Confieso Padre, que tenía dudas, muchas, un mar de ellas, que decían los DDT. El motivo no era baladí, después de sieteaños los Silencio Absoluto volvían a subirse a un escenario, y la ciudad escogida era Madrid. Tras el concierto logré quitarme algunas, pero no todas, las iremos desarrollando a lo largo de estas líneas.
Pero primeramente pongámonos en antecedentes: Un anodino dos de febrero saltaba la noticia. ¡¡Silencio Absoluto volvía a los escenarios!! Un cúmulo de sensaciones corrían por las venas de los que siendo unos críos ya habíamos tenido la oportunidad de disfrutar con sus discos y sus directos. Poco a poco se iban conociendo más detalles, lo hacían con un disco “A puñetazos con los abrazos” bajo el brazo, y en primavera comenzarían una gira de presentación. También llegaba otra noticia, que sería un mazazo para muchos de sus seguidores, de que “Robertito” Muñoz, saxo y voz en la primera etapa no estaba en este carro, por lo que de miembros clásicos regresaban “Txinin”, “Javato” y “Joselito Apaleao”.
Ey, ey, para un momento- pensarán algunos-, ¡esos son Trece Forajidos! Pues sí, básicamente sí. Para quién no esté muy familiarizado con el tema, decir que Trece Forajidos fue el proyecto que iniciaron tras el parón indefinido de Silencio Absoluto los miembros anteriormente citados, y que pese a tener una línea continuista con los Silencio, nunca tuvo tanta notoriedad.
Entonces, ¿Qué es? ¿Silencio Absoluto? ¿Trece Forajidos? ¿Silencio Forajido? ¿Trece Absolutos?
Pues no estoy muy seguro, pero a mí me gustaron, bueno miento, me encantaron.
La verdad que con las escuchas del nuevo disco y teniendo en cuenta el bagaje anterior la cosa prometía y mucho. Pero ahora sí, vayamos por partes.
Viernes 4 de mayo, Silencio absoluto tiene marcada su vuelta en Madrid, en la sala Ritmo y Compás, seguramente no sea la más glamurosa, pero tampoco lo queremos así.
Tenían el gusto de abrir el telón los Madrileños Vereda, que haciendo gala de equipo local, atrajeron a bastantes seguidores dándole así una buena nota de color a las primeras filas de la sala.
Como suele ser habitual, este que escribe llegó con cierto retraso por lo que no puedo dar referencias con todo detalle de lo que fue el concierto, pero las pocas canciones que llegué a escuchar, decir que son un buen rock, bien cuidado y sinceramente, no tenían mala pinta.
Llegaba ya la hora del plato fuerte, habían pasado muchos años desde su último concierto de los riojanos con ese nombre, y había mucha expectación entre los asistentes, que a decir verdad tampoco éramos muchos. Esta fue una de las escasas cosas malas de la noche, la poca afluencia de público para un grupo que si bien nunca fue de masas, si pensé que llamarían la atención de muchos más, tanto de los que ya les vimos, como de quienes les habían escuchado. Bueno, ellos se lo perdieron.
Ahora ya sí que sí vamos a hablar del concierto puro y duro, para un resumen rápido bien, bastante bien de hecho. Decir que Silencio absoluto siguen siendo cinco, pero en vez de “Robertito” al saxofón hay un tercer guitarrista, lo que obviamente le da un aire mucho más cañero a las canciones, a mí personalmente me chocó un poco al comienzo, pero me fui acostumbrando y la verdad es que sí queda bien. La selección del repertorio muy bien cuidada, pero con ciertos matices, presentando un nuevo trabajo, tocaron las que debían de tocar de este álbum intercaladas con los grandes temas de la banda. Ahora, se olvidaron por completo de “La ruta del vino” y “A ver qué pasa”, los dos primeros discos de la primera etapa. Ya que miramos atrás...
Comenzaron con “A lomos de un Rokanrol”, canción nueva que se hace un pequeño repaso de ciertos cambios que han ocurrido en la vida o en la sociedad desde la anterior etapa de los Silencio, y joder, que viejos somos.
No es mi intención en esta crónica ir explicando todas las canciones con cierto detalle, no es un concierto de gira al uso, por tanto no da lugar.
El concierto iba avanzando y cada vez eso sonaba mejor, se veía al grupo muy a gusto, las nuevas caían muy bien y se notaba que el público también había hecho sus deberes. Decir eso sí, que como en los viejos tiempos la Txinin emplea “Esta es mi historia” para realizar su famosa presentación de la banda, manteniendo las palabras originales dedicadas a Javato y a Joselito, lo que es muy de agradecer. La pena es que en esta nueva etapa Txinin es voz única y nadie más tiene micrófono, por lo que parece que hemos perdido el espectáculo que realizaban en “En el paro” con ese diálogo entre funcionario del INEM y los parados de la cola. El show se perdió, pero la canción sigue en el repertorio.
Ahora, por sacar una pega al concierto, me voy a referir al bis, creo que las canciones escogidas no fueron las más adecuadas, si bien creo que las tres deben estar en esta gira, y prácticamente en cualquier concierto de la banda, no creo que se deba acabar con Marihuana y su mini adaptación de “Volando voy volando vengo”. Puntito a pulir.
Ahora, como conclusión, muy buena, las vueltas siempre generan dudas, tanto en el fondo como en la forma, desde el punto de vista cerebral sigo teniendo algunas de las dudas que presentaba al llegar, la primera y fundamental es sencilla, ¿Por qué ahora? Le siguen otras claro está, la parte buena es que varias quedaron solventadas, me gustó mucho lo que me encontré.
Ahora queda un largo camino por recorrer, Silencio Absoluto no es como por ejemplo Piperrak que pese a haberlo dejado hace un montón de años todo el mundo les ha escuchado y su regreso era visto por mucho como el de un mito. Silencio Absoluto siempre fue un grupo de un público algo más minoritario, y ahora tras estos siete años pasan varias cosas. La 
primera es que varios de los que iban a sus conciertos ya por equis motivos se dejan ver bastante menos y además por este parón no ha habido una línea continuista de nuevo público que supliera el que perdían. También están los que piensan que esto es lo mismo que Trece Forajidos pero haciendo temas de silencio absoluto, y luego los que no se han enterado de la vuelta.
Mi consejo, sobre todo para los segundos, es que acudan a un concierto suyo, prueben, comprueben, den una oportunidad y luego obtengan sus propias conclusiones. Las mías están ya expuestas, pese a las dudas que me quedan, la sensación fue muy buena. Por supuesto repetiré para ver si me reafirmo o cambio de idea. Si te gustan Silencio Absoluto me gustaría que hicieras lo mismo.
- Nuria López
