Había pasado un año desde la última vez que tuvimos la oportunidad de ver a Memoria de Pez en Madrid, y en esta ocasión volvían a la sala Lemon en la recta final de su gira, de la que se despedían al día siguiente en Gernika, una gira en la que han recorrido kilómetros y kilómetros por toda la geografía española presentando su segundo disco 100 nudos por segundo.
Al igual que un año antes, volvían a estar acompañados por los madrileños A Tiro, que les tocó la difícil tarea de abrir la noche ante un público de primeras no muy abundante, aunque, según pudimos comprobar, contaban con numerosos seguidores entre el público. Arrancaron el que también era el último concierto de la gira de presentación de su, hasta el momento, único trabajo Vida perra con uno de los temas pertenecientes a él, De qué vas? para continuar con La primavera, que irá incluido en su próximo disco. Desde el primer momento sus seguidores se hicieron notar, arropándoles y coreando las canciones, y gracias a versiones como Entre las cejas de Leño consiguieron meterse al resto del público en el bolsillo. 
Con un estilo que recuerda enormemente a Platero y tú, nos dejaron caer otros temas como Mañana dios dirá y De este planeta a otro lugar, para luego sorprendernos con una versión de Mi gran noche de Raphael. Y como aquello era una fiesta, que mejor manera de despedirse del público que con un popurrí donde mezclaron el Rock ‘n roll en la plaza del pueblo de Tequila, Maneras de vivir de Leño, y Feo, fuerte y formal de Loquillo, consiguiendo dejarnos un gran sabor de boca a todos. Si de lo que se trataba era de calentar el ambiente, podemos decir que A Tiro lo consiguieron y con creces, dejándonos a todos con ganas de más.
Después de los madrileños llegaba el plato fuerte de la noche. Memoria de Pez daban comienzo presentándonos su último videoclip, Bajo las estrellas, tras el cual los vascos aparecieron sobre el escenario para comenzar con La soledad, a la que siguieron Solos tú y yo y Delante del espejo. A pesar de ser un grupo joven y con sólo dos discos en el mercado, se les notan las tablas sobre el escenario y la experiencia ganada al haber teloneado a grupos como Extremoduro, especialmente a su cantante Calvo, quien, con sus gestos y movimientos, se come el escenario y se convierte en un frontman de lujo.
Tras Herraduras oxidadas, nos regalaron Dentro de una botella, un recuerdo a Inconscientes con uno de sus temas más conocidos, lo cual fue una grata sorpresa para todos los allí presentes. Y continuaron cayendo canciones de sus dos discos En el mar de los sueños y 100 nudos por segundo, como Mírate o Bir litter, mientras el público, al que ya tenían ganado desde el principio, no dejaba de corearlas. Tras esta llegó uno de los momentos más especiales del concierto, cuando sacaron el teclado a escena y Calvo nos mostró sus dotes como pianista. Fueron tres los temas que pudimos disfrutar al teclado, Celos, Esto es un atraco de Burning, y Bajo las estrellas, algo a lo que no estamos acostumbrados en este tipo de conciertos 
y que realmente nos parece un gran acierto.
Pasado este momento “íntimo” volvía la caña con Pesadilla y Me dejo llevar, ya en la recta final del bolo, en la que fue Jon el que se dejó llevar bajándose del escenario y mezclándose entre el público con su guitarra. Con un público más que venido arriba, los vascos continuaron derrochando energía sobre el escenario y aprovechando hasta el último minuto que les dejaban, hasta llegar a Por el día se marcharán y Mil lugares, para despedirse por todo lo alto con una versión de Tan sólo rock ‘n roll, de Antonio Flores. Y sin duda fue una gran noche de rock ‘n roll la que pasamos, en la que Memoria de Pez nos hicieron disfrutar desde el primer momento. Esperamos con ganas ese tercer disco que ya está en proceso, y, con él, su vuelta a Madrid para poder revivir otra noche como ésta.
