boletos entre los presente (lastima, me quedé a cinco números), se pide una coca cola, acaba de cerrar los tiempos y parones del concierto con el responsable y sabido que desde el mismo momento que había entrado ya toda la sala lo miraba y lo esperaba a él arranca su ciclón.
Hicieron una parada en su actuación, después amenazaron con cortarlos a la hora establecida, suerte para todos que se pasaran hasta treinta minutos desde ese aviso y pudimos presenciar más de hora y media de rocanrol en puro directo con un buen sonido tras unos pequeños problemas de inicio con el micrófono, donde guitarra, voz y cantante estaban a escasos centímetros de ese poco pero entregado público que se movió, fotografió, grabó… al compás de la banda.
Comenzaron intensos con temas como "Angry Angry" donde contó una anécdota con la esposa de J.Paul Jones de Led Zepellin o con la españolizada y conocida casi por todos "Siete Lonchas" de Antonio Flores para seguir mezclando sus temas ya clásicos como "King of the world" o "Crazy mother fuckers" con versiones también míticas de rock and roll como el "I Wanna Rock and Roll All Night" de los Kiss.
Fue una actuación brutal, profesional y auténtica. Sin Set List, sin parar, sin una nota mal puesta, con tiempo para que cada uno de los tres miembros de la banda gozaran de su protagonismo y de su momento y es que aunque el personaje, el showman, sea Adam bomb hay que destacar también a todos los bajistas y baterías que le han acompañado durante su carrera (algunos muy conocidos como Gorka Alegre o Jimmy Crespo) y ayer no fue excepción. Maxx N`Roll al bajo marcando el ritmo y Bobby Reynolds a la batería rompiendo los tiempos y haciendo resonar el local en cada canción también nos hicieron gozar en cada canción.
Tocaría el descanso y primer aviso de fuego a pesar de lo pequeño que era él local, y seguirían sonando clásicos suyos como "I want my Heavy Metal", seguiría el juego con el público, la petición de cuernos, la petición de corear "Shut my…". Las versiones de "New York, New York" en modo Glam Rock y la presentación de alguno de los temas de su último disco "Rock On, Rock Hard, Rock Animal", aunque faltase el single "Avalanche".
Con la despedida y los temas finales la traca final llegaría una de las marcas de identidad de Adam bomb, los fuegos artificiales y el fuego a la guitarra y a los platos de la batería.
El público no dejaba de acercarse de forma proporcional a lo que el bajista y el batería se alejaban ante tantas chispas y fuego y tan poco espacio, el deleite de los afortunados que estábamos entre el público era pleno… Rock & Roll. Sobran palabras para describirlo solo hace falta presenciar una sesión de la banda en directo para sentirlo. Acabarían con "Rock Like Fuck" entre los coros de la gente.
Soltaron los instrumentos, se pidieron una coca cola, se salieron a fumar un cigarro, a los "¡la hostia! ¡Cojonudos!" de la gente respondían con un cortes "thank you", daban una mano agradecida por el cumplido y se seguían secando el sudor de todo lo que se habían dejado durante la actuación.
Mañana Donostia, y pasado otro, y pasado otro y así tantas noches de rock and roll, y así tantos años que lleva este rockero dando vueltas por el mundo.
Por el bien del rock and roll ¡Que dure! Y por el bien de Zaragoza, en este caso, pero de todos esos pequeños garitos, ciudades y pueblos que acogen su tour que les sigan saliendo rentable a todos para que el rock and roll de toda la vida no muera. Anoche espero que así lo fuera.
