Tarde casi primaveral en Madrid, que prometía buena compañía y rock a raudales; aunque el comienzo no fue como esperábamos, ya que, a pesar de llegar con tiempo más que suficiente a los aledaños de la madrileña discoteca Joy Eslava, alguien tuvo la brillante idea de adelantar media hora el comienzo de la actuación, con lo que los cuatro o cinco primeros temas nos los perdimos mientras apurábamos una cerveza en el bar de al lado. Dicho esto, vamos a lo que nos ocupa, que no es otra cosa que la visita del cuarteto navarro liderado por El Drogas a Madrid. Los seguidores capitalinos respondieron a su convocatoria llenando prácticamente la sala, aunque no colgaron el “sold out”.
Como decía, no vimos los primeros latigazos del show, pero nos consta que abrieron con “Salvaje mirar”, canción que abre también su nuevo CD; y le siguieron “Así”, “El charco”, “Todos los gatos” y “Directo a la cabeza”. Proseguía el show, y ahora sí éramos testigos directos de lo que Txarrena es capaz sobre el escenario. “Quiero que” sonaba mientras nos acercábamos a mejores posiciones. La cercanía del escenario con el público hace que la música se sienta de otra manera; y por eso es de agradecer los conciertos en salas de menor tamaño, donde casi puedes sentirte parte del espectáculo, y sentir hasta cierta complicidad con los artistas.
“Déjalo muñeca”, “Dime como besas” y “Nos queda poco tiempo” hicieron que el respetable, algo más frío en los primeros compases, empezara a caldearse. Para “Piel de gato”, Enrique tenía preparado un disfraz con dos máscaras, una en cada perfil, y fue dándose la vuelta cuando la letra de la canción exigía una u otra voz. Prosiguieron descargando temas de sus dos discos como “Pelea de barro”, “Estos clavos”, “Poca luz”, “Todo lo enamora”, “En punto muerto”, “En otros rincones”, “Con tu piel” y “Ella no para”.
Con la nueva formación de Txarrena, los temas más antiguos se desprenden de los tonos oscuros que poseían y adquieren nuevas tonalidades. Suenan más rocanroleros. El Drogas, que seguía ataviado con un pañuelo en la cabeza, seguía con sus poses y con su voz dando color al concierto. El Flako destrozaba las cuatro cuerdas de su bajo y Txus acariciaba cada nota que salía de su guitarra. Brigi aporreaba la batería enérgicamente e incluso se atrevió a coger la guitarra acústica, demostrando así el notable dominio que posee sobre los instrumentos.
Era ya el turno de “El peldaño más cercano”, una de mis favoritas, y lo que había ido cogiendo calor durante la hora y pico que llevábamos ya allí, estalló definitivamente. Con el público ya entregado se afrontaba el último tercio del show. “El fuego de la tarde”, “Nada sin ti” y “Algo más que su cariño” precedieron a “El lobo feroz”, en la que El Drogas salió al escenario con un disfraz de lobo. De lobo fiero, claro. Una anécdota simpática antes de “Algunas cosas por terminar”, la coreadísima versión de Alarma “Frío” y “Otro corazón”. Dejaron para el final los singles de cada disco, “Empujo pa’ki” y “Azulejo frío”, dando así por concluido el concierto.
En resumen, una noche bien cargada de rock and roll y buenos momentos. ¡Larga vida a Txarrena!