CRÓNICA: Extremoduro en Barcelona (Octubre de 2012)

Extremoduro en Barcelona (Octubre de 2012) Parc del Forum
Barcelona

6 de Octubre de 2012

Hay conciertos que se empiezan a vivir mucho tiempo antes de que empiecen. En el caso del que nos ocupa, durante toda la semana previa se notó ambiente de evento grande, muy grande. Eso se ve y se nota cuando, acostumbrado a ir en “petit comité” a ver bandas de rock, de repente mucha gente, y de muy diferentes tipo te pregunta aquello de “¿Vas a Extremo?”.

Que la situación se salía de lo normal, lo tuve claro cuando al pasar por el Fòrum 5 horas antes de la hora de inicio, ya se dejaban ver las primeras camisetas negras de la banda. No en vano, Extremoduro es una de las bandas que más arrastra en todo el estado y especialmente en Barcelona. Aunque no creo que ni la banda ni nadie de la organización se esperará la locura en lo que se convirtió...¡35.000 Personas entre el público!, por comparar con otros estilos más comerciales, el mismo día en la misma ciudad Lady Gaga no llegó a la mitad.

Extremoduro en Barcelona (Octubre de 2012)Dejando los preámbulos y centrándonos en el concierto propiamente dicho, empieza con un video introductorio muy resultón, al ritmo de "El pájaro azul", en el que los miembros de la banda se van reencontrando. Es una nueva forma de empezar los conciertos para la banda “extremeña”, siempre dispuesta a buscar diferentes alternativas en este aspecto.

Después vino una de las sorpresas de la noche. Ante los primeros acordes y esas primeras palabras “Ama, Ama, Ama...”, el público se quedo parado, como incrédulo. “...Y ensancha el alma”, ahora sí, puños en alto y se desata la locura. Nadie se podía imaginar un inicio de concierto así. Desde que me alcanza la memoria, Extremoduro siempre ha acabado los conciertos con Ama, o como mucho la penúltima; esta vez, en cambio, nos servían uno de los platos fuertes en el aperitivo. Y para seguir subiendo, después del inevitable, “bona nit a tothom”, suena el inconfundible bajo de “No me calientes que me hundo”. Dos canciones, tan solo dos, y Extremo ya se ha pasado por la piedra a todos los grupos de rock de este país (Barricada aparte). Nadie más puede permitirse empezar tan fuerte, y no solo hablo de las canciones, sino del sonido, de la fuerza, de las ganas, de la emoción que transmiten. "Desarraigo", pese a ser una de las flojas, sonaba mejor en directo que en la grabación. En la siguiente empezamos a bajar de las nubes, “Calle esperanza s/n”, el blues de “Material defectuoso” se hacía largo y monótono en directo, mucho más adecuado para oírlo en recintos pequeños, o en tranquilamente en casa, que para un macroconcierto. Robe dejó ir un discursillo en catalán, que las hormonas alocadas de unas adolescentes se encargaron de no dejarme entender nada, justo antes de “Si te vas” una de esas canciones que no son extremo, no son duro y si me apuras no son Extremoduro.

Nos volvimos a ir un poco arriba con “La vereda de la puerta de atrás”, y siempre es agradable que un grupo presente alguna canción inedia como es “Contra todo”. Aunque sea una canción que deja tan indiferente como la mayoría de las nuevas. Reseñable, eso sí, el discurso de un Robe muy hablador: ”Conseguir un mundo mejor da igual, lo importante es luchar por ello. Conseguirlo o no me la pela. Esta canción se llama 'Contratodo' y es una canción necesaria”. Después llegaron los clásicos: “Sucede”, “Ábreme el pecho y registra” y el genial fragmento de “Pedrá”.

En el primero de los parones (sí, han pasado de un parón a dos) pude sacar las primeras conclusiones. El concierto es como una montaña rusa. Empiezas muy alto para coger carrerilla, luego bajas de golpe, y de allí al final deambulas entre subidas emocionantes y repentinas bajadas. Todo esto, eso sí, llevado a cabo por unos músicos que son muy buenos y lo dan todo encima del escenario, liderados por Robe cada vez mejor en la voz, algo opuesto a la mayoría de músicos que con la edad empeoran, y secundado por el Uoho, que sigue siendo la misma bestia que ha sido siempre.

La segunda parte del concierto la dedicaron íntegramente a “La ley innata”. Un disco que no está mal, con algunas partes realmente buenas y otras no tanto, pero que en directo se me hizo horriblemente largo y monótono. Por supuesto, esto no deja de ser mi opinión personal, buena parte del público estuvo encantada con que interpretaran todo el álbum del tirón. A Extremoduro en Barcelona (Octubre de 2012)mí me sirvió para reafirmarme en que no todas las canciones quedan mejor en directo que en el disco, y que tampoco todas las canciones se adaptan por igual a todos los recintos, no es lo mismo tocar para 100 en una sala, para 3000 en un pabellón o para 30000 en un estadio.

Tras el segundo parón llego el turno para la parte más animada del concierto.

"Cabezabajo" con una intro cambiada. “Espero que después de esta noche os acordéis de nosotros igual que nosotros nos acordamos de ustedes” nos dijo el Robe, y los más fieles sabíamos que eso solo puede significar que ha llegado la hora de “Bribriblibli”. En el que fue, hasta ese momento, el clímax del concierto. Hasta la gente de las últimas filas se movía y cantaba este himno. Seguimos con otra de las canciones a las que le han cambiado una parte. “A fuego” empezó con una parte versión más lenta, antes de volver a tocar toda la canción a su ritmo habitual. “A fuego”, “Cabezabajo”... es de agradecer que una banda intente hacer experimentos con sus canciones y autoversionarse. Otro momento de bajón con tango suicida, el último, y por fin todo para arriba. Con “So Payaso” llego la anécdota de la noche. Era el turno del estribillo y la banda deja de oírse en lo que parece el típico momento para que cante el público. La gente lo da todo y cuando llega el momento del solo, la banda que no entra. Así unos segundos de desconcierto, viendo que por las pantallas sí tocaban, pero que se había estropeado el sonido y que no fue aposta dejar el estribillo para el público. Para acabar los bises fueron “Puta”, “Stand by” y “Salir” empalmada por el Uoho con “Rockin' all over the world” de John Fogerty después de dar las gracias al público y al personal que trabaja en la gira.

Sensaciones raras, ¿Buen concierto? No sabría decir sí o no, los músicos muy bien, su actitud bien, pero el setlist elegido para esta gira es infame. Y no lo digo por no tocar Jesucristo García, ni por cambiar la ejecución de algunas de las canciones; al revés, esto me parece perfecto. Pero es que ni eligiendo 24 temas al azar de toda su discografía puede salir algo peor. Extremoduro siempre ha sido un grupo dado a incluir partes más lentas, canciones tranquilas en sus conciertos y discos. De hecho es una de las señas de identidad del grupo, y una de las cosas por las que tiene tantos seguidores. Pero es que ahora, y con ese repertorio, esos temas pasan a ser una de las partes animadas. Han hecho de la curiosidad o la anécdota la norma. Otro tema, hay que recordar que esta gira no es de presentación de la “Material defectuoso” ni de “La ley innata” y entre las dos suman casi la mitad del concierto. Siguiendo con la parte negativa, antes Extremoduro preparaban bastantes canciones para la gira, y en cada concierto elegían unas cuantas. Ahora apenas hay cambios entre los conciertos. Además han quitado un tema del repertorio, la versión rockera de “Me estoy quitando” que tocaron al principio de la gira. En lo positivo, la actitud del grupo, las ganas de tocar, las ganas de probar cosas diferentes con sus Extremoduro en Barcelona (Octubre de 2012)canciones. En lo musical son probablemente la mejor banda que tenemos hoy en día, cuando se juntan tres canciones de las “buenas” se hace imposible no dejarse llevar.

El público también merece ser felicitado. Una vez más evitó que el concierto acabara en la sección de sucesos. La organización fue nefasta. Escaso personal en barra y en venta de tickets, entre todos no llegarían a 30 personas. La organización intento reaccionar aceptando dinero en metálico, pero no fue suficiente y la cola para conseguir una bebida no bajaba de 20 minutos siendo muy afortunado. Lo que es más importante, los accesos estaban mal enfocados y señalizados, formándose un efecto embudo. Al final, salvo algunas vallas que acabaron en el suelo, todo acabó en unas largas colas y se evitaron incidentes mayores.

  • Nuria López
  • Albert Lozano

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