Tras un disco aniversario elogiado por todos, en el que Porretas echaban la vista atrás para elegir sus temas más celebrados, y los interpretaban con las amistades fraguadas en estos 20 años de carrera, la banda natural de Hortaleza vuelve a la carga con "La vamos a liar".

Un trabajo que sin duda marca un antes y un después en su trayectoria, inevitablemente.

Así el comienzo de este nuevo álbum viene marcado por "Tengo que entrenar", que pasa al más puro estilo Porretas en tan sólo un instante. Una letra pegadiza, que nos envuelve desde el primer momento en el buen rollo, que acostumbra a ser la bandera de este grupo.

Le sigue "Tripis", un ska muy bailable y animado, con unos vientos que multiplican por diez el cachondeo y la marcha del grupo. No es sino una historia basada en hechos reales, una noche un tanto difusa de Pajarillo, tras consumir la mercancía que titula la canción.

"Soñé" es un momento de esos que consigue hacernos sonreír y ponernos melancólicos a partes iguales. Un instante por los que se fueron, reencontrados todos en un sueño, y en un lugar muy especial queda Rober, que aún habiéndose ido, continúa existiendo en cada componente de Porretas. Una canción cargada de emotividad, que despierta algo muy especial en todos los que hemos seguido a la banda desde hace muchos años.

En "El gran engaño" la banda aborda la situación actual del país, una situación que desgraciadamente se repite de manera cíclica, en la que los poderosos se aprovechan de las épocas de bonanza económica y es el pueblo quien debe sufrir las consecuencias de su juego. Un tema que muy a nuestro pesar continúa estando totalmente vigente.

La canción que da nombre al disco, "La vamos a liar", ofrece un himno con apertura de gaita, que describe, ni más ni menos, esos momentos que pasamos en el bar rodeados de nuestros amigos, cantando y disfrutando. Con su ya típico "lolorolo", consiguen un tema pegadizo que sin duda formará parte del repertorio de los garitos de rock.

Muchas de las canciones cuentan con un preámbulo suave, que denota un punto nostálgico. Y "Volverán" es por ello la más significativa en este aspecto, puesto que además su letra se refiere a los buenos tiempos que han pasado, los recuerdos de otro tiempo que han quedado en sus memorias, y que casi en forma de deseo afirman que volverán.

Predominan así mismo los vientos en este álbum, además de una mayor elaboración en la parte instrumental. De esta manera comienza "Yo no he sido", que a pesar de su ritmo alegre y marchoso, nos habla también de la facilidad que tienen algunos políticos para desentenderse de sus responsabilidades.

Un disco en general bastante diferenciado de lo que nos suelen ofrecer Porretas, manteniendo siempre ese fondo tan especial y tan característico de su sonido, pero más elaborado y con la introducción de muchos nuevos elementos enriquecedores.

Bueno es saber que bandas tan consolidadas y que han definido tan claramente su sonido, continúan sorprendiéndonos, introduciendo novedades y sobre todo consiguiendo arrancar en nosotros sensaciones tan increíbles después de tanto tiempo.

Porretas siguen siendo Porretas, y Rober parece estar presente en cada una de sus nuevas composiciones, algo de lo que estamos completamente seguros, y que esperamos que siga siendo así durante muchos años más.