Tras un período corto fuera de los escenarios, para lo que suelen tenernos acostumbrados, Extremoduro vuelven a los escenarios. Una nueva gira en la que se embarcan con motivo del lanzamiento de su nuevo álbum de estudio, Para todos los públicos, que como hemos apuntado anteriormente está a medio camino entre la primera la última etapa en la música de los extremeños.
Lo del concierto de Rivas también nos tuvo en vilo, y es que durante una semana reinó la incertidumbre sobre si el concierto se celebraría por fin en Madrid; el cambio de Leganés a Rivas por la excesiva venta de localidades nos mantuvo a la espera hasta el último minuto.
Pero al final los seguidores de la banda tuvieron suerte, pues el Auditorio Miguel Ríos de Rivas, fue el elegido para acoger nuevamente el evento, como ya hizo en la edición del En Vivo 2012.
La apertura de puertas del recinto tuvo lugar a las 19h, estando prevista la actuación para las 22h. En esta gira, apuntaba Robe Iniesta que no contarán con teloneros, para ofrecer un directo más prolongado que pueda acaparar el mayor número de temas posibles.
No obstante, a las 21:30 la mayor parte de los asistentes se encontraban aún fuera del auditorio, "haciendo tiempo" a la sombra algún que otro mini.
El concierto no empezó puntual, pero hubiera sido de extrañar por otra parte. Un sonido de elevador de obra fue haciéndose con el protagonismo de los presentes, sin entender nadie muy bien a qué se debía. Poco a poco, empezó a descender un contenedor, que permaneció unos instantes en medio del escenario.
Empezó a sonar la música y el contenedor empezó a elevarse de nuevo, descubriendo bajo el a los reyes de Extremadura, que con una acalorada ovación fueron recibidos por su público.
Un despegue puramente instrumental, que finalmente vino seguido por "Sol de invierno" y "Buscando una luna", algo que nos sorprendió gratamente, pues esperábamos que la banda apostara por los temas de su último álbum para abrir el concierto.
Un roce a Yo minoría absoluta fue "La vereda de la puerta de atrás", algo que no hizo sino aumentar el entusiasmo de los espectadores. Para aminorar un poco la marcha, se coló un tema de su nuevo disco, "Locura transitoria", así como "Mamá", 
en los que Uoho y Robe comenzaron a marcarse unos elaborados solos y composiciones a modo de puente, que resultaron ser algo habitual en el directo para enlazar canciones entre sí, pero que supuso como consecuencia la ausencia de algunas de las canciones más míticas, debido a la excesiva duración de estas piezas.
"Golfa" no pudo faltar tampoco a la cita, seguido de algo más descafeinado como puede ser "Si te vas", que provocó, junto a otras de sus más recientes creaciones, que abundarán en el público los mecheros en alto, un clima que a algunos no terminó de convencer.
Hubo instantes para el relax absoluto, como el elegido para introducir una nueva obra titulada "Canta la rana", antes de la cual Robe realizó una petición muy peculiar, que fue la de que nadie grabara la canción mientras la estuvieran tocando, ya que era inédita. Una canción interpretada casi a modo de nana, de la cual despegó La ley innata con "Dulce introducción al caos", "Movimiento segundo" y "Movimiento cuarto".
Un descanso de 20 minutos se tomaron los Extremo para retomar el asunto con las pilas cargadas. Entraron con "Prometeo", otra de las antiguas, y siguieron con uno de sus temas más conocidos, "Jesucristo García". Una vuelta más a Para todos los públicos con "Poema sobrecogido" y después un puñado más de los clásicos, entre los que no faltaron "So payaso", "Standby", "Salir", "Puta" o "Ama", se encargaron de amenizar la velada junto con otras tantas del nuevo repertorio como "Que borde era mi valle" o "El camino de las utopías", que clausuró el concierto.
Destacar la alta calidad musical demostrada por la banda, un concierto un tanto frío en el contacto con el público, aunque Robe 
nunca ha sido de demasiadas palabras en este aspecto. No obstante, volver a escuchar canciones tan emblemáticas de nuestro rock estatal bien valía este espectáculo. Como punto negativo de la noche, señalar que el excesivo abuso de las piezas instrumentales supuso tener que sacrificar algunas canciones que se quedaron en el tintero y que quizás de otra manera podrían haberse introducido.
La banda cuidó a su gente, preparando un servicio de autobuses gratuitos con destino a distintos lugares de Madrid y permitiendo la devolución de la entrada del concierto a los que el cambio de ubicación les hubiera supuesto algún percance.
Desear como siempre a Extremoduro que su gira continúe con el mismo éxito de Rivas y que sigan desatando la euforia de su público al encontrarse con ellos.
- Robe Alonso
