Ahora sí se puede hablar con conocimiento de causa, con la autoridad que da el tiempo y el seguimiento de este intenso trayecto interior que fue desde un principio la Utopía de Rix, la banda asturiana que lidera el artista multidisciplinar Miguel Rix. Desde que en diciembre del año pasado anunciaran la publicación de un nuevo disco con ayuda de sus seguidores, hasta la fecha en curso, en la que vuelven a repetir la fórmula con su futuro trabajo discográfico, se han sucedido multitud de acontecimientos, algunos conciertos, un libro y un buen número de recitales de Miguel Rix a lo largo y ancho del Estado.

En lo musical, campo que atañe a este medio, Utopía ha sido un capítulo clave para la evolución artística de Rix; no sabría decir si un punto y aparte, puesto que sabemos que el siguiente trabajo coqueteará con el Hip hop, pero sí que fue uno de los discos de rock progresivo más interesantes del año pasado y un capítulo vital fundamental en la trayectoria de la banda.

Cada uno de los ocho temas que componen el trabajo tiene el tiempo y el desarrollo suficientes como para hacer de cada cual una composición única e incluso en ocasiones traernos a la mente a los grandes del rock de todos los tiempos. Por supuesto, aderezado con una ideología e idiosincrasia como la de Miguel Rix, marca de la casa inconfundible, y el teclado y los coros de Cristina, otro de los sellos que hacen reconocible cada nuevo trabajo de los asturianos.

Intuición, potente tema con la colaboración de los sevillanos Acracia, es quizás el corte que mejor refleja este espíritu, con un riff de guitarra tan contundente como el mejor de los Zeppelin, un teclado muy acertado y el juego de voces entre Miguel y Cristina que aporta a la línea melódica un colorido magistral.

Miedo a temer, la que abre el disco, puede presumir de ser el lubricante perfecto para entrar en esta Utopía, un corte que a pesar de no ser tan incisivo como otros, es muy certero en sus textos, igual de potente que elegante en lo musical y con un desarrollo impecable. España, la que fue el primer videoclip del disco, recorre en tono de mofa -y no tanto- muchos de los estamentos y defectos de carácter de este "bendito" país y de sus gentes. A Intuición, le siguen Utopía y Latinoamérica libre, bajo mi punto de vista las dos grandes apuestas del trabajo y que por sí solas merecen toda la atención del disco. Utopía, recoge en un rock de corte clásico el estallido del 15M, y sus casi diez minutos de duración dibujan una base setentera en uno de los temas más personales de toda su discografía; el mensaje social, la técnica instrumental, un estribillo a dos voces y ese amor por las piezas largas tan de la casa RIX, que este caso les queda redondo. El guitarreo y los teclados de Cristina en Latinoamérica libre, la otra gran apuesta, son el pilar y la fuerza del corte más contundente del disco, en el que se la juegan ideológicamente sin concesiones, mal que le pese a algunos. La nana y Parte de la tierra, con un ritmo muy diferente, nos transportan al terreno ambiental, casi mágico, que incluso habrá a quién le recuerde al rock psicodélico, mientras que por fin, Somos energía nos devuelve a los RIX más cercanos y reconocibles; ojo al final de track, que esconde una sorpresa para los más pacientes.