Aproximadamente un año y medio después de su anterior actuación, teníamos ante nosotros una nueva oportunidad de ver en el mismo lugar a la banda estadounidense de punk-rock (o hardcore melódico, o la etiqueta que se prefiera ponerles) Rise Against. A pocos días del lanzamiento oficial de su nuevo disco “Endgame”, aunque con éste ya filtrado en la red, nos acercamos a La Riviera en este inicio de su gira europea que les llevará por diversos puntos del viejo continente.
La encargada de caldear el ambiente previo al concierto esperado por la mayor parte de los asistentes fue la banda de hardcore de Kentucky Coliseum, en una Riviera a la que tampoco en esta noche de viernes le dio por sonar bien. Una auténtica pena, ya que sobre todo a Rise Against se les tenía muchas ganas y fue algo que deslució su concierto.
Concierto no, conciertazo por su parte el de los de Chicago. A eso de las 21.30 con una gran puntualidad hicieron su aparición sobre el tablado Tim Mcllrath y los suyos al ritmo de los acordes de “Chamber the cartridge”. Una gran masa humana, tan impresionante como peligrosa, se desplazaba de un lado a otro en la parte delantera de la sala. Con “State of the union” la cosa empezaba a calmarse, afortunadamente. “The good left undone” y “Heaven knows” completaban un inicio de concierto para enmarcar.
Se notó a la banda muy a gusto en todo momento. El sonido, como hemos dicho, no acompañaba, pero a muchos de los asistentes parecía no importarles demasiado. Se fueron sucediendo uno a uno los temas más clásicos de la banda, intercalados entre algunos de los más recientes. Incluso hubo lugar para dos temas de “Endgame”, concretamente los dos primeros singles del mismo, “Help is on the way” y “Architects”, en los que pudimos comprobar la evolución de la banda hacia sonidos más melódicos.
Uno de los momentos álgidos de la actuación llegó con la interpretación seguida de “Injection” y “Prayer of the refugee”, en los que pudimos observar a un público completamente entregado a los compases que marcaba el grupo. Sorprendentemente pronto, y con un “Savior” alargado hasta la eternidad, el grupo se retiraba a sus camerinos dejándonos a la espera del preceptivo bis.
Guitarra acústica en mano apareció Tim con la bonita “Swing life away”, canción recibida por los asistentes con los mecheros en alto. A continuación, y con la banda de nuevo al completo, momentos de desfase final con la interpretación de “Give it all” y “Ready to fall”, con la que dieron por concluida una actuación que con una hora y cuarto de duración dejó al público con una sensación algo agridulce (por la escasa duración del bolo) y con ganas de más. Pero lo que está claro es que fue bonito mientras duró. Muy bonito.
