Llega el tren, un tren que tiene delito. Y medio, para ser más precisos. Un tren que arremete con una descarga de velocidad y palabras que no te dejarán indiferente.

“Gravedad” es la última producción del grupo madrileño-segoviano, y estamos sin dudas ante una obra de punk rock del bueno. Con un sonido que te deja perplejo, y la contundencia como sello propio.

Once balazos en formato de canción a toda verdad, en toda la cara, para que no queden dudas sobre la propuesta que tienen para ofrecernos los Delito y Medio. “Sin pretensión alguna” rezan en “Contigo”, pero a mi late que ése es justamente el punto fuerte del disco. Porque cuando uno hace algo sin más pretensión que demostrar lo que siente, surge lo mejor de nosotros. Y si tienen guitarras filosas, una base compacta y un cantante que ya querrían muchos grupos del género, es básicamente una bomba Molotov.

Darle al “play” es lo mismo que encender un mechero. Canciones como “Sola” o “La despedida”, escupen con crudeza versos tan duros y entrañables como la misma vida.

“No hay vuelta atrás, cuando no quede nada, no servirá la esperanza”, canción premonitoria la de “Gota a gota”.

Si me preguntan a que público está enfocado este disco, mi veredicto sería “a todo el mundo que tenga alguna neurona todavía funcionando”. Es que estos discos son de esos que te gustaría que escuchen de verdad los chavales de la generación del reggaetón y los cuarenta criminales. Abrir la mente como una lata de bonito. Destapar una cerveza con los dientes. Fumarte un cigarro liado y sin filtro.

¿Hace falta que te diga más? Vale. Ellos son David, Tany, Raúl, Nacho y Mitxi. Y han venido para darte su nuevo material por la cara. Sí, puedes meterte en su web y descargarte este disco. Pero por favor, no lo hagas para acumular mierda en tu ordenador. Que sea una descarga a conciencia, y si te gusta (que no tengo la menor duda de que así será), vete a un concierto, que al final es lo que hace que la música siga viva, y los músicos sigan dándolo todo para ti. Sí, para ti querido lector y amante de la música. Es un círculo vicioso, ¡y cómo nos gusta este vicio!

Te invito a que disfrutes de Delito y medio, un grupo que promete y que espero que un día estén donde deben estar. ¿En un bar tomando un chupito? Eso también, pero que todo lo demás deje de ser un sueño y se convierta en realidad. Así vamos, “arañando el final”.