Döria es una banda nueva y contra lo que podría esperarse de quien da sus primeros pasos ha conseguido facturar un álbum repleto de buenas canciones. Nada hace denotar inseguridad ni indeterminación. Ninguno de esos rasgos presumiblemente inevitables que suelen caracterizar cuando no presidir la primera entrega de cualquier banda. Quizá las trayectorias anteriores de sus miembros, en particular la de Martí, principal mentor y compositor de la banda, haya contribuido a poder ensamblar un sólido trabajo que conjuga a la perfección diferentes estilos dentro del metal.

Podría decirse que lo suyo se asemeja a una mezcla de hardrock y metal tradicional en perfecta consonancia y armonía. Sin que al menos aparentemente pueda intuirse una predilección clara de lo uno con respecto a lo otro. Así, sin favoritismos ni detrimentos y sí queriendo y sabiendo aunar rasgos de ambas escenas es como parecen haber logrado dar vida a un álbum que ciertamente supone una más que mayúscula sorpresa. Una verdadera bocanada de aire fresco en un marasmo a veces demasiado complaciente y carente de personalidad.

Uno de los elementos que otorgan mayor valor a Döria es eso precisamente, la personalidad propia que trasmiten sus temas. Algo imprescindible cuando se quiere destacar no con un ánimo de pretenciosidad sino con el objetivo de alcanzar un justo reconocimiento. Todo lo anteriormente dicho, unido a unos logrados arreglos instrumentales y una producción certera y lograda hará si no lo hace ya, que Döria sea un grupo fácilmente reconocible y eso es algo que siendo difícil de conseguir merece ser celebrado.

Haciendo un inevitable recorrido por este “Despertar” destacaríamos sus fantásticas melodías, sólidas y convincentes, a la altura sin duda de una instrumentación que no lo es menos. Pensavientos es la canción que tras una breve introducción instrumental sirve para arrancar el disco, siendo ésta una inmejorable muestra de metal melódico. Luz roja que es la canción que le sucede no lo es menos, aunque habría que situarla dentro de terrenos más próximos al hardrock que la anterior. Ambas son ejemplos de cómo la banda sabe moverse en uno y otro registro con suma solvencia. Caperucita Feroz, con una base rítmica sobresaliente y una buena combinación de guitarras es la particular interpretación que del cuento de Caperucita Roja han hecho en forma de canción y de la cual también han presentado un videoclip que merece ser visto. Despierta combinan con absoluta perfección las melodías vocales en sus estribillos con unos espectaculares fraseos de guitarra. Aunque no pudiéndome decantar por ninguna en particular considero ésta una de las piezas más recomendables del disco. Ciudad esperanza, devuelve estilísticamente a la apertura del disco, más próximo al metal melódico, siendo este camino interrumpido por Si te vas, una más que emotiva balada donde cobra especial protagonismo la guitarra acústica y el delicioso ambiente creado por los teclados. Nueva vida no es menos sentida al menos en cuanto a su letra se refiere. Sweeney Todd trasporta a la banda a terrenos más oscuros y quizá por ello menos atractivos. Carta al barquero es una nueva y por ello buena muestra de lo es en sí mismo supone Döria como grupo, deambulando por diferentes registros como si de lo más natural se tratase. Y es así como llegamos a Por si sirve de algo, la canción más parecida a un himno, con una melodía que incita al coro y un estribillo que hubiese merecido ser mas explotado. Cierra el disco Amanecer, balada interpretada a tres voces, dos de ellas femeninas, para la cual la banda se arropa de atmósferas claramente intimistas. Buen trabajo de bienvenida para esta banda, y esperemos que esto sólo sea el principio.