N122, banda zamorana con otros tres discos de estudio más una maqueta a sus espaldas, tienen la fortuna de superar una década de existencia; todo un hito en los tiempos que corren. Con este cuarto trabajo, cuyo título parece un guiño a esa buena suerte, consolidan su propio sonido y su trayectoria musical.

Buena suerte deja una primera impresión demasiado amable, la de un rock melódico al que quizás se le podría criticar poco riesgo, pero que aun siendo algo edulcorante, no deja de tener una ejecución encomiable y un sonido excelente. Los textos por su parte, en general amables, abren un abanico en el que entra cierto pesimismo (Lo que fue, voló o Las musas) y algunas dosis de rebeldía (Para no olvidar, Sé tu mismo).

Quizás sean Para no olvidar y La suerte está echada las canciones que más sorprendan en una primera escucha: la primera por la fuerza de las guitarras, la segunda por contar con el texto más trabajado del disco, y las dos por separarse un poco de la línea melódica del resto, un poco, que no del todo, pues el trabajo al completo encaja perfectamente en lo que se espera de un grupo de pop-rock.

Buena suerte deja claro que N-122 no se dirige al purista, la banda zamorana apunta a un público mucho más amplio y alcanza una madurez sonora que a día de hoy es su pilar más firme.