Un domingo cualquiera, como aquella famosa peli de Al Pacino y Jamie Foxx, un domingo cualquiera todo puede suceder, en este caso un concierto de metal cañero y furioso. A las seis de la tarde la apertura de puertas, puntual como un reloj y con treinta personas como mucho (la siesta del domingo no la perdonan ni los más jevis).
En principio y según aparecía en la entrada, era un concierto de tres grupos, pero nos sorprendió que había dos grupos mas, dos grupos españoles, que fueron los que se encargaron de desperezar a los asistentes que fuimos desde primera hora.
El primer grupo fue Wrath Within, que presentaba su nuevo disco "Atlantis". Una banda muy joven con un sonido muy contundente y fresco, poniendo todo en el escenario e intentando calentar al personal y animándolo a participar.
Practican un death metal melódico muy interesante, con una chica a los teclados, los cuales tenían bastante peso en las canciones, aparte de la caña, una mezcla que saben hacer bien y les queda un directo muy bueno, destacando las canciones Oblivion o Before the Storm Awakes.
Muchas ganas y mucho futuro para la banda de Valencia que dejó a todo el mundo satisfecho con su actuación.
El segundo grupo fue Hyban Draco, algo más experimentado que el anterior, con mas solidez en las tablas, pero mucho menos comunicativos que los anteriores. Siendo un grupo español hablaba al público muchas veces en inglés, cuando hablaba, ya que entre canciones no decían nada.
Sus canciones eran muy rápidas y fuertes, pero eran bastante lineales y los componentes estaban bastante parados en el escenario. Esto y algunos problemas con el sonido no permitieron una perfecta química entre el público y el grupo.
Las ganas de caña de la gente unido a que sus canciones son bastante buenas les permitieron salir bien parados, terminando con un concierto correcto, con la sensación de que poniendo un poco más de simpatía con esos temazos podrían haber hecho más y hacernos sentir más.
A partir de aquí y con la sala bastante más poblada, y un poco más de tiempo de espera, venían los grupos fuertes del concierto.
Negura Bunget fue el primero de ellos. El grupo rumano salió al escenario vestido con ropas de su tierra. Saben explotar el rollo "somos de Transilvania" y así lo dejan claro en las canciones, con mucha atmósfera, temas largos y complicados, con constantes cambios de ritmo, y un sinfín de instrumentos raros con los que nos deleitaron.
Los instrumentos mas sorprendentes fueron una tabla colgada a modo de gong, que se tocaba con dos martillos, y con la cual el batería en la intro y al final el cantante pudieron desahogarse bien aporreandolo. El otro instrumento más llamativo fue un tubo, una especie de cuerno recto de unos dos metros que tenía que tocar con un apoyo. Aquello sonaba como las trompetas del infierno.
Tuvieron una actuación más que notable y sobre todo diferente. No era un grupo tan cañero como los que habíamos visto hasta el momento pero su espectáculo de luces y su parafernalia acabaron por meterse a la gente en el bolsillo.
Los temas mas destacables fueron Cunoasterea tacuta, Cungerea muntelui, de la cual tienen un videoclip o Dacia hiperborenana, en la que se vuelve loco el cantante con el instrumento de los martillos.
Un concierto muy bueno, con un espectáculo muy visual y creando atmósferas que te envuelven y atrapan en sus canciones, una gran sorpresa y aconsejaría al que lo viera apertura de mente ante lo que se va a encontrar.
El siguiente grupo cambiaba la onda totalmente, el grupo mas heavy metal podríamos decir, y que fue acogido con muchas ganas, Twilight of the Gods.
Con una puesta en escena mas clásica, el grupo resultó muy cañero y contundente, con un poder en las guitarras puro metal y una base rítmica muy buena, pero lo que de verdad destaca en el grupo y sobre lo que se mantiene es un cantante buenísimo, un frontman que lleva el peso de la actuación, yendo de un lado a otro y arengando para saltar y bailar.
Desde el principio con los temas Destiny Forged in blood y Children of Cain se les vio comiéndose el escenario, muy profesionales y muy buenos músicos, no tan oscuros como los anteriores grupos, pero eso no le importó a la gente, que fue a ver buen metal, y aunque no fuera de un estilo tan bestia, desde luego dieron caña y de la buena.
Otros temas que tocaron fueron Sword of Damocles, The end of history o Fire on the Mountain. Gran concierto de metal, un grupazo con buenos temas y muchas tablas, que dejaron el ambiente encendido y preparado para lo que venía a continuación.
El plato fuerte de la noche, lo que estábamos esperando, Rotting Christ, un grupo mítico, de esos grupos de culto, que no sabes si alguna vez podrás llegar a verlos en directo, si alguien se atreverá a traerlos de gira.
Presentaban su último disco Kata Ton Daimona Eaytoy. El grupo griego, al que no había tenido la oportunidad de ver en directo, vino con una idea clara en la cabeza: descargar metal brutal y sin concesiones.
Con una sala ya decentemente ocupada metieron una caña como pocas veces he podido ver. No solo el volumen, sino las canciones que tienen, su composición, con una base rítmica oscura y densa, salvaje muchas veces, que el baterista se encarga de meternos en el cerebro. Unos animales.
Desde el intro que enganchan con el tema 666, pasando por Dub-sag-ta-ke, Athanati Este o Kata ton Demona Eautou la banda hace un despliegue tanto físico, con las melenas al viento y meneándolas al estilo headbanguer más burro, como musical, con un sonido perfecto.
Alguna vez se dirigen al público para ver que tal va el concierto y presentar algún tema, pero en general solo tienen una cosa en mente, tocar y tocar el mayor número de temas posible, lo más fuerte posible para que la gente disfrute lo más posible.
Así continúan con Societas Satanas (una versión del grupo Thou Art Lord), que les quedó impresionante y fue una de las más 
bailadas y aplaudidas, formándose buenos pogos y lanzando cuernos al aire.
Más temas destacables fueron In yumen-xibalba, Grandis spiritus diavolos, Non serviam o Nostis Era. En esta parte final del concierto dieron el máximo de caña y de decibelios de continuo, sin parar un segundo, sin dejarnos respirar ni un instante.
Se despidieron con King of a Stellar War como bis, culminando una actuación grande, soberbia y para los que amamos este estilo de música y a estos grupos, desde luego inolvidable.
Así fue como un domingo cualquiera se convirtió en un gran día de música, de buen metal.
