ENTREVISTA: Luis Blanco

Luis BlancoCon un currículo impecable y multidisciplinar donde los haya, el perfil de Luis Blanco viene a ejemplificar aquello de: "el que la sigue la consigue". Su carrera en activo dentro de la música habla por sí misma, más de veinte años en los que este amante del rock ha logrado construir de su pasión una profesión, un MÚSICO con mayúsculas. Luis Blanco es cantante, productor, profesor y director de Jam Session, la primera escuela en España que ofrece una licenciatura oficial de rock. Hace unos meses publicó, con su proyecto Free to dream, una banda experimental que fusiona el Hard-Rock con la música negra, un nuevo trabajo de estudio que lleva por nombre "Rocktámbulo".

Luis: He tenido la grandísima suerte de vivir de una profesión en un país donde apenas existe dicha profesión. Hay muy pocos, y los cuatro que viven de esto son personas conocidas y famosas. Yo soy de la minoría que ha conseguido profesionalizarse y vivir de ello en un nivel más underground, más alternativo, pero haciendo infinidad de trabajos diversos, siendo multidisciplinar y conformando una carrera que empezó y sigue siendo pasional. El día que no haya romanticismo en aquello que haces cómo vas a continuar, hacerlo sin pasión sería engañarme a mí mismo y engañar a los demás.

ZR: ¿Qué significa la música para ti y con qué te quedas de tu larga trayectoria hasta el momento?

Luis: La música es el motor de mi vida. Yo por ella lo hago todo y es curioso porque detrás de este motor, el vehículo se mueve y me lleva a lugares insospechados. El verano pasado, por ejemplo, estuve de gira en la antigua Unión Soviética y descubrí la ciudad fantasma de Karosta, en el oeste de Letonia. Un cantante de rock de Dinamarca se ha comprado todos los locales de los servicios secretos del KGB y ha montado discotecas de rock abiertas 24 horas al día, durante seis meses al año. Como ves, la música me lleva a conocer situaciones, lugares y experiencias que de otra manera no conocería. La música es el motor, pero luego necesitas las ruedas, el chasis, los faros, el contenido... el motor es sólo una parte importante, pero el resto conforma la cultura, es decir, me dedico a la cultura, a la industria cultural de alguna manera y su difusión, porque creo que es lo que vale la pena en esta vida.

ZR: Y tampoco le tienes miedo a la experimentación como demuestras con este reciente "Rocktámbulo".

Luis: Experimentar es necesario y, a veces, es bueno apartarse por un tiempo de tu estilo y cambiar de ambiente como músico. Así llenas la cabeza de ideas. Creo que la cultura: leer, escuchar música, ver documentales y todo lo que esté relacionado con la cultura es la gasolina del motor.... A veces me critican... hace poco he estado grabando un disco de jazz en Noruega y: ”Ostias, tío, te dedicas al rock y has grabado un disco de heavy de puta madre y ahora estás haciendo jazz, pero qué mierda es esta”. (risas) Y tú dices: ”Pero y qué tiene que ver”. Me apetecía hacer esto, experimentar y tocar con unos músicos de Oslo que no me conocen de nada y por eso nuestro encuentro es completamente objetivo. Hay unas partituras, uno temas, y nos ponemos a tocar. Ellos no han escuchado mis discos ni saben nada de mí, y yo tampoco sé nada de ellos, pero fluye la música y si son buenos músicos nace algo de ello.

Luis BlancoZR: El nombre de la banda "Free to dream" ya me parece toda una declaración de intenciones. ¿Cuál fue vuestra pretensión al arrancar el proyecto y por dónde os queríais mover?

Luis: El nombre significa "Libre para soñar", de alguna manera vivimos en una sociedad tan encorsetada que es imposible ser libre, pero siempre nos queda el sueño. Empezamos un proyecto con el que hacer la música que nos diera la gana, sin ceñirnos a ningún estilo, sin que se nos pudiera clasificar y en donde cada uno tocara lo que le apeteciera. Yo llevo la dirección de la composición, pero dejo muchísimo margen a los músicos, porque cuando realmente tocan bien, es cuando ponen de su parte.

ZR: De ahí lo de sacar el disco con vuestra propia compañía, ¿verdad?

Luis: Sin duda... el sello de la escuela, "Jam Session Records", que abrimos en 2004, nos permitió tener pleno control, tanto en las ventas como con la disponibilidad. A veces me preguntan por discos que grabé con otras compañías, porque a la gente les dicen que ya no se reeditan.

ZR: En la grabación de este "Rocktámbulo" habéis trabajado con equipos analógicos, sin ordenadores y en tres únicas sesiones de grabación, ¿Cómo fue el reto y hasta qué punto valoras la tecnología moderna en el estudio de grabación?

Luis: El problema de la grabación digital es que da muchísimas posibilidades, pero yo estoy cansado de que un músico se venga tres horas al estudio y luego el técnico de sonido se pase seis meses arreglándolo todo porque con el ordenador es muy fácil. En analógico, más allá de la parte romántica, el sonido que otorga y la calidad, la edición es muy complicada porque se hace con tijeras. Es un proceso complejo donde los músicos se tienen que equivocar lo menos posible. En aquellas sesiones, a la gente le caían gotas de sudor, de la tensión de la grabación (risas)... pero esa tensión se escucha y de alguna manera era lo que yo buscaba en el disco.

ZR: "Rocktámbulo" ha sido reconocido como el mejor álbum de rock progresivo de 2011, "La mujer invisible", vuestro primer trabajo, se considera hoy disco de culto a nivel internacional. ¿Choca un poco este reconocimiento y que no tenga cierto respaldo mediático en los grandes medios de comunicación españoles, incluso en los especializados en música?

Luis: Existe un viejo refrán que dice que nadie es profeta en su tierra y tendemos a valorar lo que tenemos lejos y no valorar lo que tenemos cerca. En realidad, esto es así en todo el mundo. Yo lo tengo asumido. Cuando hacía giras internacionales teloneándo a Saxon o a Motorhead, volvía a España y hacíamos muy poca cosa. Durante unos años me pregunté: “Qué raro que me salgan más trabajos fuera que dentro”, pero ahora lo veo como algo natural. El reconocimiento no es una cosa que se deba esperar, si llega es de agradecer, pero no se puede vivir para ello. Aparte, el reconocimiento y el piropo te pueden debilitar, porque puedes perder el concepto de la realidad, y eso le pasa a muchísima gente.

ZR: Vuestro disco habla sobre el control que ejerce la política sobre la cultura, ¿el concepto de la comercialidad sobre la autenticidad dentro de la música entra también dentro de su lectura?

Luis BlancoLuis: Por supuesto, entre la comercialidad y el control de la política nos lo hemos cargado todo. En este disco hemos tratado de meter muy pocos estribillos, para que entre de la forma más dura posible, y no pueda irradiarse, es decir, totalmente en contra del hit. La comercialidad y el exceso de ventas son tan nefastos como el control de la política sobre la cultura. Dentro del vinilo, hay una foto del desierto del Gobi con un coche en medio, que simboliza un loco en un mundo de lúcidos o un lúcido en un mundo de locos. El disco está dedicado de alguna manera a las personas que entienden que la cultura se transmite de forma subliminal y a través de un arte.

ZR: ¿Vuestros planes más inmediatos?

Luis: En verano nos vamos un par de semanas a Cuba e iremos a llevarnos el máximo número de vivencias posible. Nos han dicho que somos el grupo español que va a hacer una gira más larga, pero no sabemos las condiciones que nos vamos a encontrar. No me voy a llevar mi backline de instrumentos de colección y tocaremos con un equipo que nos pondrán allí. Al parecer en Cuba existe un movimiento de rock background que el mundo no conoce y nos ha invitado una promotora muy joven que se está abriendo al mundo ante un posible cambio. Es muy interesante, va a ser algo único, conocer una cultura y un proyecto alternativos, además te adelanto que estamos filmando todos estos viajes y shows, y lo haremos posteriormente en Austria y en Sarajevo. En el caso de Sarajevo, en Bosnia, se ha creado una escuela de rock y a través de ella están tratando de unir a las diferentes etnias que estuvieron en guerra, para que al tocar conjuntamente, en grupos, aprendan de nuevo a convivir y a perdonarse el odio.

ZR: ¿Nos puedes adelantar algo más sobre los documentales?

Luis: Llevamos cuatro cámaras, pedimos permiso para filmar los conciertos, pero a la vez filmamos los exteriores y las situaciones que nos vamos encontrando. Queremos documentar esta cultura a flor de piel, como con escasos medios y la imaginación ante situaciones difíciles, se buscan soluciones y se van coordinando. Con el tiempo editaremos y sacaremos este material, en el que se verá algo que choca de raíz con nosotros, que vivimos inmersos en una cultura de la imagen.... Ir a sitios y conocer gente con necesidades, es recuperar la inteligencia y el sentido común que hemos perdido nosotros.

ZR: Me interesa mucho saber cuáles son tus influencias musicales y, sobre todo, alguien como tú, que experimenta, que forma a otros músicos, cómo ve la salud artística del rock que se hace hoy en España.

Luis: Me atrevo a decir que es un momento diferente, ni mejor ni peor, simplemente diferente. Hay muchos más grupos y el embudo es más estrecho. El peso de los clásicos en el rock es tan fuerte que no se les deja descansar, y esto resta posibilidades a las nuevas generaciones que, como arrastran menos, no interesan.

ZR: Dice mucho de un músico que se preocupe por dar formación a los demás en su campo o, si lo prefieres, darles la oportunidad que probablemente no tuviste. En "Jam Session", la escuela que diriges y que es la primera escuela oficial de Rock y Nuevas Vanguardias en España, ¿te ves identificado con los alumnos que entran en el centro?

Luis BlancoLuis: Mi época y la suya es distinta, y lo cierto es que no me veo muy identificado. Intento que tengan todo aquello que yo no tuve, pero no quiero darlo gratuitamente, es algo por lo que tienen que luchar. Hay dos formas de llegar a un sitio, por el atajo o por el camino largo, y yo les digo que hay que tomar el camino largo, donde aprendes del paisaje y de las cosas, y ellos no me entienden. En la escuela hay un gran principio que dice que un buen profesor es aquel que consigue que el alumno sea mejor músico que él. Me gustaría retirarme sabiendo que mis alumnos han llegado más lejos que yo, que se han empapado de cultura y de sabiduría, y que han hecho su camino, no el mío, pero que lo hagan, que no se dejen llevar.

ZR: En el colegio, creo que en octavo de la antigua EGB, tenía un profesor de música que ninguneaba al rock. Venía a decir, poco más o menos, que eso era ruido, qué le diría el director de una escuela con titulación oficial de rock si lo tuviera delante.

Luis: Es algo muy típico, no te creas, y a esa gente le diría que no han escuchado bien, es evidente, y que tienen una mente muy cerrada. Las academias y las escuelas se nutren muchas veces de personas con ciertas frustraciones, que se refugian en la enseñanza porque no han podido desarrollar una carrera profesional... Yo rechazo los academicismos de las escuelas tradicionales, que adoctrinan y redirigen a los alumnos hacia un pensamiento único. Quiero que mis alumnos opinen, que desarrollen las herramientas para hacer un debate interno sobre lo que viven, no que sigan mis pasos y tengan mis opiniones... “El muro” de Pink Floyd, otro disco programático, habla precisamente de eso y trata de denunciarlo, algo similar a lo que nosotros hemos tratado de hacer con nuestro disco.

ZR: ¿Aprendes algo como profesor a la vez que enseñas?

Luis: Constantemente, si no, no seguiría en esto. Hace tiempo aprendí a no rechazar a ningún grupo ni tendencia, por mucho que vea que sea un producto de moda, político, subvencionado y amañando. Es un error decirle al alumno que lo que escucha es una mierda, le debes ayudar a encontrar ciertas cosas a través de su propio punto de partida. Si aportas en vez de rechazar, vas dejando que la persona, por sí misma, decida si lo que tú le enseñas es valido o no.

ZR: ¿Qué opinión te merece la visión de la pedagogía musical que dan programas como OT o similares?

Luis: Esos programas han hecho muchísimo daño a la enseñanza y no creo que tenga arreglo. Son un ejemplo nefasto porque el objetivo de la música no es triunfar; ya empiezan mal. El objetivo de la música es disfrutarla y, a través de ella, hacerte mejor persona, alguien más crítico, más profundo, una persona mejor para la sociedad en la que vives. Sufrí el golpazo de OT, que fue una autentica ostia, porque llegó un montón de gente que quería triunfar y prepararse para el casting, sin conocimientos musicales y más preocupados por obtener fama que de aprender. No obstante, la televisión sepodría emplear para hacer cosas muy interesantes; una de las instituciones que viene a examinar a mi escuela es la inglesa Rockschool, que bebe mucho de un programa de televisión homónimo de principios de los 80. Allí daban una clase Luis Blancode cómo tocar un instrumento en cuestión, e invitaban a un prestigioso músico como Tony Iommi de Black Sabbath, que explicaba cómo hacía ciertos arreglos, o Graham Bonnet, el segundo cantante de Rainbow. En Estados Unidos, Bernstein, el directo de la orquesta de la película Fantasía de Disney, tenía un programa de televisión en los años 50 y 60 de enseñanza musical, programas que posteriormente se transcribieron y publicaron en libros.

ZR: ¿Cuesta más enfrentarse a una clase con equis alumnos o a un concierto frente a miles de personas?

Luis: Es lo mismo, yo lo entrego todo y lo vivo igual, tanto si doy clase como si salgo al escenario.

ZR: ¿Te pongo en un aprieto si te digo que me recomiendes un par de discos de rock?, no todos los días tengo a un profesor de la materia delante...

Luis: (se ríe y lo piensa) Mira, voy a recomendar un documental que resume perfectamente el espíritu de la música. Aconsejo a todos los músicos y aficionados que lean esta entrevista que vean el documental "Man on wire", de James Marsh. Ahí está resumida la filosofía de la lucha por la música. Simboliza el hecho de tener un sueño, la necesidad de compartirlo y el esfuerzo por conseguirlo a toda costa. Por desgracia, en nuestra sociedad, la gente más joven no tiene un sueño, y los sueños mueven el mundo. Ojalá que no falte, que todos encuentren el suyo y lo pongan en práctica, sin miedo al fracaso. Fracasar es lo mejor del mundo, no hay que tener miedo, con el fracaso se aprende.

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