Decidido el día anterior en plena tarde aburrida, partí un domingo cualquiera después de comer hacia la ciudad del Turia. Si os digo la verdad, en principio era un domingo cualquiera, pero se convirtió poco más tarde en “El Domingo”. Termofrígidus daban un concierto en El Asesino (garito situado en la Plaza del Cedro) para despedir a sus dos trompetas (Julio y Pere), que habían decidido dejar el proyecto por distintas incompatibilidades.
Se sabía que el repertorio iba a ser algo especial, con temas que llevaban tiempo sin tocar y con alguna sorpresilla más, pero todo lo que nos pudiéramos imaginar se quedó en nada cuando finalizó todo.
Una intro de Star Wars abrió la fiesta (aunque era una despedida, el grupo hizo que todo fuera alegre. Emotivo, pero alegre). Los primeros temas fueron los habituales: “Segurida Sosia”, “Aleluya”, “A ½ hora” o “María”. Con el primer parón, empezaron los primeros cánticos en la sala (a rebosar, por cierto) haciéndose ver desde el principio que la gente estaba disfrutando y deseando brindarles a Julio y a Pere la despedida que se merecían.
Después de los primeros momentos emotivos de la noche, empezaron a sonar clásicos atemporales, que hicieron las delicias de los que seguimos al grupo desde su primer disco: “Alakaza”, “Espabila”, “Guerras en T.V.” o “La tierra vertedero” hicieron enloquecer a una gran parte del público, que bailó y gozó como pocas veces con el grupo de Benicalap. Los temas del último disco también tuvieron cabida en una noche tan especial, y “Enriqueta”, “Los frikis” o “Señor Farlopez” fueron bailados y coreados igual que siempre.
Si es que, ¡Joder! ¡Hasta “Kalimero” sonó en Valencia el domingo! El momento de lagrimar estaba cerca, ya que sin que Julio y Pere se enteraran, los demás Termo habían preparado una canción dedicada a ellos, con una letra de lo más sentimental recordando todos los momentos pasados en estos años de kilómetros y “rocanrol”. En ese momento, El Asesino se rindió ante ellos y los aplausos apenas dejaban escuchar lo que los emocionados miembros decían entre lágrimas.
Después de un “Termoabrazo”, prosiguió el espectáculo con las últimas canciones, entre ellas “Esto es un sinvivir”, que provocó una multitudinaria conga en todo el garito. La noche ya no daba más de sí, y después de tocar el primer disco entero y la mayoría del segundo, la versión de Bersuit “La bolsa” puso la guinda al maravilloso pastel que degustamos unos privilegiados que tardaremos mucho tiempo en olvidar aquella fantástica noche en familia. Aupa Termofrígidus y mucho ánimo en su nueva etapa a Julio y a Pere. ¡¡¡Seréis Termofrígidus siempre!!!
- Esther Teching
