Bendita locura. Si tuviéramos que describir en dos palabras lo ocurrido el pasado día 7 de Abril en la Sala Caracolde Madrid, esas serían las palabras, y hubiera que ser más concisos todavía, una única palabra: Locura. Una locura en prácticamente en todos los sentidos, el primero, en el sentido organizativo, que se hacía más que evidente para cualquiera que se acercara a los alrededores de la sala.
La decisión de no vender entradas físicamente, ya sea en tiendas o autoimprimibles, sino que se optó por la reserva y recogida en la taquilla. Un método lento y muchas veces tedioso puesto que hay que comprobar la identidad de la persona que recoge las entradas y sí además coincide con una "avalancha" humana, ya tenemos lío. Colas enormes, que dan la vuelta a la esquina y que no avanzan para conseguir la entrada a la que se tiene derecho.
Personas poco previsoras que aguardan al último momento y que se encuentran con el cartel de no hay entradas. La queja era generalizada, la situación vivida era un poco surrealista, y las iras apuntaban a la organización, y en parte no les faltaba razón, pero también hay que mirarse un poco al ombligo, hacer examen de conciencia y ver porqué no se era capaz de realizar una cola minimamente organizada, que la sala es grande, pero no es el Santiago Bernabeu. Sólo esperar que esta situación sirva para que todos aprendamos, cada uno en la parte que nos toca
Muchos lo saben, llenar la Caracol no es nada fácil, no todos los que actúan lo consiguen, y más difícil si cabe es hacerlo un Jueves, víspera de nada, y eso lo consiguieron los venecianos Talco muy bien escudados por la banda italo-catalana La Mâquina.
Tras los líos de la entrada por fin conseguimos acceder al interior de la sala, momento de centrarse únicamente en lo importante, en lo musical. Empezaban así las sorpresas positivas, puesto que poco o nada sabíamos de los acompañantes de Talco en esta gira Española por ciudades como Cataluña, Alicante, Pamplona o Madrid. La Mâquina es una banda multicultural, por un lado las voces, venidas desde Italia, Sandokan que es trombonista de Banda Bassotti y lo fue de Dub Munifest, con Fermín Muguruza, y Rude, que también ha colaborado con Muguruza (Que se dejó ver por el concierto) , Manu Chao o La Kinki Beat entre otros. Por otro lado, guitarra, batería y bajo-percusión, vienen de Girona. El resultado es difícil de describir con palabras, pero muy agradable al oido y a la vista, en lo que pudimos ver se tocaron todo tipo de palos musicales, reggae, funk, metal, hip-hop, punk, todo lo imaginable la verdad, con mucha sinfonía en los ritmos, y grandes dosis de actitud combativa, pero alejados de consignas "panfleteras" y más acercadas al estilo que podían tener Mano Negra o The Clash.
La Mâquina fue un aperitivo más que contundente, dejaron unas sensaciones buenísimas, dejando claro que pese a tener un único disco, no son unos novatos, hay que seguirles muy de cerca y saber que pueden ser plato principal en cualquier momento y merecidamente además.
No había tiempo que perder, le tocaba a Talco demostrar el porqué de tanta expectación y si ésta estaba justificada. Y vaya si lo hicieron, con un público entregado desde el primer instante, los venecianos no dieron ni un sólo instante de tregua a los asistentes que llenaban hasta la bandera la sala. Con sus ritmos pachanga-ska-punk iban generando una bola de nieve en forma de locura y éxtasis entre todo el público, no sólo en las primeras filas, sino que en cualquier punto se podía encontrar público entregado a los pies de la banda. Talco se comportan como un único ente, perfectamente coordinados, pero sin grandes alardes, pero si hay que destacar algo por encima en la banda son los dos músicos de viento. Enrico al saxofón , y Andrea a la trompeta con su forma de tocar, de moverse y las ganas en general, le dan a la banda ese punto mágico que muchos pretenden o sólo unos pocos tienen.
Impulsados por los vientos, pero perfectamente acompañados por el resto de los músicos, Talco nos iba dejando cuan martillo pilón uno tras otro, sus temas más conocidos, incluidas ciertas versiones populares que llegaron a su culmen en el momento en el que interpretaron Bella Ciao, cuando el público espontáneamente, primero unos pocos y de uno en uno, y luego como una masa, fue invadiendo el escenario para corear con los italianos esta canción popular.
Otro de los momentos más divertidos del concierto, y donde se llega a comprender realmente el buen "feeling" que tienen con sus fans españoles, llegó en el momento de la presentación de la banda, después de que Dema, cantante y guitarra presentara a todos los músicos, era el turno de que le presentaran a él, y Emanuele el otro guitarrista, tuvo la ocurrencia de presentarlo como Andres Iniesta, por su gran parecido físico, ante el estupor de Dema por nombrar a una de las estrellas del FC Barcelona en Madrid, la gente empezó a corear el nombre del autor del gol más importante en la historia de la selección española de fútbol, yo he estado en muchos conciertos y no recuerdo haber visto cosa parecida.
Y es que Talco es esto, combatividad, ritmos rápidos, bailables, versiones populares y complicidad. Ojala se dejen ver más por estas tierras, porque la que mueven es digna de admiración y la cantidad de gente que arrastran cada vez es mayor, todos debemos tomar nota.
- Lara del Olmo
