De la mano de Lengua Armada nos llega “Línea de planetas”, primer disco de Niños Velcro, quinteto madrileño nacido en 2006, y que han presentado su propuesta en estos últimos meses.

A los Niños les gusta el funky, y con toda libertad, construyen un disco lleno de sonidos ejecutados con solvencia. Sonidos reggae, sonidos salseros, sonidos rockeros, sonidos electrónicos. Y todo unido por la voz de Nieto, cómodo en cualquier registro, pero un verdadero maestro en los sonidos más reggae.

El disco se abre con “el asunto esta funky”. Todo un pepino. Funky acelerao, lleno de optimismo, con unos arreglos de vientos impresionantes. No han terminado la primera estrofa, y ya lo han conseguido. No te resistas. A bailar!!! La voz de Nieto suena clara ante el sonido creado por la banda, todo para que no dejes de mover el cuello. Y de repente, unas rimas, para acabar de confirmarte en la idea. No parar. Manos arriba, a tocar el cielo!!!

El tema que da nombre al disco, te deja soltar un suspiro de satisfacción. Más tranqui, perdón más suave, porque el cuello no para. Un estribillo melódico de esos con los que cuesta arrancarse de la cabeza. Sigue la sonrisa.

El siguiente tema nos lleva al Caribe. Y por supuesto no paramos de bailar. “Azúcar y guarradas”, dulcemente condimentada con voces femeninas, y con unos guitarras rockeras muy apropiadas para el directo.

El cuarto tema, destaca. Piensas que el reproductor ha saltado algún disco de ADF. Pero no. Son los Niños Velcromás electrónicos. También los más duros. “Jaguares en mi alma”, de temática indigenista, bien podría pasar por un tema de ADF. Con una base electrónica, los scratches de Tito, dan paso perfectamente a las guitarras duras de Miguel. Caen al reggae, donde Nieto deja ver su dominio en ese registro, pero solo para que te tomes un respiro antes de darlo todo en un final rockero.

Luego los Niños se ponen tiernos. Sin abandonar el funky, pero con una cadencia más caliente, nos cuentan en “lo distinto es bello”, su visión de las relaciones interpersonales, denostando claramente cualquier posición de dominio o falocracia. Muy bueno el dueto vocal.

Y después de esto, ya estamos listos para ir a divertirnos a “Melopea Town”. Otra pildorita más de funky acelerao albuengusto style. Muy acertados los arreglos vocales y de metales. A estas alturas de disco, nuestro cuello tiene vida propia.

“Pececitos y colores”. Cerramos los ojos y viajamos del espacio sideral al fondo del mar. Y todo sin dejar de movernos. El movimiento nos lleva a “existe un lugar”, donde el funky se fusiona con ritmos salseros que nos llevan al rock y de ahí al ska y vuelta al rock. Tremenda batidora.

Un canto a la paternidad, en “poderoso caballero”. Muy tierna. Me viene a la cabeza “vos sabes” de LFC, cosas mías. Con ritmos reggae nos arrancan la sonrisa más tierna de la que somos capaces.

Y “rodando” sigue el disco. Con duros riffs de guitarras (ese solo!!!), aderezados con un poquito de reggae, que nunca sobra, pero sin abandonar ese ritmo funky que nos acompaña desde el inicio del disco. La más dura del disco.
“On the roof”, funky divertido pa bailar en pareja, que no agarrao. Scratches contestados por rumberas, que le dan un toque calentito muy apropiado. Nada que envidiar a Jamiroquai.

Con “de agua y tierra” se adivina el final del disco. La más acústica y latina de todas, con toques flamenquitos incluso. De ser este el final, nos dejaría un fabuloso sabor de boca. Pero nos tienen reservada “nadan”. Incipientes slaps de bajo, cortados con guitarras distorsionadas a medio tiempo. Tema complejo, con continuos cambios de estilo y estudiadas bajadas de intensidad. Es el tema más largo y menos fresquito. Y aunque pueda parecer más pesado que el resto del disco, no por ello dejamos de reconocer a los Niños en ella.

En el apartado de letras, los Niños rezuman optimismo en cada uno de sus temas. Inconformistas, sensibilizados con el mundo que les ha tocado vivir, los niños huyen del panfleto fácil, de actitudes enfadadas e inmovilistas. Muy buena la aportación de Nacho M.Zapata en varias letras, más elaboradas. Un grandísimo disco el de estos Niños, oyéndolo se ven los años de ensayo en el local, y las tablas que ya tienen. En directo, para lo que han nacido estos temas, tienen que crecer infinitamente