- 21-05-2012
1-Pa´ enredarte 2-Punto de mira 3-Aguardiente 4-Eclipse 5-El muelle 6-Como el invierno 7-En lo más pequeño 8-Hasta diez 9-Imán 10-La balanza 11-Remiendos 12-Rugir y morder 13-Flechas cardinales
- Barricada
- «Flechas cardinales»
- Abril de 2012
- (Warner Music)
Un nuevo disco de Barricada siempre llama la atención, y mucho. No en vano estamos hablando de la banda de rock más grande que ha habido y hay en este estado. (Seguramente este argumento merece más un editorial o un “A tres bandas” que una frase suelta en una crítica). Con “Flechas cardinales” nos encontramos ante el decimoquinto álbum de estudio de los navarros, además de cuatro directos y algunos recopilatorios. Pero no es un disco más, es el siguiente al laborioso “La tierra esta sorda” y sobretodo es el primero en que todo el peso de la composición recae en Boni y Alfredo. El primer disco sin el Drogas. Por todo ello, de antemano, me parece que es un punto de inflexión en la carrera de Barricada. Si se produce una cercana reunificación puede quedar como un disco anecdótico, pero si no, estamos ante otra etapa en la carrera de Barricada. Después de un interesante acústico en el Fnac y una decepcionante actuación en el Viña me dispongo a dar mi opinión personal, ya con muchas escuchas.
El disco arranca con "Pa´ enredarte", una intro un tanto extraña y el coro de los fans que fueron invitados a participar en las grabaciones nos dan la bienvenida. La canción suena a Barricada, podría cuadrar en el “Hombre mate Hombre”, el “Bésame” u otros discos, además destaca mucho la guitarra principal, pero no llega a ser una de esas canciones que engancha.
La siguiente que nos encontramos es "Punto de mira". Por su melodía y por su estribillo es el single nato del álbum. Barricada en estado puro, letra reivindicativa que sin darte cuenta te sorprendes cantando.
Con "Aguardiente" estamos en más de lo mismo, vamos notando que aún sin el Drogas esto no deja de ser Barricada. La letra se deja saborear más por una sonoridad más nítida, con menos distorsión. Es una de las más destacadas del disco.
"Eclipse" es una de las lentas. Uno de los temas de Barri que tocan la fibra ”No quiero hablar de mis victorias o derrotas, sólo escuchar tu voz. Cuando la sangre hierve, sólo escucharé tu voz. Si en mis brazos te pierdes, sólo escucharé tu voz”. Por ser un medio tiempo es poco dada a entrar en repertorio eléctrico, salvo quizá para coger aire, pero en los acústicos será una habitual.
A estas alturas de la escucha se hace imposible no destacar la producción del disco. Iker ha hecho un trabajo estupendo y ha conseguido un sonido impecable. "El muelle" es otro buen ejemplo de ello. Una de las mejores canciones del disco, potente, directa y sin medias tintas. Es de las que puede aguantar mejor el paso del tiempo y hacerse sonar más allá de esta gira.
Barricada saca su lado tierno con "Como el invierno", un tema al estilo de “Animal caliente” o “Deja que esto no acabe nunca”. Los fans de estás canciones van a poder saciar su apetito. Supone el retorno de Alfredo a las voces después de muchos años apartado del micrófono del estudio. La letra sin estar a la altura de esos clásicos de matrícula de honor, sí que es notable. “Te diré que algo ha cambiado entre la tierra y el cielo, alguien lo está emborronando a brochazos muy gruesos, Y sé por qué cuando te alejas la soledad está cerca, como ahora el invierno que perezoso tarda en volver”
Pero la caña no tarda en volver, "En lo más pequeño" tiene un arranque muy potente, una batería y unos acordes de guitarra que atropellan. Poco más se puede decir, la canción sigue con la tónica general del disco y de la banda. Uno ya no se acuerda que el Drogas no está, si es que se es capaz de olvidar tal cosa. Se echa en falta su voz por supuesto, pero lo que escuchas entra bien, como "Hasta diez" el tema que hace el octavo del disco.
"Imán" es el último de los medio tiempos que hay, una canción dedicada a los amores de largo recorrido “conoces todo sobre mi, pero eso no es razón para no intentar que sea como la primera vez” y que cierra la terna de melodías tranquilas.
Como en todo disco sacado en el siglo XXI colabora Kutxi Romero, en este caso cantando a dúo con Alfredo "La balanza" una letra de su propia creación. De melodía alegre y versos más simples que los que se estira con Marea encaja bien en el disco con una personalidad diferente del resto.
Ya casi acabando con las flechas cardinales nos encontramos la auténtica joya del disco. Esa que siempre hay en todos los álbumes de los Barri, desde el "Noche de rock and roll" a "La tierra esta sorda". "Remiendos" es una maravilla, tanto en letra como en música. Unas guitarras afiladas nos dan la bienvenida y una poderosa base musical abren paso al estribillo. “Ahora quién te abrazará, que lo necesitarás cuando todo tu arsenal se convierta en pólvora mojada. Para que esto siga igual te tendrías que clavar más agujas de pajar que remiendos caben en un alma”. La melodía está a la altura de la letra y he de reconocer que más de una vez la he silbado sin venir a cuento. Una pega, la voz aguda de Iker no le queda bien a la canción, una más ronca o fuerte se hubiera ajustado mejor.
Parece que la banda ha decidido colocar hacía el final del disco las canciones que rompen con la tónica general del disco. "Rugir y morder" es uno de esos temas que ya desde la primera escucha llaman la atención. Con un ritmo muy peculiar que hará que sea odiada o amada, pero no deja indiferente.
Y ya para cerrar "Flechas cardinales" está el tema homónimo. Para mí, junto a la primera canción son las dos más flojas, las que más escéptico me han dejado. No es que no guste, ni que sea mala, simplemente no me dice nada.
Para su retorno al estudio en esta nueva etapa, Barricada ha querido dejar claro que aunque nada es igual nada ha cambiado, que decía aquella canción. Podrían haber apostado por un cambio de estilo total, por entrar en una época oscura como cuando sacaron XXXX (ese disco es innombrable). Pero no, vuelven siendo Barricada al 100%. No se han inventado nada y no lo han intentado, se han dedicado a hacer lo que saben hacer mejor que nadie: crear los estribillos y las melodías más pegadizas. El sonido y la producción del disco son una maravilla, están cuidados hasta el último detalle y se nota que hay mucho trabajo. También podrían haber optado por lo fácil, sacar un disco corto de siete u ocho canciones de esas que se escriben solas y dedicarse a esperar tiempos mejores. Pero nuevamente no, son trece canciones que supuran horas de estudio. Cierto es que no se le puede considerar un disco excelente, lo dejaría en notable, pero es que no hay ni un solo tema malo. En ningún momento se hace pesado y hay algunas canciones que pasan ya a mi lista de reproducción de spotify “Lo mejor de Barricada” (va por 70 canciones). Si lo analizas pensando en que no está el Drogas no puedes evitar pensar que solo con él ya sería mejor. Sí claro, para no serlo, pero para mí han pasado la reválida y a los escépticos les digo que lo escuchen sin prejuicios y casi seguro que sacan algo positivo de él.