Una noche de miércoles, que te pilla en mitad de la semana, trabajando al día siguiente, pero con un concierto con dos grandes bandas de rock, cada uno en su estilo. Y eso fue más que suficiente para que a pesar del día y la hora el local estuviera lleno, con mucha gente joven y vestidos para la ocasión, looks ochentenos del heavy metal, con pantalones de pitillo, chalecos vaqueros con parches y muñequeras con pinchos.
Los dos grupos que tocaban eran 77, de Barcelona, con un estilo hard rock de finales de los 70, y los suecos Bullet, con un estilo más heavy metal de los ochenta pero muy potente, con una voz rasgada tremenda.
Comenzaron muy puntuales 77, saliendo ya con el guitarra solista a lo loco haciendo solos y corriendo por el escenario. Su set list se centró en su segundo disco, High Decibels. Precisamente esa canción, la segunda que tocaron, sirvió ya para energizar al público, que estaba deseoso de buen rock.
Un momento para saludar y siguen con Melting in a spoon, muy coreada, con un solo tremendo de guitarra y cuernos al viento, con la gente saltando y jaleando. El cantante bromea, estáis un poco parados irónicamente, agradeciendo la asistencia y el apoyo, y atacan con Promised Land, sin duda de sus mejores canciones, en las que los guitarras y el bajo cantan, una canción muy cañera, desarrollada en varias fases, con solos, partes más lentas, etc., un temazo.
En este momento se subió un espontáneo al escenario. El que conozca la sala sabe que en el escenario caben justitos y sin moverse mucho. Afortunadamente no pasó nada y no afectó mucho a los músicos.
El guitarra solista seguía haciendo de las suyas, bajándose del escenario y haciendo solos por toda la sala, mezclándose con el público, que agradece mucho este tipo de detalles locos.
Con 21st Century rock, de su primer disco, ya estaban a tope, tocando las guitarras en plan ametralladora señalando al público, os estamos rockeando hasta la muerte. Aprovechando unos problemas de púas del bajista, agradecieron el apoyo a la escena rock dejándose la pasta en conciertos y demás, que es complicado sacar discos. Y encadenando con esto tocaron Give a dollar, uno de los más cañeros, con una base rítmica demoledora y con sus solos habituales.
Para el final del concierto se dejaron dos canciones del primer disco, Less talk, let’s rock y Big Stoker pig, acabando el guitarrista nuevamente mezclado con el público, desvariando y destrozando las seis cuerdas.
Un grupo muy rockero, que en directo logran desarrollar todo su potencial, conectando muy fácilmente con el público gracias a sus canciones geniales, con gran simpatía por parte de todos ellos.
Después del conciertazo que acabábamos de ver era tarea complicada superar lo que ya habíamos vivido. Pero Bullet se encargó de acabar por destrozar nuestros oídos. Están presentando su último disco Full Pull y desarrollaron un set muy fuerte, con muchas de sus canciones más rápidas, dividiéndolo en tres bloques de cuatro canciones, con descansos entre los bloques para que el cantante pudiera descansar la voz, ya que su estilo de cantar no permite estar mucho tiempo forzando la voz.
Salieron en tromba, con un sonido perfecto, con Into the night, con el cantante repartiendo besos, con unas muñequeras de pinchos que le ocupaban todo el brazo.
Con el siguiente tema, Turn it up load, los guitarristas se hicieron varios solos por detrás de la cabeza, así para empezar. Era curioso ver a los guitarras y al bajo con chupas de cuero rotas por los brazos y tal, sería para no asarse mientras tocaban.
Dusk till dawn fue muy aplaudida y coreada, con las primeras filas puño al aire, saltando y disfrutando con el espectáculo, siguiendo para terminar el primer bloque de canciones con Full Pull, un tema cañero y salvaje.
Tras la pausa correspondiente, los temas más destacables del segundo bloque fueron Pay the price y Stay wild, continuando con buenos temas, veloces y cañeros, con buenos solos de guitarra y un doble bombo que echaba humo.
Y para la última parte se dejaron, evidentemente, de las mejores canciones, verdaderos himnos del grupo y del heavy metal, con Higway Pirates o Rumbling man, con el cantante ataviado con una capa en plan rey o señor feudal, una capa roja enorme que en la espalda tenía escrita la palabra Hell.
En esta parte la gente ya cantaba todo, saltaba, estaban disfrutando, eso lo notó el grupo también, que estuvo muy comunicativo. Y terminaron con Rebels return y su tema más mítico, el Bite the bullet, un tema no tan cañero pero con una intensidad y composición que lo hacen grande, y el grupo cuando lo acaba levanta sus guitarras en las que esta escrita una palabra del título de cada canción en cada una de ellas: BITE-THE-BULLET.
Un gran concierto, nos quedamos todos con ganas de más, pero se entiende que no tocaran más por la voz del cantante, es imposible mantener ese estilo de cantar. Dos grandes grupos, uno de aquí y otro de fuera, cada uno buenísimo en su estilo y juntos nos deleitaron con buen rock y simpatía.
