En tiempos de crisis, no hay tanto dinero para conciertos y se trata de apostar por lo seguro. De esta guisa el barrio de Delicias de Zaragoza ha cambiado este año los conciertos por jotas y orquestas salvo un día, el ya tradicional y exitoso jueves de rock. Y un año más volvieron a apostar sobre seguro. Tako, como ya hiciera el año pasado, cumplió y con creces con su papel de jugar en casa.
En tiempos de crisis, no hay tanto dinero para conciertos y se trata de apostar por lo seguro. De esta guisa el barrio de Delicias de Zaragoza ha cambiado este año los conciertos por jotas y orquestas salvo un día, el ya tradicional y exitoso jueves de rock.
Y un año más volvieron a apostar sobre seguro. Tako, como ya hiciera el año pasado, cumplió y con creces con su papel de jugar en casa. Esta vez en lugar de centrarse en su último disco como hicieron el año pasado al tratarse de la presentación del mismo realizaron un repertorio que recogió prácticamente todos sus éxitos, que hicieron que los coros y la fiesta de la gente fueran una constante durante su larga actuación con temas como Carpintero de Condenas, La Mitad de Mis Espejos o Todos contra todos. La Banda de Ejea se la ve con renovadas fuerzas, hecho que deberán demostrar en el próximo Aupa Lumbreiras ante un público menos entregado.
Les acompañaron una banda local y Poncho K, el sevillano que paso a paso lleva ya cinco discos, fue una compañía de lujo y era esperado por gran parte del público. El sevillano entendió bien donde se encontraba y se apunto a la fiesta repasando sus temas más conocidos y presentando alguno de los temas de su último disco: Una Historia con las manos, calentando por tanto la noche de manera perfecta con sus Manolito Caramierda o Ay,ay,ay .
Una buena noche de rock. Buena fiesta popular.
Que duren.
