Nos presentaban a Los Zigarros como el futuro del rock and roll de este país, herederos de grupos como Tequila o M Clan y escuchando el CD uno se da cuenta de que tal afirmación se apoya en argumentos de peso y desde luego el potencial de la banda permite pensar en un prometedor y dulce futuro.

El núcleo de Los Zigarros está formado por los hermanos Tormo, Ovidi y Álvaro, ambos encargados de las guitarras y el primero de ellos además de la voz. Ambos compusieron todas las letras del álbum y toda la música, aunque aquí fueron ayudados por el productor Carlos Raya.

La obra en sí consta de once canciones de rock and roll elegante con pinceladas barriobajeras y marginales. Once temas en los que podemos encontrar temas veloces y pegadizos como "Hablar, hablar, hablar" y otros más lentos y desgarradores como "Desde que ya no eres mía". Merece además destacarse la cantidad de instrumentos y arreglos usados que hacen brillar las composiciones aún más si cabe.

Letras de despechos varios, carretera, bourbon y marginalidad hacen intuir esa vocación de perdedores tan patente en el rock que tantas y tantas buenas canciones nos han dado.

De los temas personalmente me quedo con "Desde que ya no eres mía" por su intensidad y "Antes de los muertos" que cierra brillantemente el disco, aunque para ser justos hay que destacar el álbum al completo pues cada canción tiene algo digno de elogio, y temas como "¿Qué harás amor?", "Dispárame", "Cayendo por el agujero", "No obstante lo cual" o "Hablar, hablar, hablar" te envuelven y te transportan a la historia que cuentan.

¿Herederos de Tequila? No sé y realmente no me importa, lo único que sé es que este es un gran disco de rock and roll y que desde luego el futuro del grupo tiene una pinta fenomenal.