Conseguir un primer disco bueno no es tarea fácil, porque como algunos dicen, todo está inventado. Sin embargo, Deskarte lo borda con Para que tiemblen tus pestañas, una obra grabada, mezclada y masterizada en los estudios La caverna, en Leganés (Madrid), bajo la supervisión de Javi Nadye (Nadye). El punk rock no está de moda, pero sí va camino de reinventar la fórmula.

En Para que tiemblen tus pestañas destacan las canciones de carácter personal, huyendo del prototípico trabajo punk rock donde la crítica inconformista supone la mayoría de las balas en el cargador. Podemos encontrar tres bloques: amor, desamor e introspección. Así, en el primero tenemos La noche muere y Me vuelo, ambos temas rellenos de dulce. En el segundo, Como gato sin alas, que representa el distanciamiento. Finalmente, El desván y Cierra la puerta, donde un hipotético protagonista se recupera y pone tierra por medio. Mención especial merece el último de los cortes mencionados, tanto por conseguir una atmósfera trabajada, a la que es preciso volver una y otra vez, como por su tensión in crescendo.

Conviene remarcar que encontramos un envoltorio para cada tema. Desde el rocanrol canalla y desenfadado hasta el medio tiempo que lastra la nostalgia del sufrimiento, pasando además por el punk rock de guitarras pesadas y batería contundente.

El sexo también tiene un lugar en Para que tiemblen tus pestañas, en el corte seis, Tanto tiempo. El tema muestra una predilección importante por los ritmos acelerados y los coros de los músicos, que acompañan a Javi, la voz principal, en el estribillo. Asimismo, es el corte que pone -de forma indirecta- nombre al disco, ya que entre sus versos encontramos el título del LP.

El disco también tiene canciones que heterogeneizan la temática del trabajo. Motivos nos lleva por los senderos del punk rock melódico más potente, en parte gracias la presencia de una segunda voz, la del guitarrista Dani. El tema, que trata sobre los límites que uno se pone en la vida, destaca por los excelentes cambios de ritmo y muestra unos mimbres de banda de primerísimo nivel.

Por otro lado, también existe tiempo para el tono festivo. Deskarte no sólo recibe el nombre del grupo, sino que nos pone en la piel de los cuatro integrantes para que lleguemos a entender su modus vivendi: fin de semana de copas y carretera. Vamos, “la canción de beber y que amanezca”.

Como disco de punk rock que es, no podía faltar un corte reivindicativo, que precisamente es el que abre el disco. Cansado es fiel al título y nos lleva al hastío de la sociedad frente a las “puertas cerradas”, “los abusos de la Policía” y demás “porquería”. El enésimo canto a la revolución desde la música. Del escenario a la calle sin pasar por la casilla de salida.

Y si antes hablábamos del primer corte, el que remata Para que tiemblen tus pestañas es Liberadnos, profunda y acústica a partes iguales. Quizá un final demasiado adentro después de tanta caña.

Los nueve cortes gozan de muy buena salud, pero todavía brillan más porque el disco está trufado de colaboraciones: Lulu de Forraje en La noche se muere; Javi de Nadye en Me vuelo; Kiko y Daviz de Mala Reputación en Tanto tiempo; y David Díaz de La llave de Allen en El desván. Todas y cada una de ellas imprescindibles, ya que suman personalidad al trabajo, de manera que éste en ningún momento suena lineal, sino que es toda una montaña rusa de música.

Para los amantes del punk rock melódico, el disco de los Deskarte es poco menos que imprescindible, para los defensores de la caña desenfrenada y el caos antisistema, este Para que tiemblen tus pestañas peca un poco de blando. Aun así, recomendable acercarse.