Había muchas ganas de volver a ver en directo tanto a Honoris Causa como a Stupenda Jones. Los burgaleses nos traían un nuevo disco bajo el brazo (nunca mejor dicho porque lo regalaban con la entrada) que la primera vez que lo escuché me dejó un tanto descolocado la verdad, lo veía más pausado que su anterior “Reset” (un disco al que he dado muchas vueltas) pero que a la tercera o cuarta escucha le cogí el punto hasta hacerse habitual en mi mp3 y en el coche.
El gaztetxe de Deusto es pequeñito, asemejando en su interior a una choza de montaña, y pensábamos que el sonido no sería del todo bueno, pero los dos grupos supieron sacar partido del local logrando un sonido más que aceptable. Aunque los navarricos tuvieron algún problemilla más para dar con la tecla al principio de su recital.
Lo peor de la noche sin duda la poca gente que nos dimos cita allí. Es descorazonador ver que dos grupos vienen con todas sus ganas a tocar, como hemos dicho antes unos desde Burgos y otros desde Navarra, y que acudamos tan pocos. Pero ellos le echaron ganas y se lo agradecimos encarecidamente.
Honoris Causa ponían una intro y se subían al escenario medio disfrazados en honor a la época de carnavales. 18 de febrero, es lo que toca. Abrían fuego con "Flashback", de su segundo disco, a buen ritmo. Los detalles de las guitarras se escuchaban a la perfección. La primera impresión que tuve la primera vez que los vi en vivo es que sus canciones ganan mucho y lo volvieron a demostrar.
Otro tema de “Reset” aparecía, uno de los mejores, sobre todo por la preciosa lírica que nos regala "Cuando todo estalle". Momentos de pausa enlazados con arranques furiosos, recordándome un tanto a Fugazi (que los burgaleses me perdonen por esta percepción subjetiva). A continuación llegaba una tanda de canciones representativas de su nuevo álbum “Ciclos”, empezando por "El fin y los medios", con el curioso detalle de las baquetas brushes, tan utilizadas por los bateristas de jazz, que utilizó Daniel para conseguir ese sonido del comienzo de la canción. Que por cierto, vaya pegada que tiene el 
chico, ¡cómo le da a la caja! Seguidamente caía "Para nada". Me gustan los arranques que le buscan a los temas estos chicos. David busca sonoridades a su guitarra, bonitos detalles que le dan gran riqueza. Otra letra que me encanta, sin barroquismos, sin muchas vueltas pero bien trabajada y trasladando con claridad lo que quiere explicar.
Entre medias nos regalaron una gran versión de "Reptilia" de The Strokes. Les quedó verdaderamente bien y además creo que les encaja a la perfección en su forma de sonar. Turno para "Nudo y desenlace", canción que empieza muy pop, con unos coros que se pegan con rapidez. Iván se lo curra mucho con la otra guitarra y Sergio pone el colchón perfecto al sonido del grupo, un bajista muy dinámico tanto en su forma de tocar como en su forma de estar en el escenario.
"Sin nombres", en el que los cuatro músicos rayan a gran altura con cada uno de sus instrumentos, de las que mejor sonó para mi gusto. Esos momentos más suavecitos intercalados para luego dejar correr el tema... Preciosista sin parecer rimbombante. Una canción muy trabajada. Y llegaba el que quizás sea mi tema favorito, tanto del último disco como en general del grupo, "Unos y ceros", una letra simplemente excelente y un desarrollo musical que me encanta. Sergio y Daniel en este tema se salieron en la base rítmica, dándole caña con ganas. Una auténtica gozada. “unos y ceros, nos bebemos el dinero y compramos las cenizas... somos stock, somos gasolina” Genial estribillo. Y así nos habían presentado ya 5 de los 6 temas de su nuevo trabajo, dejando el single para el cierre.
Volvían pues a descargar tema de su segundo disco con la rockera "Nuestra dirección", con su recurrente “tic-tac”. Daniel se sale y acaba rompiendo el parche de la caja. No me extraña nada, le da con toda su alma. "Principio" que arranca con un ritmo de batería en plan redoble, trayendo a la mente una marcha; “cuando ya no quede nada solo quedará el principio”...
Letras que transmiten, sencillez superficial no exenta de un gran ingenio a la hora de escribirlas. Y unos desarrollos musicales curradísimos.
Iba llegando el final y echaron mano de otra versión esta vez del grupo The Killers. "Mentira" la canción con la que los conocí, la canción que me atrapó, trallazo. “sube la música, no hay nada que escuchar!! No espero a que me empujen, yo saltaré!!”. Uno ha perdido ya la cuenta de las veces que ha escuchado este tema y nunca se cansa de repetir. Seguía la canción que da nombre a su segundo trabajo, "Reset", otra canción a pleno ritmo en la que relucen los cuatro componentes. “mejor sentirse vendido que dejarse vender” “y olvidar nunca se asume, reiniciar nunca se asume...”. Les quedó redonda. Y para terminar el mencionado single de su “Ciclos”: "Salas de espera". Otro gran principio con las guitarras brillando con luz propia y entrando después a machete el bajo y la batería. Quizás el tema más bailable del repertorio. Bonito broche final. Con ganas de repetir pronto.
Llegaba la hora de los punk rockers de Olazti. Uno de esos grupos al que uno tiene especial cariño, tanto por lo musical como por lo buena gente que son. Como comentábamos al principio, algún problemilla con los ajustes del sonido en el comienzo con la rocknroller "Atzoko mamuak". Jon nos aparecía disfrazado de Lobezno y ya empezábamos a sonreír nada más comenzar. Continuaban a todo trapo con su famosa "Tiroketa euria" punk rabioso, denuncia de los torturadores y el sonido mejorando.
Un alegato contra las incineradoras y demás industrias del palo con "Errausketa ustela" velocidad y la peculiar voz rasgada de Jon... Continuando con su último disco, "Ez ikutu", que comienza con la voz en solitario para dar paso al bajo de Zelayikas y a un riff muy rockanrollero tirando más a los sonidos escandinavos. En esta y en la siguiente, "Paradisu faltsua" el trío sacó a relucir todo su potencial. Otro riff electrizante que pone los pelos de punta.
Turno para "Bizitza aurrera doa" con sonido “reggaeriano” en su comienzo; Santano y Zelayikas poniéndole ritmo al tema. Y en la siguiente el que más destaca es Jon dándole color con su voz a ese estribillo tan chulo: "Gogoratu". Letra que habla sobre el valorar y cuidar a los amigos. Y sorpresita la que nos esperaba a continuación, la punky "Torturak badirau" de su debut.
"Bizi nahi dut" gritando que “quiero vivir como yo quiera”. Otro pedazo de riff tremendísimo perfectamente acompañado por la base rítmica, muy presente el bajo de Zelayikas en este tema y una de las líneas de batería que más me gusta de Santano. Punkrocker sin tregua con un final apoteósico a toda leche. Pero las sorpresas no habían terminado, ahora rescataban un tema de su split compartido con los Brigada Criminal, "Odolezko errekak", otra canción trepidante pisando el acelerador a fondo. Es cuando uno empieza a pensar eso de: que pena que estemos aqui tan pocos, pero que guapo que estemos disfrutando de un repertorio así.
Retomaban su último trabajo con "Non da?" a ritmo más rockero. Ilegalizaciones, represión y desaparecidos salen a relucir en sus estrofas. "Eguzki-lorea" siempre me pareció muy al estilo de los NoFx pero en directo y sin las turutas el tema suena mucho más punk. La guitarra de Jon abre el fuego, "Prest gaude", “Estamos preparados para perder la cabeza”, una buena declaración de intenciones para una noche de rock. Un bonito punteo y el bajo de Zelayikas sonando fuerte, lo mismo que en "Check point" volviendo al tono rockanrollero. Denuncia a la soberbia yanki.
Se les iba acabando el tiempo, Jon nos contaba incluso algún chiste entre medias y nos volvían a traer un viejo tema: "A donde vas a parar". Primer tema en castellano del concierto. Vuelta al punk más crudo. "Ez da isilduko" en cambio nos volvía a traer sonidos cercanos al rock acelerado de Escandinavia. Santano a toda máquina a las baquetas. El final hace 
botar al más parado. Alegato en pro del Euskera. Versiones de Baldin Bada y Hertzainak, esta a petición del batería, y había que ir desalojando, que ya se sabe que los gaztetxes tienen que cuidar la relación con los vecinos si no quieren tener problemas ...
Nos preguntaron con cual queríamos que terminaran y alguno se hizo notar más que el resto pidiendo “la de la crestita” así que dejaron en el cajón "No quiero ser como tu" de su álbum compartido con Brigada Criminal y se pusieron manos a la obra con su himno "No puedo morir". Gozada total.
Otra gran noche con estos simpáticos músicos que nos dejaba un gran sabor de boca aunque nos hubiera gustado escuchar unas cuantas más... Al despedirnos nos citamos con ellos lo más tardar en el Saratxo Rock de Zaramillo, otra buena ocasión para disfrutar de su directo.
- Asier M., Itxaso Garcia
