Éxito rotundo. Así de escuetamente podríamos resumir lo acontecido este sábado en la nueva ubicación de Villena en lo que a actos Aúpa Lumbreiras se refiere. Por cuarto año consecutivo el festival celebraba su tradicional fiesta de presentación de febrero, y para allá que nos fuimos de nuevo a disfrutar de la cita.
Lo que no podíamos prever, ni siquiera la organización, era que se llegara a colgar el cartel de "Sold out". Unas 600 personas se quedaron sin poder entrar, y es que las expectativas fueron superadas con creces.
De todos es sabida la persecución a la que fue sometido el festival en su anterior emplazamiento de Tobarra por las fuerzas de seguridad. No hace mucho se comunicaba la localidad alicantina de Villena como nueva sede, tanto para esta fiesta como para el festival, el cual según los rumores que nos llegaron es posible que sea celebrado en julio, aunque aún no está nada claro. Decir que, si bien hubo controles, éstos fueron adecuados, ni de lejos la salvajada que nos encontrábamos en Tobarra, y principalmente eran de alcoholemia. Parece que, de momento, el objetivo está cumplido. Nos alegramos.
Desde tempranas horas de la mañana la gente se empezó a congregar en las inmediaciones de la plaza de toros cubierta donde se iba a celebrar la fiesta. Mucho ambiente y una gran aglomeración a la hora de entrar, ya que los 300 primeros en acceder recibirían como obsequio 100 camisetas del Aúpa Lumbreiras de ediciones anteriores, 100 discos del "Directo al tiro" de El Último Ke Zierre y otros 100 del "Ke no cunda el pánico" de Segismundo Toxicómano. Mucho frío, eso sí, ya que nos tocó sufrir la ola de frío anunciada para estos días. Aunque, todo hay que decirlo, en el interior de la plaza, con un sistema de calefacción incorporada, se estaba la mar de bien.
A las 14.15 hacían su aparición en escena los locales Fuckop Family, descargando el directazo al que nos tienen acostumbrados. Clásicos ya habituales como "Mis hermanos" o "Armas de barrio" no podían faltar, para acabar el show con "Hijo puta peligroso", "Rompe" y la emblemática "La cultura del odio", en la que Ricky y su bajo acabaron entre el público. Gran concierto, buen sonido (genial si lo comparamos con experiencias anteriores en Tobarra) y buena asistencia para las horas que eran.
Los siguientes en salir al tablado fueron Envidia Kotxina, unos clásicos ya en las citas del Lumbreiras. Por lo que sea, se trata de un grupo que no tiene demasiada suerte en lo que al sonido de sus directos se refiere, pero a pesar de ello pudimos disfrutar de unos cuantos de sus clásicos, como "Historias en blanko y negro", "El país de Alicia", "El apóstol perdido" o "Deskiziao". Destacar la buena adaptación de Hugo, el nuevo batería, sin duda un gran fichaje por parte de los "kotxinos".
Gérmenes, anunciados casi a ultimísima hora en sustitución de un enfermo Manolo Kabezabolo, eran los siguientes en hacer acto de presencia, y la primera sorpresa nos llegó al ver que se presentaban en formato trío, al parecer por enfermedad de Jaime. Si bien se notó su ausencia, la banda lo intentó suplir de la mejor forma que pudo. Su reciente último disco "Nos levantamos" no tuvo demasiada presencia en el repertorio, y apenas pudimos disfrutar de cortes como 
"Apaga la luz" o "Ahora vemos". En palabras del propio Dani, los Gérmenes ese día venían a ser "punkis", así que no faltaron clásicos como "Otra vez en tus manos", "El mundo al revés", "Treinta años sin luz", "M.A.S.H." o "Tragando sin escupir", con la que dieron por finalizado el bolo.
Y seguidamente llegaba el turno para la segunda banda local, Banda Jachis, el grupo del emblemático Javier Chispes, el cual puso al público en pie con temas como "La bandera de la libertad" y con clásicos de Maniática como "Lo que nos queda" o "Eres libre", versión del gran clásico "Redemption song", de Bob Marley. Destacar como nota curiosa la pintada durante el concierto de un mural.
Con cada vez más gente, llegaba el turno de Segismundo Toxicómano, una de las bandas más en forma del punk-rock estatal, los cuales venían a presentarnos su último disco, "Ke no cunda el pánico", el cual de manera sorprendente lanzaron el pasado 2011. Como siempre, el grupo lo dio todo y también la gente a base de pogos disfrutaba tanto las canciones del último disco (aunque sorprendió la poca presencia en el repertorio de éstas) como de las de los anteriores, no faltando temas como "Las noches siguen sabiendo a sangre", "Gaupasa", "12 años", "Sospechosos", "Último asalto" o "Apunta". Siempre responden los Segis a lo que se espera de ellos, la verdad es que son un valor seguro.
Tras un 2011 en el que apenas dieron dos conciertos (Viña Rock y Mundo Idiota), Lendakaris Muertos vuelven este 2012 con toda la energía del mundo. Hace pocos días nos presentaban el adelanto de su próximo disco, que se titulará "Crucificados por el antisistema". El adelanto responde al nombre de "Cómeme la franja de Gaza" y en él demuestran seguir fieles a su estilo. Pudimos disfrutar de la canción en el concierto, concierto muy divertido el cual sonó descoordinado por momentos, en parte por la gran afición que tiene Aitor a irse por entre el público, aunque también hay que tener en 
cuenta la inactividad de la banda. No faltaron en el recital habituales como "Policía sí", "Drogopropulsado", "Detector de gilipolleces" o "ETA, deja alguna discoteca".
Turno seguidamente para El Último Ke Zierre, los cuales de un tiempo a esta parte nos llevan ofreciendo un set-list bastante parecido en todos sus conciertos, en el que intercalan los temas de "La burbuja" con canciones más emblemáticas. Para unos esto se trata de un acierto por escuchar tanto clásico junto y para otros se trata de una actitud monótona que les aburre. Como suele ser habitual en estos casos, nunca llueve a gusto de todos. Nosotros, el caso, es que lo pasamos bien con canciones como "Soldadito español", "Tus bragas", "Hachís", "Para qué quiero más calor", "Altero mi cuerpo", "Vuelta al infierno" o "No tengo miedo".
En estos últimos conciertos había mucha, muchísima gente. Pero aún iba a ser superado. Y es que todavía faltaban por llegar los dos platos fuertes en lo que a congregación de gente se refiere, Soziedad Alkohólika y Boikot. Los primeros venían a presentarnos su último disco, "Cadenas de odio", del que dieron cuenta sin olvidar sus canciones más habituales en repertorios anteriores, como "Peces mutantes", "Motxalo!" o "Nos vimos en Berlín". Independientemente de que gusten más o menos, la verdad es que este grupo siempre suena como una apisonadora, y eso que esta vez contaron con ligeros problemas de sonido al comienzo de su actuación.
Llegaba la hora de Boikot, con un recinto lleno a rebosar, no cabía ni un alfiler. La verdad es que no hace falta decir mucho sobre lo que los madrileños nos iban a ofrecer. Mucha caña, mucha entrega... y las canciones y versiones de siempre. Quizá destacar el que, como dato insólito, esta vez no cayó la carismática "Korsakov". Pero por lo demás, más de lo mismo: "Bajo el suelo", "Amaneció", "Mentiras", "Tierra quemada", "Nos quieren detener" y una "Kualkier día" alargada hasta la eternidad, entre otras. No obstante, las cosas como son, lograron que la mayoría del respetable disfrutara de lo lindo.
Y ya quedaban sólo los Narco, otros de los habituales en este tipo de saraos. Y como no podía ser de otra forma, directazo el que se gastan los sevillanos, y eso que el Vikingo se encontraba cojeando. Desde luego, si nos quedaba algún 
gramo de fuerza, ellos se encargaron de hacer que saliera a relucir. En cuanto al repertorio, pues lo que se vienen gastando últimamente, temas como "Tu dios de madera", "La cucaracha", "Ambiente cadáver", "Vizco" o "Puta policía", intercalados con versiones como "Cerebros destruidos" de Eskorbuto. Sin lugar a dudas, un gran fin de fiesta.
Desde aquí dar las gracias a la organización del festival, con Marcos Rubio a la cabeza, y a Salva de La Continua Odisea por lo bien que se portan siempre con nosotros. La verdad es que ver que a pesar de todas las dificultades con las que se ha encontrado el festival, éste sigue remando contra viento y marea es una gran satisfacción. Visto lo visto, parece ser que Villena podría ser el destino final del festival. Ojalá sea así, o al menos que pueda lograr asentarse allí unos cuantos años.
Nos vemos en el festival veraniego. ¡Aúpa Lumbreiras!
- Esther Teching
