Tras un verano de austeridad, en el que la falta de apoyo institucional llevó a cancelar o modificar muchos eventos culturales (sobre todo rockeros), nos encontramos con que dentro de la programación festiva de la localidad madrileña de Fuenlabrada se incluía un grandísimo evento para los amantes del heavy y el thrash metal. Un cartel compuesto por Kreator, Tierra Santa, Avalanch y Santelmo, y además gratuito, no es algo que se pueda dejar pasar. El único pero era el día, un martes.
Siempre es de agradecer que los ayuntamientos dediquen parte de sus presupuestos a la difusión de la cultura, y más aun cuando además se incluyen a “minorías” como el rock. Tras un verano de austeridad, en el que la falta de apoyo institucional llevó a cancelar o modificar muchos eventos culturales (sobre todo rockeros), nos encontramos con que dentro de la programación festiva de la localidad madrileña de Fuenlabrada se incluía un grandísimo evento para los amantes del heavy y el thrash metal. Un cartel compuesto por Kreator, Tierra Santa, Avalanch y Santelmo, y además gratuito, no es algo que se pueda dejar pasar. El único pero era el día, un martes.
Por razones de horario y distancia, mi crónica se centrará únicamente en la actuación de los alemanes Kreator, ya que no pudimos ver como se merecen al resto.
Unos minutos después de las doce de la noche, Mille Petrozza y sus compañeros salían a escena para descargar la primera canción del set. La elegida fue “Hordes of Chaos”, de su homónimo último disco. El álbum de 2009 aún es el eje central de la gira, aunque según el propio Petrozza, saldrá uno nuevo el año que viene.
A golpe de batería y guitarrazos dieron cuenta de unos cuantos temas más hasta llegar a “Pleasure to Kill” en el que el vocalista intentó que el público se separara para un wall of death.
Algunos más y Mille nos recordaba su militancia antireligiosa antes de “Enemy of God”, que tuvo una buena acogida por la gente, dando saltos y moviendo las melenas.
Entrabamos ya en la segunda mitad del concierto y los clásicos iban cayendo. Así llegaron “Phobia”, “Extreme Agression” y “People of the lie”.
Con los golpetazos a la batería y ese riff de guitarra llegaba lo que prometía ser uno de los momentos de la noche: “Terrible certainty”, pero que después de la intro se convirtió en “Reconquering the Throne”. Para mí, sin duda, una desilusión.
Durante el concierto Petrozza interactuó bastante con el público: presentando las canciones, dando las gracias o intentando que nos moviéramos un poco más. Y es que a pesar de la trayectoria de la banda y el aceptable número de personas allí congregadas, el ambiente era un poco frío, salvo en zonas aisladas. Quizá tenga que ver que el interés del respetable disminuye proporcionalmente al precio de la entrada, a la par que el día y la hora no eran las más indicadas.
El concierto iba tocando a su fin y tocaron “Violent revolution”, seguida de la combativa “Flag of Hate”, con su presentación (bandera incluida) de “It’s time to rise the flag of hate!!” coreado por el público, y “Tormentor”, que puso el punto final ante la sorpresa de algunos al no haber escuchado uno de sus temas más emblemáticos: “Betrayer”.
Un concierto aceptable pero que careció de feeling en algunos momentos, y la ausencia de “Betrayer” y el mix de “Terrible” con “Reconquering” desde luego no ayudó. Esperemos que en próximas fechas podamos ver a los germanos en comunión plena con el público, como debe ser.