De Castilla, más concretamente de León, llega "El miedo" de la mano de Gandalla, un grupo iniciado en el '99, con un parón a sus espaldas, o como ellos denominan "…nos inmolamos". Después de una borrachera criminal volvieron en el 2007 con dos discos auto producidos ("¿Dónde está la verdad?" y "Dando tumbos"). Uniéndose al proyecto Juantxo y Mario, de los desaparecidos Hachazo, los renovados Gandalla llegan con las mismas inquietudes y con ganas de quedarse con un disco grabado en los estudios Pinchi Records (León) con un Punk-rock contundente y crudo.

La primera canción elegida para abrir el disco es "Puertas"; matices setenteros de los grandes del punk como The Clash y, sin irse tan lejos, la vieja guardia del punk estatal. Suena a discos de primeros tiempos de los que hoy son los grandes de este estilo. Potentes coros acompañados del fraseo de la guitarra para decir todo se vuelve hueco en esta sociedad.

"Una de las de antes", con tintes de himno, empieza a sonar. Ya en la intro la rabia predomina, la guitarra acompaña el redoblar de esa caja esencial en el estilo, para entrar la estrofa a dos voces muy carradas. Un gran ejemplo de que no hacen falta estribillos para que el mensaje sea claro y conciso.

"El Fieras". Llega el corte mas rokanrolero, el corte dedicado a los parias de hoy en día, a la gente sin recursos, a esos rastrojos del barrio bajo, echando camino a la espalda. Guitarra solista acompañando a la letra con una melodía que acopla a la perfección, con solos potentes.

En el medio de disco nos encontramos "Pandora"; no hace falta llegar al tercer corte para ver la contundencia de los leoneses, pero por si acaso, llega un auténtico disparo en la sien. Buena intro, con un fraseo melódico, que se repite durante toda la canción, coros y segundas voces que nos recuerdan al punk-oi!. Monosílabos y un mensaje claro en contra de la Iglesia.

El "Cazador", con un línea de bajo potente empieza el quinto corte, púa contra púa llegando a estribillo, para entrar a un estribillo muy currado en coros, guitarras melódicas por todo el corte dan fuerza al "ni olvido ni perdono" de los cazadores.

Con el viento helado comienza "Invierno", duro como el nombre de la canción, un pal mute da paso a la estrofa, cambio de ritmo, batería firme, segundas guitarra potentes y esos coros marca de la casa vuelven a juntarse para hacer un gran tema.

Llegando al final, "Lo dejo", apología del fin de semana, del arrepentimiento y el volver a caer. Gran tema para acabar un disco y un directo. Solos para dar respiro al personal.

Mucha rabia para combatir el miedo, esa es la receta de Gandalla en un disco con el único pero de que es corto. Grabado del tirón como antiguamente, sin truco ni cartón. Tan directo como sus letras, su reivindicación y grandes dosis de cambio ilusionante.

No espere más, hazte con él y difúndelo. Porque este disco no es para menos.