Tercera referencia discográfica para The Mirage, un grupo que está en disposición de ser considerado uno los mayores y mejores exponentes del hardrock hecho en la actualidad en este país.
Después de sus dos anteriores lanzamientos: “Viviendo R´n´R” y “Revolución”, The Mirage ponen en circulación un disco que por su contenido más bien podría considerarse como de transición, quizá por las circunstancias que en su seno se han dado en los últimos tiempos, fundamentalmente con la incorporación de un nuevo vocalista, Martín Búa, en sustitución de Mandy su hasta ahora cantante.
Nueva formación y nuevo disco, presumiblemente con la intención de acoplar la banda y demostrar a todos, incluido a si mismos su vitalidad, para lo cual han echado mano de versiones de temas propios, pero también de temas de otros artistas ya consagradas, las cuales tal vez supongan el mayor atractivo dentro de este “A-52”, producido por David Estévez, uno de los dos guitarristas de la banda junto a Fran Almodóvar.
Después de imaginar la dificultad que les ha podido llegar a entrañar la elección de las canciones a versionar para luego dejar constancia de ellas, nos atrevemos a calificar el resultado como verdaderamente magistral.
Adaptar a un registro propio grandes clásicos como puedan ser el mítico “Siempre estáis allí” de los imperecederos Barón Rojo o el no menos importante “Shot in the dark” del delirante Ozzy Osbourne, rebautizado para la ocasión con el nombre de “Disparo en la oscuridad”, no debe ser tarea fácil. Más aun si como es el caso las letras deben adaptarse al propio idioma, con todas las dificultades fonéticas que ello conlleva. De todo ello, The Mirage salen vencedores. Basta escuchar la versión que de los celebrados Gotthard incluyen bajo el nombre de “Otra opción”, la cual sirve para abrir el disco, y con la que se consigue crear una atmósfera que más tiene de réplica que de imitación, captándose un más que asombroso parecido a la original.
Definitivamente abordar el intento de homenajear a los que son tus referentes pasados y presentes supone todo un reto, del como decimos, estos gallegos salen airosos y mas que eso, triunfantes. Ocurre lo mismo a la hora de “revisionar” el famoso tema de Tesla “Songs & emotions”, último de los cuatro hits elegidos para la ocasión y rebautizado por ellos con el nombre de “canciones y emociones”.
El resto del disco no suponen sino versiones propias interpretadas desde otro prisma, más acústico y hasta intimista, diferente sin duda al habitual pero igualmente interesante y meritorio. “Buscando en tu interior”, “Nueva estación” o “No soy diferente a ti” dan buena cuenta de la versatilidad de estos cinco músicos capaces de adaptarse a ese marco más cálido.
En este disco únicamente se incluye una canción nueva, la que responde al título de “No quiero dejar de caminar”, ciertamente potente, agresiva y guitarrera, pero no por ello exento de grandes dosis melódicas, incluida la voz de Martín Bua, cuyo timbre recuerda no poco las tesituras del malogrado Steve Lee. Ojalá ésta suponga un claro anticipo de por donde pueda discurrir un futurible nuevo disco de la banda. Un fantástico augurio para lo que esperemos esté por venir. Mientras tanto, disfrutemos de este homenaje propio y ajeno que supone toda una lección de fuerza medida y elegancia.