Desde la marcha, o mejor dicho, la expulsión de Tarja Turunen en 2005, los finlandeses Nightwish ha intentado llenar ese enorme vacío que nunca podrá ser llenado, ofreciendo un espectro musical más amplio y variado en sus composiciones, alejándose de los sonidos más característicos de sus inicios y experimentando con otros géneros o utilizando grandes composiciones orquestales como ya hicieron en su anterior trabajo y han continuado haciendo en Imaginaerum, su nuevo álbum, en el que incluso han introducido algunos elementos de jazz, y, sobre todo a partir de la segunda mitad del disco, dando mucho peso a las partes orquestales, como si de la banda sonora de una película se tratase, y de hecho, lo es, ya que la propios miembros de la banda está realizando una película basada en el concepto del disco. Esta nueva faceta de la banda también ha influido en lo que a las voces se refiere, ya que se da el caso de que en algunos temas tienen un tono más narrativo y en otros incluso más teatral.

Adentrándonos ya en lo que es la escucha del disco, no encontramos con Taikatalvi, una intro casi hablada con unos suaves tonos de fondo que nos dan paso directamente a Storytime, uno de los temas que más puede recordar a los antiguos discos de la banda y uno de los mejores de este nuevo trabajo, donde nos encontramos el ya clásico juego entre las partes orquestales y las más contundentes, acompañadas de uno de esos estribillos de los que se quedan en la cabeza con una sorprendente facilidad.

Ghost River tiene una entrada más triunfal que nos da paso a momentos más calmados, hasta que se hace dueño del estribillo el bajista Marco Hietala con su voz desgarrada, alternando con una orquesta de fondo en incluso un coro de niños, dejando un tema bastante completo y bien elaborado que para en seco para ofrecernos Slow, Love, Slow, uno de los temas más lentos del álbum, en el que introducen componentes más propios del jazz que hacen que quede un poco raro en lo que es el conjunto del disco, pero que es una de las muestras de la experimentación por la que está pasando la banda en este nuevo trabajo.

I Want My Tears Back es otro de los grandes temas del disco, más metálico, con una buena pegada inicial acompañado con una gaita, dándole un pequeño regustillo celta, con unas melodías pegadizas que nos llevaban a un buen estribillo cantado tanto por parte de Marco como de Anette y regalándonos un maravilloso interludio donde el sonido de la gaita se alterna con el de la guitarra.

Scaretale comienza con una orquestación en crescendo que nos deja en manos de una Anette emulando la típica voz de bruja de película, seguida por un pasaje en el que Marco podría hacerse pasar por el maestro de ceremonias de un circo macabro y una ambientación musical totalmente valida para la carpa de cualquier feria... y otra vez con la 'bruja' Anette para terminar con lo que podría ser el coro de una iglesia cantando enfrente de un circo. Un tema bastante desconcertante que nos da paso a Arabesque, un pequeño pasaje instrumental, que nos da un ligero descanso para que asumamos la locura del tema anterior.

Turn Loose The Mermaids supone el inicio de una bajada en la intensidad de los temas con una balada donde destaca la voz de Anette, acompañada con una música de piano que nos dejará en perfecto estado para el comienzo de Rest Calm, un medio tiempo que aunque empieza con la voz de Marco intentando hacer de las suyas, enseguida da paso a una hermosa melodía a piano, una estructura que tras repetirse un par de veces da paso a la parte orquestal que cierra el tema. En The Crow, The Owl And The Dove nos encontramos con una composición muy similar al tema anterior, con la diferencia que en este caso casi toda la canción está interpretada en dueto entre Marco Y Anette.

Con Last Ride Of The Day nos despertamos al fin de la tranquilidad de los temas anteriores, volviendo a las guitarras en constante lucha con las orquestaciones en medio de unas elaboradas melodías que son bastante de agradecer después de haber escuchado prácticamente tres baladas seguidas. Y así llegamos a lo que se podría decir el final del disco con Song Of Myself, un tema en el que encontramos grandes partes orquestales, combinadas con partes pesadas, junto con grandes melodías y coros que dan paso a una extensa narración que llega a hacerse tremendamente pesada. Como pequeña guinda, los chicos (y chica) de Finlandia nos dejan un último corte que, con el mismo título que el álbum, hace un resumen orquestal de las melodías de todos los temas del disco, vamos la música de los títulos de crédito... para el final.

En resumen Imaginaerum es un álbum en el que se aprecia un gran esfuerzo por parte de la banda en crear un disco complejo, variado, con grandes temas tanto en su composición como en su ejecución y en el que no se ha dejado de prestar atención a los pequeños detalles. Ya sólo queda esperar a la parte cinematográfica del proyecto para poder contemplar en toda su complejidad el que es este último trabajo de Nightwish.