CRÍTICA ALBUM: Bocanada - El sino de la herida

Bocanada - El sino de la herida

1-El voladero 2-Cuando se extingan las cucarachas 3-Tu nombre se escribe con sangre 4-No me he rendido 5-Huele a muerto 6-Entre barrotes 7-Comiendo soles (sangre espesa) 8-Martillos del cielo 9-Sus calaveras 10-Tu tejado 11-El faquir

  • Bocanada
  • «El sino de la herida»
  • (Autoeditado)

Nuevas llegan de Berriozar, y es que los Bocanada se han vuelto a enfundar la chupa de cuero y a subirse al carro del rocanrol.

El tercer álbum de la banda se titula El sino de la herida, y promete continuar con ese sonido enérgico que quedó plasmado en sus dos trabajos anteriores.

El Voladero es la primera canción del disco, que pareciera una continuación de Agua y Barro, unos ritmos contundentes que nos envuelven en las poesías de Martín Romero, una vez más.

Sin embargo no se perciben los versos rabiosos que caracterizaban a los dos discos anteriores, sin depurar y quizás incluso las guitarras parecen más melladas, unas melodías más suaves, como la de Cuando se extingan las cucarachas.

Algo similar ocurre en Tu nombre se escribe con sangre, en la que da la sensación de que los sentimientos están totalmente a flor de piel. Los versos salen de la misma manera, pero son muy diferentes a los de los álbumes pasados, la rabia ha muerto.

Se advierte una clara evolución en la línea de la voz, más melodiosa y más trabajada. Además, la ausencia de Txarly y el fichaje de Rupi, supone también para la banda una nueva etapa en su trayectoria, pero parecen haberse ensamblado perfectamente con este nuevo compañero de viaje.

Huele a muerto, la que fue la carta de presentación de este disco, con el videoclip del mismo, es una pista sosegada, o al menos eso parece, hasta que Romero casi esputa el corazón por la boca, como ya nos tiene tan mal acostumbrados, recuperando el sonido duro de sus discos anteriores. Sin duda será una de las preferidas en el directo.

Sin embargo, la euforia dura poco, pues con Entre barrotes nos devuelven a ese sonido que marca la tónica general del disco. Una composición breve y sencilla, que no por eso está carente de sentimiento.

Comiendo soles empieza con un in crescendo, una pista más movida, en la que las cuerdas cobran un mayor protagonismo, que amenizan la letra con unos riffs más que acertados.

Continúan los ritmos más acelerados hasta Tu tejado, en la que regresa el sonido amortiguado, donde el primer plano es protagonizado en todo momento por la voz.

El final mejor escogido para el disco es El faquir, una intro instrumental cargada de fuerza, una letra que deja bien claro que los Bocanada continúan en la brecha, y que están encantados de hacerlo. El sino de la herida nos deja con ganas de más, marcando una continuación, una continuación con letras más románticas, con momentos más pausados.

  • Gonzalo Millán

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