Puente de noviembre. Viaje a Madrid en lo que ya se ha convertido en una fecha fija para la persona que escribe estas líneas, y para una serie de locos del rock que año tras año repiten en una cita que, aunque pequeña en gente, es enorme en diversión y música. Evidentemente hablo del Aniversario del Dr. Jekyll, que en esta ocasión cumple su decimosegundo aniversario y demuestra que está en tan buena forma como siempre y nos ofreció un cartel de lo más variado y con mucha calidad.
Lo mejor de todo es que estábamos de cumpleaños, y todo son globos, serpentinas, piruletas y sándwiches de nocilla, un ambiente que invita a introducirse en la fiesta y dejarse llevar. Es imposible ir a una fiesta de cumpleaños y comportarte como el niño que invitan por obligación y que está por estar cuando nadie desee que esté. Así, que cuando te quieres dar cuenta, has bebido suficientes limonadas y comido bastantes mediasnoches que estás tan metido en la celebración que sólo piensas en pasártelo lo mejor que puedas y dejar de lado otras consideraciones. Y eso mola.
El festival empezó con los valencianos Kólico, que se hartaron de buscar a la gente avisándoles de que la cosa comenzaba, el horario en estos casos manda, pero ya sabemos cómo son los invitados, siempre haciéndose de rogar y temiendo llegar los primeros, así que empezaron con poca gente en la sala. El problema duró exactamente media canción. Tras el primer guitarrazo la gente se lanzó a la sala. Kóliko siempre ofrece una descarga rápida y enérgica, muy influenciada por el punkrock más clásico, aderezado con muchos tintes de hardcore melódico, como se pudo apreciar en temas como Cenaré paté, donde juegan muy bien con los cambios de ritmo y los coros, muy del estilo de Green Day que tanto gustan y disfrutó el público presente. Aprovecharon asimismo para seguir presentando su nuevo disco, Hay algo grande en no ser nada, que sigue con el mismo sonido de anteriores trabajos, y donde destacó sobremanera la interpretación que hicieron de After lobotomy, para mi gusto, la canción más redonda del nuevo trabajo. No se olvidaron de sus raíces y sus influencias, y las homenajearon con una versión de Generator de Bad Religion. Y ya en la parte final, tocaron sus canciones más celebradas y bailables, como Eskupe mierda. Un concierto de los buenos y animados que todos pudimos disfrutar.
El segundo grupo en actuar fue Desorden, banda asturiana que ya se puede considerar un clásico en el aniversario del Dr. Jekyll. Nos regalaron a los festejantes un concierto cargado de energía y calidad. Donde entremezclaron temas de sus antiguos trabajos con canciones de su nuevo LP Bendita dinamita. El repertorio que nos ofrecen los asturianos se mueve entre el punk rock de corte más conocido, con temas como Cuatro esquinitas o Mis pocos aciertos a un estilo mucho más personal que impregna sus nuevas canciones, que ocuparon en eje central del concierto y donde podemos destacar canciones como Loco y Cada día. Canciones que se salen de la norma pero que el público coreaba con ganas. Viendo lo cómodos que se sentían en el escenario, con un Palomo que sacó la bestia a pasear con riffs melódicos metaleros, no dudaron en regalarnos un par de versiones, sobretodo Killin´ the name de RATM que la bordaron, y un final con sus canciones más conocidas, Sobran las palabras y Desorden, para disfrute de toda la concurrencia.
Tras ellos saltaron al escenario Macarrada, un grupo que ya es una institución en el punk-rock nacional. Se nota que tienen ya muchas tablas y son perfectamente capaces de ofrecer un auténtico pepinazo de concierto con su claro estilo, duro y contundente, sonido que me lleva a imaginarme grandes Harleys, partidas de billar americano en un garito lleno de humo y cajas y cajas de cervezas. Tengo que decir que adoro el pie de micro de Tonino, que igual te vale para actuar en un concierto como para servir de quitapenas en algún momento dado. Aprovecharon para desgranar su nuevo trabajo Ya está todo escrito. En la actuación pudimos oír canciones como Insolencia, orgullo y arrogancia o Mundialmente conocidos, temas con toda la fuerza y energía que les caracteriza, e hicieron un guiño futbolero interpretando el himno del Athletic, previo al final del concierto donde pudimos escuchar uno de los temas más aplaudidos, Esto es Rock and Roll.
Sirvió como cierre del concierto los madrileños Castigo, grupo homenaje a Leño. Y que mejor se puede decir que lo clavaron. Si quieres ser una banda homenaje a un grupo mítico, tienes que conseguir acercarte lo máximo posible al grupo que emulas, y a fe que los componentes de Castigo lo consiguieron. Y todo sin andarse por las ramas, e interpretando lo mejor de la mítica banda con temas como El tren, Sorprendente o Este Madrid. Y se nota la vigencia que aún tiene esta banda legendaria viendo como cantaba y coreaba el público temas tan clásicos. El final de concierto no podía ser de otro modo que con Maneras de vivir, clásico entre los clásicos, temazo entre los temazos.
Y tras esto el fin de fiesta, con buena conversación con buenos amigos hasta que el cuerpo dijera basta, o la cartera anunciase su claudicación, y con ganas de volver a repetir el año que viene.
- Lucia de Andres