Hatesphere empezó llamándose Necrosis y grabando algunas demos hasta que en el año 2000 debutaron bajo el apelativo Hatesphere con el homónimo disco. En el 2002 llegó “Bloodred Hatred” convirtiéndose en el mejor disco del año en Dinamarca. Al año siguiente publicaron el minicd "Something Old, Something New, Something Borrowed and Something Black” acompañado de una extensísima gira que les haría ganar el premio a mejor banda del año en los premios de la música daneses. Su nueva descarga fue “Ballet of the brute” (2004), un minidisco adelanto de su nuevo larga duración “The killing EP” (2005) y “The sickness within” (2005) que ya presentamos en su momento

Le toca el turno ahora a este tremendo “Serpent smiles and killer eyes” que, a pesar de no poder presumir de tener una portada demasiado lograda, si que se erige como el mejor disco de la banda de forma indiscutible y es que, HATESPHERE, se lo toma de otra manera en este nuevo lanzamiento mostrando a una banda más madura y algo más calmada (solamente algo).

HATESPHERE ha solido caracterizarse por un estilo crudo, salvaje, acelerado y directo a la yugular, tal y como decíamos de su anterior “The sickness within”, sin embargo, como digo, en este nuevo disco hallamos más variedad y muchos cambios de ritmo entre tema y tema llegando incluso a explorar terrenos que pueden rozar las bases rítmicas del doom como podría ser el tema “Drinking with the king of the dead”.

No teman los fervientes seguidores de la agresividad marca de la casa porque los trallazos siguen garantizados como en “Lies and Deceit” o “The slain” pero tal vez lo que marque la diferencia con trabajos anteriores es la inclusión de algunas líneas melódicas que hace que su nuevo material se algo más accesible.

Y, evidentemente, seguimos con los trallazos a todo trapo con una estructura más clásica en el estilo de la banda como la feroz “Forever War”, el cañonazo “Feeding the demons” o la pegadiza “Floating”, con unas líneas de guitarras absolutamente cortantes, crudas y salvajes.

Todo ello, claro está, aderezado con los berridos incombustibles de Jacob Bredahl y la inmensa combinación rítmica de Peter Lyse Hansen, Henrik Jacobsen, Mikael Ehlert y Anders Gyldenøhr que, sin dar tregua, ofrecen a la audiencia una auténtica lección de thrash metal modernizado con voces metalcore.

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