Viernes de concierto pop en la Sala Lemon, la noche nos arrastra hacia el rumor de una maldición. Como los antiguos cazatesoros nos adentramos en la espesura de la sala con los acordes de TV Toys ya sonando. Les tocó hacer frente a la llegada del público, y la difícil tarea de caldear el ambiente.
Esa ardua labor preparatoria del telonero que hacía que su tercer tema, "Un día más", sonara premonitoria. Con los clichés poperos a flor de piel, "A mil Kilómetros" pareció acercar un poco a los ya casi 150 que estábamos allí. Con "Nada va a cambiar" comenzaron a despedirse y con su último tema, "Mejor", abrieron la puerta a "LMDA".
De todos es sabido que uno de los errores más frecuentes cuando uno va a un concierto,es llevar una imagen preconcebida, o un saco de prejuicios consigo, y más de uno tendrá que hacer penitencia, porque la maldición de Ana resultó ser un rato divertido y excitante, lleno de guiños, complicidad con el público y diversión. Desde los primeros acordes de "Donde", Julio (guitarra y voz) supo ganarse a su publico y acercarlos a la banda. "Sin apenas avisar" (su segundo tema), avisaba de cómo la maldición se hacía presa de todos los presentes. Casi doscientas almas recolectadas al servicio del pop, íbamos cabeceando hipnóticos, entre las voces de los hermanos Blanco, Julio y Álvaro, y los saltos inconexos del pintoresco bajista, que de no ser por la armonía de la que hizo gala el grupo, más hubiera parecido un espontáneo callejero.
La banda se encontraba en pleno vuelo y no se hizo esperar la canción más sonada de la banda, "Quien eres", acompañada por los coros de gran parte del público.
Muy bien elegidas las versiones, contaron con la colaboración de Manuel Peña (Alkimia Urbana) para un homenaje ochentero en el que empalmaron exquisitamente La Senda del Tiempo (celtas Cortos) y el Cadillac Solitario de Loquillo, un punto y seguido de lujo.
No obstante no permitieron mucho respiro los muchachos de LMDA, y nos obsequiaron con el que es quizás su mejor pieza, "Martina", que de nuevo arrancó los coros de la multitud, un esfuerzo que Julio Blanco recompensó con "Huracanes", una brisa fresca de guitarra acústica y voz con efecto balsámico, como preparándonos para el final que sabíamos estaba próximo. Y con el fin llegó la locura. Roberto Calzado irrumpió en el escenario y con un amago de "Al Amanecer" (Fresones Rebeldes), inundaron el escenario de "American Idiot" (Green Day), frente un bosque de brazos alzados.
Unos chicos aplicados LMDA, que despidieron su espectáculo de pop fresco y envolvente pidiendo más cariño a su público ya entregado con "Dime que me quieres" (Tequila).
Sin duda volveremos a verles, porque nos trataron muy bien.
- Javier Torrente
