Este asturiano afincado en Madrid desde hace varios años, es el responsable de El Garaje Producciones, agencia de contratación y management de grupos como Mala Reputación, Desakato, Después de Todo, Desastre, La Taberna de Moe y En Espera.
Además será el responsable de la programación y la agenda de Rock City, una nueva sala de conciertos de próxima apertura en Valencia.
En condiciones normales en este mundo abrupto que ando metido desde hace años del mundillo musical, sé perfectamente quien soy, de donde vengo pero no sé a donde voy y mucho menos hasta donde voy a llegar. Son momentos de reflexionar, de pensar en que es lo que está pasando en el mundo, en nuestra ciudad, nuestro entorno y en nuestras vidas tanto en lo personal como en lo profesional.
Son momentos difíciles donde una rueda implacable de crisis económica y un gran agujero monetario en los despachos gubernamentales nos llevan a una situación de temporada estival casi desierta de eventos culturales y música en directo. Todos los mánagers, promotores, grupos y artistas nos vemos afectados en mayor o menor medida por esta situación…y si encima te mueves en un circuito más bien independiente como es el mundo del rock, la dificultad se agranda considerablemente.
De antemano ya se esperaba que este verano iba a ser complicado en este aspecto y más aún teniendo elecciones locales y autonómicas el 22 de mayo, donde muchas asociaciones, colectivos y promotores tenían que esperar a ver que pasaba con las votaciones en su localidad , para ver el color de la bandera política que iba a ondear en el balcón de su ayuntamiento. Tenían que esperar para ver si el concejal o alcalde de turno les daba permiso para que ese festival humilde hecho de corazón , con cierto renombre y prestigio dentro de la escena y en algunos casos con más de 15 años de solera, podía tener continuidad y seguir realizándose al menos otro año más. En algunos casos las respuestas han sido positivas y en otros les han dado boleto o puesto la zancadilla.
Por desgracia, y sin la más mínima intención de entrar en política, ya que personalmente para mi todos los que entran al poder son iguales- el color que ha terminado predominando en la mayoría de los ayuntamientos es el color blanco “de la gaviota” , por lo que la dificultad de poder mover a los grupos de rock y de cerrarles actuaciones se complica aún más si cabe…esperemos que haya honrosas excepciones donde el concejal de turno apueste por las bandas de rock, aunque ya es de todos sabido que “los rockeros van al infierno” y en muchos sitios seguirán estando mal vistos aunque pasen 50 años más.
La postura se torna complicada y espero equivocarme, pero esta situación me da que va para largo, así que no nos queda otra que seguir peleando mientras nos queden las ganas y con el convencimiento que todo esfuerzo tiene su recompensa y los que superen este envite, aún pasando momentos difíciles, verán su recompensa algún día, que aunque algunos no lo crean, los mánagers en la sombra trabajamos y más de lo que la gente piensa. Por el puto rocanrol.