Anoche me sentí una auténtica privilegiada, por haber asistido a uno de los mejores conciertos que recuerdo en bastante tiempo. La cita fue en Gruta 77, en Madrid y el espectáculo que nos brindaron los checos Pipes & Pints y los texanos Born To Lose fue, a mi modo de ver, espectacular. A pesar de un público más que escaso, ambos grupos lo dieron todo para que los asistentes pudiésemos disfrutar de lo lindo, como así lo hicimos sin duda alguna.
Como ya viene siendo habitual en la sala madrileña, una hora más tarde de lo anunciado saltaron al escenario los de Praga, Pipes & Pints con una fuerza tremenda que nos hacía vislumbrar la descarga de punk rock que nos esperaba esa noche. La banda, formada en el año 2006 por Vojta Kalina (Gaita y voz), comenzó su descarga del disco Until we die, único hasta la fecha, sin contar con un EP que publicaron anteriormente. Criticized fue el primer bombazo de la noche, para seguir con la canción que pone banda sonora a uno de sus video-clips oficiales, City by the sea.
Si ya con solo dos canciones el respetable enloquecía, aquello iba a más a medida que los checos iban desgranando tema tras tema. Quizá las dos canciones en la que se vio al público más entregado y más metido en el concierto, fueron Pippers play y Heaven and Hell pero no cabe duda alguna de que tuvieron un público más que entregado a lo largo de toda su actuación. Los pogos no paraban de surgir en las primeras filas de la sala, en los que tanto el público masculino como el femenino no dudaron en participar. Syco Mike – cantante solista-, no paraba de dar muestras de complicidad con el público, pasándoles el micro y haciéndoles participar del auténtico show que estaban montando, permitiendo incluso que le pasearan en volandas durante unos segundos, para devolverle después al escenario. Sin duda, un aperitivo la mar de suculento para abrir una noche en la que el derroche de punk rock estuvo presente en todo momento, tanto encima como debajo del escenario. La banda disfrutó el concierto a más no poder, detalle que nos transmitió en todo momento. Para poner el broche de oro a su actuación, escogieron Where is my America, canción con la que dieron paso a la siguiente actuación.
Le tocaba ahora el turno a Born To Lose, la banda de Austin liderada por Chris Klinck y que cuenta con cinco álbumes en su haber, el último de ellos, The Dreams of Kids, del pasado año. La canción elegida para abrir el concierto fue Not alone, de su tercer LP, tema con el que al igual que pasó con Pipes & Pints… nos dejaron claro ya desde el principio de la descarga de punk rock de la que íbamos a ser testigos esa noche. Pudimos presenciar un recorrido por casi toda su discografía, predominando claramente los temas que 
componen su último disco. No faltaron temas como Saints gone wrong, canción que da tema a su cuarto álbum, Sayonara Kid , ni My life en la primera parte de su directo. A medida que nos acercábamos al ecuador del mismo, la banda nos brindó temas como The Dreams of Kids (canción que da nombra a su último trabajo), Great Beyond, Last Chance Boys o Along de Way.
No podemos olvidarnos tampoco del buen rollo que la banda nos transmitía desde el escenario en todo momento. Los pogos que comenzaron con la banda checa, no cesaron tampoco con los de Austin, siendo cada vez más intensos, participando incluso en ellos el gaitero y cantante de Pipes & Pints, Vojta Kalina, el cual nos hizo plantearnos el hecho de si disfrutó más la noche encima o debajo del escenario de Gruta 77. Chris Klinck no dejó tampoco de hacer guiños de complicidad en ningún momento, con los que nos encontrábamos debajo del escenario, gestos a los que el público respondía en todo momento.
Nos encontrábamos ya en la recta final del concierto; un concierto que nos supo a poco y se nos hizo más qué corto, teniendo en cuenta lo a gusto que estuvimos a lo largo de las casi tres horas que este duró. Chris Klink y sus chicos escogieron temas más que potentes para irse despidiendo de la noche, como Fall on your Sword, Down y McAlister’s, tema perteneciente a su primer trabajo, Dreams Die Fast con el que pusieron el punto y final. A pesar del título de su última canción, todos los asistentes salimos de Gruta 77 -no sin antes intercambiar opiniones con los miembros de ambas bandas durante un buen rato-, soñando con el concierto que los dos grupos se habían marcado. En lo que a mi respecta, y dado que viene al pelo con el último tema que pudimos escuchar anoche sobre el escenario de Gruta 77, estoy convencida de que para nada los sueños mueren rápido. Al menos, para mí, éste no lo hará.
- Javi JK
