Delicado por momentos, áspero y hasta fiero cuando menos te lo esperas, repleto de suaves atmósferas y otras próximas a lo estridente, así de ecléctico y sorprendente es “Señales”, el primer disco que sirve para presentar en sociedad a Hotel Valmont. Un trabajo que deja claras cuáles son sus muchas y muy variadas influencias, diferentes entre sí, pero capaces todas de encontrar acomodo en algún lugar dentro de las once canciones que componen este álbum, que igual discurre por el rock más dulce como por el pop más ruidoso.

La estética del disco es igualmente representativa de ese carácter multiforme que de forma incesante parece demandar la banda, combinando paisajes más abiertos y naturales con otros más urbanos y hasta hostiles.

Canciones íntimas y hasta desgarradoras como “Radiografía de un fracaso”, “El bosque de nunca jamás”, “Todo lo que nos vio crecer” o “La reina de la ciudad” resultan realmente desgarradoras y tanto musical como letrísticamente suponen auténticas evocaciones de tiempos perdidos y dolorosas nostalgias con no pocas influencias musicales del rock sureño americano.

No son las únicas, junto a estas conviven otras en las que la fuerza contenida suple a ese adulto intimismo, aunque compartiendo el mismo propósito emocional. “Noches de ciencia ficción” pertenece a estas últimas, del mismo modo que “El rey lagarto”, “La señal” o “California”.

Independientemente del terreno que pisen Hotel Valmont hacen gala de una perfecta ejecución, lo cual contribuye a lograr los climas y las atmósferas deseadas en cada momento. El sonido del disco acompaña en ese viaje repleto de señales sonoras.

Este es un disco que bien podría ocupar un lugar en la discografía de quienes gustan escuchar grupos de rock con raíces y de muy variada influencia setentera, aunque inconclusa en el tiempo. También de aquellos que escapen del pop manufacturado, simplista y uniforme. Escúchalo y aprende lo delicioso que puede llegar a resultar un trago amargo.