28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. El día que tradicionalmente en este país se suelen gastar bromas, nos encontrábamos ante algo más serio. Tan serio como el bautismo de fuego de una banda que emerge imparable desde el mundillo underground, desde el circuito de garitos y tabernillas, Las Madres.
Esa noche en la madrileña sala El Sol presentaban “Vergüenza me da…”, su primera y flamante obra, y cuando llegamos al local aún ultimaban algunos detalles y contenían los nervios. Tras la pertinente prueba de sonido y reponer fuerzas en el bar de al lado, las inmediaciones de la puerta de la sala iban adquiriendo color en la fría noche. Una vez dentro, Retales, un joven quinteto madrileño comenzaba a descargar sus primeras notas sobre un ya numeroso público. Con las bases características del rock de aquí pero sin caer en lo típico se fueron ganando la atención de todos, y es que a pesar de su juventud se movían con soltura y desparpajo por el escenario. Acabaron los cinco abrazados saludando entre aplausos, como las grandes bandas.
El inevitable receso entre grupos sirvió para que algunos más se sumaran a la fiesta y con el escenario oscurecido empezó a sonar, a modo de intro, la pista oculta del CD de Las Madres, con Manu Van Dam tocando la acústica con delicadeza y mimo y los violines dándole la pomposidad que requiere. Esta canción es sólo instrumental y contiene el riff de la que sería, ya con toda la banda en sus puestos, la primera canción: “Esconder el corazón”, que primero a ritmo de tango y después a golpe de rock, con majestuoso solo de guitarra en el medio, sirvió como carta de presentación y declaración de intenciones. Le siguió la vistosa y dicharachera “Rock´n´Roll” y la felina “Sádico”, para que siguiéramos dando golpecitos al suelo con los pies y meneáramos un poco más el cuello. Hasta entonces aún se notaba a los músicos un poco tensos, concienciados en hacer un buen trabajo, aunque poco a poco fueron despojándose del lastre y se dejaron llevar como tantas otras veces lo han hecho. Con el humor que también les caracteriza, Amon-Ra presentó la siguiente, “Sin cuerdas”, contándonos una historieta sobre un día de puenting. Seguidamente se atrevieron con el clásico de Barón Rojo “Anda suelto Satanás”, aunque en una versión mucho más “maternal”. Para “Volver a ser” contaron con Jose de Delincuencia Sonora a la voz y fue patente la complicidad entre ambos cantantes. Esta canción cada vez me gusta más. A golpes de bajo y batería únicamente empezaba “12 de mayo” hasta que fueron incorporándose la guitarra y posteriormente la voz. Por aquellas los músicos ya estaban en su salsa y contagiaban su energía a los asistentes, que llenaban unos dos tercios de la sala; y con lo mal que está el panorama conseguir congregar a un par de centenares de personas un miércoles es todo un logro y demuestra que se les empieza a reconocer el enorme potencial que tienen.
Con Isabel al otro micrófono y Amon, vaso en mano, dieron cuenta de la vertiginosa y electrizante “Pájaros muertos”. Volvieron a escena los violines para tocar la más recogida de sus canciones, “Evidente”, aunque no se libró de las bromas de Manu y Amon. Con Isabel aún a la segunda voz interpretaron “Estados mentales”, una nueva que estrenaron, y “Anoche tuve un sueño”. El tema “Te jodes”, presentado como “un tema punk” no está incluido en su CD, pero es pieza habitual en sus directos, aunque esta vez, Amon no simuló el sonido de la turuta con la voz.
Empezaban las despedidas y después del “nos vamos” y añadir “como no me gusta la alcaldesa bebo en vaso” tocaron “Mar de Madres”, para después abandonar por unos instantes el escenario mientras el público pedía incesantemente su vuelta al grito de “otra, otra”. Volvieron e hicieron casi capicúa el concierto repitiendo las dos primeras canciones pero en orden inverso. Así sonaron “Rock´n´Roll” con Amon, que cuando no canta no para quieto, y “Esconder el corazón”, con la que definitivamente acabaron la velada.
Un buen concierto en el que empezaron algo acogotados por la responsabilidad pero a medida que se fueron soltando la cosa fue ganando enteros hasta conseguir que el día de las bromas fuera el día del rock and roll.
- Joluco