Despacito y con buena letra. Escribir una crónica de un concierto de Earth es un poco jodido la verdad; ¿a quién le puede interesar realmente leerla?; creo que a los que realmente les gusta Earth estaban allí, a los que no, no se molestarán ni en empezar a leerla, el resto, pues el resto simplemente no tienen ningún criterio musical. Empezamos bien.
Y es que Earth no es un grupo fácil, nunca lo ha sido, entrarían en la categoría de esos grupos, o personas, con las cuales necesitas una correspondencia previa para llegar a entender su discurso, si no lo más probable es que acabes diciendo esa maravillosa frase de: “..pues mi sobrino de cinco años también podría hacer eso..”, ¡acabáramos! pues tu sobrino es un puto genio y por extensión tú un necio.
Pero vale de vísceras;
Y volviendo al tema, ¿por qué puede ser difícil escribir una crónica de un concierto de Earth? no podrás escaquearte contando cuantas veces te fuiste a la barra a por cervezas, (bueno esto sí, unas cuantas y muy caras), o rellenar hablando del subidón cuando tocaron aquel hit radiofónico, o cuando el cantante todo borracho saltó sobre la gente, el increíble set de luces, o el solo del virtuoso guitarrista de apellido impronunciable. Aqui habrá que entrar por otro costado, hablar de una atmósfera, rellenar con escenas metafóricas o mejor, hablar de como una banda, o de una persona en este caso, Dylan Carson, con tan solo dos pequeños Fender Delux, bajo, batería y chelo, consiguió mantener expectante a una sala llena, en un estado de sumisión catártica hasta el final, así sin trampa ni cartón.
Y así comenzó el trance; Earth son una banda lenta, muy lenta, sus canciones se extienden por más de diez minutos en su mayoría, y donde la repetición de los acordes, pauta y pausadamente comienzan a hacer efecto. Dylan Carson decidió pasarse a presentarnos "Angels of Darkness, Demons of Light II" continuación del anterior "Angels of Darkness, Demons of Light I", y no es que ande falto de ideas en cuanto a títulos alguien que puede titular un álbum: "Hex; Or Printing in the Infernal Method" sino que la discográfica tuvo la brillante idea de sacarlos por separado, así es la industria.
Se podría decir que quizás las dos partes de "Angels.." son lo más accesible que ha escupido la banda en los años que lleva, aunque irregularmente, funcionando, si se puede utilizar la palabra accesible refiriéndose a una banda como Earth.
Antes de empezar, el chico de una parejita de teenagers que tenía al lado, (él con una camiseta de Amebix, cosa que siempre es de elogiar en las nuevas juventudes) le comentaba a su churri: "espero que como dices el volumen sea ensordecedor! he venido para verlo.." pues va a ser que no chaval, creo que esa época ya paso, y que los tiempos en que aparecían en revistas Heavys, como los marcianos del Doom Metal, o los padres del Drone Metal, quedaron muy atrás, no vas a sacar mucho volumen de esos pequeños Fender. Eso sí, vas a pillar un colocón mayor que con la mejor Sativa.
Aprovechando el tema de las camisetas, a veces puedes entender en que terreno una banda se maneja viendo las camisetas que orgullosamente luce el público, en este caso, no sé si nos volveríamos a perder: Desde Amebix, mucho Isis y Neurosis, pasando por el Black Metal más añejo, a los cuadros Grunges y ¡barbas, muchas barbas!
Y claro, Dylan y su Barba, entraron en escena, los demás estaban de acompañamiento; por mucho que este se empecinara en dar las gracias al resto de componentes, presentarlos y nombrarlos por sus respectivos, Adrienne Davies, batería, Lori Goldston, chelo y Karl Blau, bajo, Dylan y Barba ejercían de único foco, y es que este señor está a medio camino entre parecer que va a romperse con esa chirriante vocecilla y que por contra te puede comer los hígados en una cabaña perdida en Seattle mientras da gracias al lord Satanás.
Silencio absoluto y comienzan con “Old Black”, “A Multiplicity of Doors” , “His Teeth Did Brightly Shine” “Harvey” del álbum del 95 ”Phase 3: Thrones and Dominions“, “The Rakehell”, “Tallahassee”.
Dylan decide cambiar de afinación para tocar la siguiente, mientras trastea, el listo musical del público (suele ser también el que cree que sabe más inglés que el resto de la sala) decide vociferar " play "Coda Maestoso in FMinoooor" !!” Dylan esboza una pequeña sonrisa y continúa a lo suyo, seguramente pensando "sí, sí chaval, ahora te la pincho", si se puede decir pinchar en su presencia.
¡Fue un concierto largo!, ¡tocaron siete canciones! Con toda la sala ya con los pelos erizados se despidieron por primera vez, sin llegar a salir del escenario volvieron a dar la vuelta, primero para tocar "Badger ", una canción nueva, despedirse y tras la incontinencia del publico volver a salir a tocar por segunda vez. Dos canciones de bis en Earth significa que el concierto se puede alargar 25 minutos más.
Aplausos, despedida, y un Dylan con más que buena cara de satisfacción ante la respuesta del público, ésa medio sonrisa malévola. Un gustazo, otra buena razón para ir a más conciertos, otro momento irrepetible, leerlo no sirve de nada.
¡Ah! Se me olvidaba, tocaron también Ô Paon y Mount Eerie! La primera novia del segundo, descalza, tan solo una guitarra, sus pedales y voz; el segundo con pantalones blancos y ¡Lacoste rojas!.. Su pasión confesada por el black metal más oscuro resultará extraña para muchos, eso sí Phil Evelrum, que así se llama el tío (antes funcionando como The Microphones) se ha currao unos discazos de neo folk o como lo quieran llamar, que daría para escribir mucho más y un aparte, pero esperaremos a que venga a presentar el nuevo disco, y que sea pronto.
Terminaré comentando que los geniales posters del concierto están realizados por Error! Design (una pena que no los vendieran dentro y sí los creados por el ilustrador italiano Malleus para la gira, que volaron rápidamente). Los de To Be Confirmed Produccions (TBC) nos están haciendo tan felicianos con las que están montando últimamente, con la resaca todavia de Helmet, Earth, ya no queda nada para los grandísimos Om!, luego no digan que no están avisados.
¡Y no, no pienso nombrar al tipo rubito aquel de Seattle!
- Noelia Luque