Hablar de Eu Libre es hablar de activismo musical. Referirse a este ahora trío que toma el hip hop como instrumento para la difusión de ideas, concienciación y lucha es hacerlo teniendo en cuenta que son fundamentalmente éstos mas que cualesquiera otros los argumentos que esta banda esgrime a la hora de enfrentarse a este propósito suyo y de tantos otros, que pasa por utilizar la música como vehículo trasmisor de ideas e inestimable altavoz de denuncia. De hecho, el grueso de su argumentación musical y lírica discurre por la senda del más sincero y voluntarioso compromiso personal y social, y siempre desde la honestidad y al más alto nivel. Este propósito irrenunciable constituye la principal seña de identidad de este grupo de hip hop que se aleja de los postulados ombliguistas y egocéntricos, y los sustituye por una mirada indudablemente mucho más amplia, rica y sobre todo positiva.

“Vox Popvli” es el estupendo segundo álbum de su aunque todavía corta, ya prolífica carrera creativa. Calificativo merecido, el de estupendo, debido en gran medida tanto al acierto a la hora de seleccionar las bases que sirven de guía y sostén para las soflamas que se suceden canción tras canción, como a la notable mejora y mayor capacitación personal de todos los participes, y por supuesto y en gran medida por la elección de la figura que se puso a los mandos durante el proceso de grabación del mismo. El cual debiera responder al encriptado nombre de 1101vs13. Persona que ha sido capaz de contribuir merced a un refinado trabajo de producción, repleto de detalles, a que este segundo escalón supere con creces aquella otra obra anterior que respondía al título igualmente explícito de “Declaración de principios”. La cual les sirvió de carta de presentación entonces, como si de un manifiesto sonoro se tratase, y a partir del cual Eu Libre quiso sentar las bases de ese compromiso militante que aun hoy perdura y que insisto en afirmar constituye su principal, aunque no único, valor como banda.

“Da un paso silencioso” o “Nadie dijo que fuera fácil” supusieron ya en su día claros ejemplos en este sentido. Canciones, estas, que huían de la neutralidad para acercarse desde la firmeza y el convencimiento adquirido a ese indudable afán proselitista omnipresente a lo largo de casi todos los pasajes recogidos en aquel primer disco. Algo que vuelve a ocurrir en este nuevo lanzamiento que ahora nos ocupa.

En esta como en la anterior ocasión Eu Libre vuelve a levantar el puño y opta por la autoedición como fórmula de trabajo a la hora de exponer públicamente su propuesta. Aunque sería injusto no reconocer la contribución, el apoyo y también el empeño del sello madrileño Lengua Armada por hacer realidad lo que de otro modo tal vez nunca hubiese pasado de ser más que un estéril propósito. Pero esas son hipótesis que no vienen al caso, toda vez que lo que tenemos entre nuestras manos es el segundo disco de esta banda. Ya puede denominarse como tal, sobre todo a partir de la inclusión definitiva y a todos los efectos de María Vegaspes en el tandem vocal, acompañando a Eu, y de un nuevo dj como imprescindible pilar para su propuesta.

Entre todos han parido un disco ideado y construido en clave de hip hop reivindicativo, plagado de frentes abiertos y de los más variados colaboradores que no hacen sino contribuir a la solidez y la credibilidad del mismo (gente de Habeas Corpus, Deshechos, The Cluba, Inordem, Delincuencia Sonora entre otros deambulan por algunas de sus canciones) y en el que haciendo riguroso balance no sólo se habla sino que se argumenta en contra del fascismo de viejo y nuevo cuño, tal es el caso de su canción “Fuertes”, de la que puede verse en la red un más que descriptivo videoclip. También se vuelve a incidir, cómo no, en el discurso pro veganismo y liberación animal, en virtud al rotundo compromiso y militancia personal de sus miembros en torno a asociaciones que abordan y desarrollan tal tarea. Es el caso de canciones como “Sombras”, “La decisión”, “La ira” aunque con una perspectiva más amplia, o la que ya desde el mismo título resulta absolutamente inequívoca en tal sentido: “Veganismo es justicia”. “Línea de suspensión” hace referencia al absoluto anacronismo que supone la autoridad real en el contexto de nuestro tiempo. “Tras los aplausos” supone una descarada crítica al maltrato y al asesinato concebido como tradición lúdica y espantosamente festiva. “No” supone una reivindicación de la condición de la mujer como tal frente a la cosificación a la que con demasiada frecuencia se le trata de someter. “Camino fácil” ejerce una mirada introspectiva para levantar la voz en contra del consumo de drogas dentro de los llamados movimientos antisistema. En “Rumores” se le quita la careta y con ella el indebido protagonismo a burócratas y charlatanes. “Vox Popvli” alerta sobre los más variados males, unos visibles, otros aparentemente invisibles pero igual de reales en tanto que nos acechan por el simple hecho de formar parte de esta sociedad de consumo, en medio de la cual se desarrollan nuestras vidas. Un cierto devaneo mitológico en “Como desees” rompe momentáneamente y en cierto modo la uniformidad lírica y con ella la línea editorial de este trabajo, la cual se recupera nuevamente para después cerrarse definitivamente con la vindicadora “Apunta bien”.

Este es un disco benéfico para más señas, es decir, los beneficios resultantes de su venta irán destinados al sostenimiento de diversas entidades de carácter social definidas por la propia banda. Y debiera además contribuir a recuperar (si es que en algún momento se ha perdido) la tradición y la esencia natural de todas esas bandas, que con independencia del estilo musical que reclamen y/o aborden, apuntan a materializar fines más amplios y si se quiere hasta pretenciosos. Unos fines que cuestionan y trascienden el estrecho marco del esparcimiento y la diversión sin más, en beneficio del debate, la conciencia y el compromiso.