Heavy metal. Bastaría simplemente con hacer referencia a este término musical para definir lo que supone y encierra este segundo trabajo de los madrileños Mercurio. Un disco lineal, sólido, contundente y fiel al máximo y de principio a fin a un estilo que como decimos preside todas sus composiciones del mismo.

Doce canciones que cobran forma a partir de todos los referentes habituales y por tanto válidos de una etiqueta que día a día y gracias al trabajo de un cada vez mayor número de grupos pretende rescatar al heavy metal de ese cierto e injusto ostracismo en el que se ha visto inmerso por el resultado de modas pasajeras y críticas obtusas que en cualquier caso han pretendido negar validez y restar vigencia a un género que se reivindica como inmortal e imperecedero.

A buen seguro Mercurio izan orgullosamente esa bandera empuñada a su vez por otros al igual que ellos grupos musicales, también por un público creciente y no menos por una crítica cada vez más interesada en reseñar cuantas referencias la reclamen y la hagan suya.

En este "Bautismo de fuego" Mercurio logra hacer converger los elementos más clásicos del heavy metal, como puedan ser algunos guiños a la NWOBHM con aquellos otros propios del metal más contemporáneo y actual, aunque siempre dentro de esa órbita de fidelidad a la que aludíamos al principio. Contribuyen a ello y sin ningún lugar a dudas unas composiciones regladas y auspiciadas por una base rítmica verdaderamente sólida, la aportación de unas guitarras que no hacen sino contribuir de manera excepcional a esa solidez y una voz que se adapta perfectamente al sonido de la banda adoptando los registros necesarios en cada momento, sin extremismos y si de una manera ciertamente solvente.

Todo ello hace de este un disco apetecible para los amantes del género pero también accesible a los que no lo son tanto sobre todo porque denota la suficiente calidad tanto compositiva como interpretativa para despertar ese interés presente en unos casos y quién sabe si latente en otros.

Canciones como "Desde el infierno", "Eclipse total" o una flamante "Estoy vivo" demuestran ser ciertamente robustas, aunque no por ello carentes de melodía (una de las señas de identidad de todo el álbum) dan buena cuenta de la orientación pero también por ello de la calidad musical de estos cinco madrileños. Las canciones se suceden sin apenas concesión alguna a excepción del más que emotivo y hasta desgarrador tema "Ángel" que reproduce al menos en sus inicios el esquema típico de una sentida balada, quizá por ello igualmente acertada.

Un buen disco que gusta más a medida que se le presta más y más atención. Un trabajo sin desperdicio alguno y del todo sugerente, empezando por el diseño de su portada hasta y sobre todo por el contenido no sólo musical al que ya hemos hecho permanente referencia, sino también letrístico, pese a la puntual reivindicación de algunos manidos clichés que lo envuelve en algún que otro momento. Los cuales en ningún caso le restan valor al conjunto de la obra. En ningún caso lo dudes, contiene los suficientes atractivos para hacerlo tuyo.