El pasado jueves 25 de octubre pudimos disfrutar de lo que se planteaba como un concierto más que apetecible: Mr. T-Bone y su trombón de nuevo en Madrid, acompañado esta vez por los Caroloregians, llegados directamente desde Bélgica con sus ritmos early reggae. Y para rematar un cartel ya de por sí interesante, como encargados de abrir la noche tuvimos a Skalone, la que probablemente sea la mejor banda de Ska-Jazz de Madrid y parte de la Península a día de hoy.
Skalone comenzaron con bastante puntualidad, lo que les pasó factura de cara al aforo, acostumbrado a que los conciertos se retrasen un poco. No había demasiado público en los primeros temas, aunque según iba transcurriendo el concierto iba entrando gente en un goteo constante hasta que la sala llegó a estar razonablemente llena.
Ver a Skalone en directo es un lujo para cualquier aficionado al Ska-Jazz. Sin duda estos cinco músicos saben lo que hacen cuando cogen sus instrumentos. Sus ritmos son acelerados y bailables, y sus solos jazzeros se suceden uno tras otro dejando al público atónito ante el dominio y la seguridad que demuestran sobre el escenario. En su repertorio, que duró una hora aproximadamente, tuvieron tiempo para clásicos del jazz como Night in Tunisia, temas propios como Pan y circo, o Insomnia Paradise, o versiones de nivel como Buttah, de la New York Ska-Jazz Ensemble.
Aunque al público inicialmente le costaba un poco meterse en situación, según avanzaba el concierto se fue calentando, echándose a bailar con cada canción. No faltó su peculiar interpretación de Super Mario Bros para terminar, acompañada también por una versión de One Step Beyond, el clásico de Madness que, dicho sea, hacen sonar bastante mejor que la original. Como no tenían tiempo para más, se despidieron y salieron del escenario entre aplausos y ovaciones.
Tras un descanso para el cambio de banda, salieron los Caroloregians a la palestra. Comenzaron con tres temas de puro early reggae sacados de su repertorio: Pum pum hotel, Monster y Chicken crap. A continuación Mr. T-Bone apareció en el escenario trombón en mano, lo que desató sonoros aplausos en la sala. El primer tema que hizo sonar fue Gunshot, siguiendo en la línea early reggae al estilo Caroloregians. De ahí pasaron a Me, myself and I, uno de esos temas que no pueden faltar en sus directos.
Durante el concierto sonaron también varios temas haciendo honor a su origen. Mr. T-Bone y Caroloregians han grabado recientemente un disco con versiones reggae y ska de clásicos italianos que pronto estará en el mercado, y como muestra pudimos escuchar Quando Quando, Ciao ciao bambina, 24000 Baci y Quando Vedrai. La idea de este disco nos recuerda bastante a la grabación conjunta de clásicos en español que hicieron en su día Laurel Aitken y Skarlatines, pero a juzgar por cómo sonaron, seguro que vamos a poder disfrutar de ellos en más de un concierto suyo.
Hubo espacio también para varios homenajes a los grandes de la música jamaicana. En primer lugar, el inconfundible Work Song de Rico Rodríguez, con unos solos de teclas y trombón muy intensos que pusieron a toda la sala a bailar y tararear.
Muy en la línea de Caroloregians vino un tema dedicado a Jackie Mitoo: Hot Tamale. La base de esta banda demostró ser sólida como una roca, con un bajista que no perdió el hilo ni un solo momento en todo el concierto. Y como no podía faltar algún tema de Skatalites, hicieron sonar Don de Lion, dedicado a Don Drummond, del que seguro que Mr. T-Bone ha aprendido más de un par de cosas.
A lo largo del espectáculo pudimos escuchar muchos solos de trombón de Mr. T-bone, que nos recordaba con cada uno de ellos porqué es uno de nuestros trombonistas preferidos. Su lenguaje musical es a la vez suave y eléctrico, haciendo deslizar las varas del trombón de forma que todo parezca fácil, como si fueran de mantequilla. Hay que reseñar también la solidez de los Caroloregians, que lograron un sonido muy compacto, y los solos frenéticos del teclista.
Como pega, echamos en falta bastantes temas que en un directo de Mr. T-Bone se han convertido en clásicos, como President of the Republic of Bananas, Goodbye Pork pie hat o Since I met you. Aún así mereció la pena, ¡Sus conciertos son algo totalmente recomendable!