La última vez que estuvimos en un concierto de Dawn of Tears nos impresionó bastante su fuerza en el escenario. Teníamos ganas de volver a verles, así que cuando nos enteramos que actuaban en el Dead Quijote Metal Fest como cabeza de cartel, nos acercamos a Alcalá de Henares a disfrutar de un poco de Black Metal Melódico.
La banda llevaba bastante tiempo sin ofrecer directos, debido a algunos cambios en la formación, y a que han estado encerrados en el estudio grabando su próximo disco, que esperamos vea pronto la luz en el mercado. No obstante, todo apunta a que eso va a cambiar dentro de poco, y que vamos a poder verles más a menudo sobre el escenario a partir de ahora.
Con un aforo lleno en sus tres cuartas partes, la sala esperaba con expectación a que Dawn of Tears subiese al escenario.
Sin mucha demora aparecieron todos sus miembros sobre el escenario y comenzaron el concierto directamente con A cursed heritage, un tema del nuevo disco. Rápidamente entró en la sala todo el público que se había quedado fumando fuera, uniéndose a los que ya estaban moviendo sus cabezas ante el escenario.
Continuaron con Lost Verses, sacado de su primer disco, Descent. La temperatura en la sala comenzó a subir mientras el doble bombo de la batería y la voz desgarradora de J. Alonso golpeaban a los presentes.
De ahí pasaron a presentar otro tema del nuevo disco, The 7th seal. De momento los que estábamos en esa sala somos los únicos que hemos podido escucharla en directo y podemos decir que el nivel al que nos tiene acostumbrados esta banda no bajará en su próximo trabajo.
Los siguientes temas fueron Cadent Beating y Winds of Despair, ambos pertenecientes a su segundo disco, Dark Chamber Litanies. El centro de la sala comenzó a descontrolarse y se formaron varios pogos, imposible quedarse quietos ante la potencia de la banda.
A continuación hicieron sonar un tema que muchos estaban esperando, Blood on Verona, de nuevo de su primer disco. El tema, que ya se ha convertido en un clásico de Dawn of Tears, levantó una gran expectación. El público seguía la canción arengando a la banda, y sin tocarla completa sorprendieron a los presentes con una transición que llevó a Present of guilt, perteneciente a su nuevo disco. Un tema que dará que hablar entre los aficionados al Death metal.
Ya llegando a la recta final, otro tema muy esperado, The Pit and the Pendulum. Un potente trallazo directo al pecho que hizo enloquecer al público, haciéndole moverse por toda la sala entre saltos y empujones. Todos se deshicieron en gritos y aplausos al terminar, lo que significó además el fin del concierto, a pesar de que Dawn of Tears pretendía seguir tocando. La sala no les permitió continuar a pesar de lo caldeado del ambiente y de los gritos pidiendo más, y pasaron a recoger el escenario.
El concierto se nos hizo corto, lo que suele pasar al estar englobado en un festival con más grupos, aunque siendo cabezas de cartel creemos que deberían haberles dado más tiempo. El sonido no fue especialmente bueno, debido al equipo de la sala, que en ocasiones hacía que resultara estridente. A pesar de todo, nada de esto empañó el espectáculo de Dawn of Tears, a los que vimos en forma y con ganas de asaltar de nuevo los escenarios. Con la fuerza de sus directos y la calidad de sus discos, probablemente sea una de las bandas más interesantes en su estilo en la escena europea.
