Noche de viernes. Una de las más frías en lo que va de invierno, y me pregunto si quizá era para que el concierto que estábamos a punto de presenciar fuese el verdadero protagonista para calentar el ambiente… Gruta 77 presentaba un aforo casi completo, con lo que si la cita ya prometía de por sí, simplemente con el cartel que nos traía, era otro factor a sumar. Un montón de amigos, otro montón de caras conocidas, todos allí, para no perdernos a ninguna de las tres bandas cada una por su motivo: Star Mafia Boy grababa el que será su cuarto disco con esta banda; Leather Boys era un grupo totalmente nuevo para mí y Banda Cojones, presentaba su flamante disco.
Al contrario de cómo se suele hacer en casi todas las crónicas, me vais a permitir que no hable de los grupos siguiendo el orden de actuación de la noche –el orden recientemente mencionado-, sino el que yo hubiera escogido. El segundo grupo en actuar venía desde Asturias, derrochando glamour por los cuatro costados. Leather Boys saltaron al escenario entre pañuelos de leopardo y boas de plumas negras vistiendo los pies de micro. No faltaban tampoco las gafas de sol, los pañuelos en la frente… en definitiva, una indumentaria muy a lo Axel Rose. Comenzaron su actuación contándonos la historia de dos chicas. La primera, Tunning Girl; la segunda, Sweet Easy Girl. Si ya en los dos primeros temas, parecían claras las influencias hardrockeras de los 80, quedaron más que latentes en Halo of Hell, tema que me trajo a la mente a los 
estadounidenses Motley Crüe. Comenzaban a meterse al respetable en el bolsillo, cuando un pequeño percance del guitarra, Leather Sex, les llevó a una improvisación del set list, arrancándose con el Fight for your right de Beastie Boys, poniendo la sala patas arriba. Quizá el hecho de cantar en la lengua de Shakespeare, sumado a que no son demasiado conocidos en la capital, hizo que la gente tardase en conectar con los asturianos, pero sin duda, la versión fue más que acertada para conseguir que las piezas del puzzle fueran encajando. Pero mientras unos encajaban, a otros nos “desencajaban” cuando le llegó el turno a Valley of the Broken Dicks. Dedicar el tema a “todas las mujeres con vaginas prietas” no me pareció para nada acertado, y mucho menos gracioso, aunque para gustos, los colores. He de decir que ya no pude seguir viendo el concierto con los mismos ojos y para mí ya no supuso más que una mera sucesión de canciones, aunque me anoto como cuenta pendiente el volver a verles con la esperanza de poder disfrutar del concierto desde abajo, tanto como ellos lo disfrutaron desde arriba. Y como por supuesto, lo cortés no quita lo valiente, como suele decirse en estos casos, hago un llamamiento a los amantes del hard rock que no conozcan a la banda, porque la calidad musical de la misma no es como para pasarla por alto.
De Asturias a Madrid y del hard rock al hardcore punk de los encargados de cerrar la noche, Banda Cojones, presentando su disco homónimo y el primero en el haber de la banda. El disco habla por sí solo, pero desde luego la puesta en escena, es impecable. Simplemente el hecho de ver sobre el escenario camisetas de bandas como Rise Against y Six Feet Under ya nos preparaba para una descarga que podía ser –y de hecho, fue- como un tiro directo a la cabeza. Cobra Bite y Transam Tornado, los dos primeros temas del disco, fueron también los elegidos para abrir fuego esa noche, temas que fueron dando paso a uno de los temas, a mi juicio, más destacables del disco de los madrileños, I Hate ‘Em. Aquello sonaba como una auténtica apisonadora. Era pura descarga de adrenalina y aquello no había hecho más que empezar. Le llego el turno al tema de su videoclip oficial, Like a Dog on Heat, seguido del clásico Born To Lose, de Johnny Thunders para deleite de 
todos los allí presentes, y en especial, imagino, para Mr. Mafia Boy. Una versión muy bien llevaba al terreno de los Banda Cojones, que trajo consigo, aunque tímido, el primer pogo de la noche, que se fue afianzando a base de guitarrazos, tema tras tema, llegando a su pleno apogeo con The Phone, previa advertencia eso sí… de que venía “una cañerita” -como si las anteriores hubieran sido nanas…- y Stiff, Swollen & Stikin’ Up. La noche seguía, los temas se iban sucediendo, intercalando canciones del disco con otras que no contempla el mismo y versiones, como el 53rd & 3rd de los Ramones y el derroche de energía seguía, como si 16 temas después, los Banda Cojones acabasen de subir al escenario. Pero como nunca llueve a gusto de todos, muy a pesar nuestro, la actuación estaba llegando a su fin… dando paso a unos bises que nos dejaron muy buen sabor de boca con The Ace of Spades de Motörhead, aunque confieso que en los primeros acordes de la misma, pensé que se trataba de Un día en Texas de Parálisis Permanente (Al final voy a tener que dar la razón a los que me dicen que tengo dos alpargatas de esparto por oídos…). Impecable actuación, tremenda descarga de hardcore punk y derroche total de actitud y cojones. Ahora ya sabemos de dónde viene el nombre de la banda…
Y ahora sí… ahora me reservo la última parte de la crónica de la noche, para hablar del primer grupo en subir al escenario, que no fue otro que Star Mafia Boy. Se me ve el plumero cada vez que escribo o menciono a la banda, es algo que no puedo remediar, pero una vez más, si tuviera que resumir su actuación con un solo adjetivo, sería sin duda, HIPNÓTICO, con mayúsculas. Los también madrileños abrirían la noche musical en Gruta 77, por cuestiones de “comodidad”, por decirlo de algún modo, dado que su actuación quedaría plasmada para la posteridad en el que será su cuarto disco. Pocos días antes de la cita, Mafia Boy publicaba una noticia que nos sobrecogió a todos: Juanan, hasta entonces batería de Star Mafia Boy, había decidido abandonar ese tren. El elegido para la grabación, no sería otro que Apachete, que ya trabajó 
mano a mano con Mafia Boy en Guitar Mafia. Como se suele decir, una de cal y otra de arena… Si Juanan no podía ser, tenía que ser Apachete. Decisión que tras la mala noticia, nos tranquilizó bastante, todo hay que decirlo. El trío madrileño irrumpe en el escenario y sin paños calientes, comienza el espectáculo. Reina de las calles, Más allá de los sueños, La noche de los vampiros y Callejeros fueron sonando, una tras otra, sin descanso alguno para darnos la bienvenida. Fue entonces cuando se hizo un breve inciso para dar las gracias a todos los que estábamos allí y vuelta a guitarrear, ésta vez, con Ángel caído. Si ver a estos chicos sobre un escenario da gusto siempre, ver las sonrisas constantes de Javi Ramone, los gestos de complicidad entre los tres y las ganas que Apachete le puso a la noche, es algo a lo que no se puede poner precio. La noche avanzaba, el show continuaba y el hipnotismo iba cada vez a más con temas como Entre cristales rotos, No puedo parar de amarte o Nuevo comienzo. Llegó el momento de presentar a la banda, momento especialmente duro para Juanan, que tras el concierto me comentó que lo había pasado francamente mal, como se suele decir, viendo los toros desde la barrera. Aunque también comentó que alguna que otra fecha caería junto a los que fueron y siempre serán sus compañeros. Al más puro estilo AC/DC, Mafia Boy se paseaba, guitarra en mano y acordes al aire, de lado a lado del escenario de la sala para traernos otro chute de rocanrol aliñado con una buena dosis de glamour. Era el momento de deleitarnos con Fruto prohibido, el momento de poner ese toque canalla y desvergonzado de Corriendo salvaje, y el momento de las colaboraciones, que no podían faltar en esta ocasión. Como ya hizo en su día en “La noche de los vampiros”, segundo álbum de Star Mafia Boy, Juan Olmos subió a colaborar en el tema. Si unas líneas más atrás comentaba como estaba disfrutando de la noche Apachete, ni qué decir tiene que el Sr. Olmos no se quedó atrás ni mucho menos. Cuando alguien lo da todo en un escenario, algo especial, sin duda alguna, lo que se transmite al público y en esta ocasión, una vez más, volvimos a sentir ese “algo” especial… tan especial…
Pero las sorpresas no terminaban ahí… todavía nos quedaba ver a toda una leyenda pisando el escenario de Gruta 77, y 
no me refiero a otro que al señor Johnny “Burning” Cifuentes. El mismo que años atrás nos daba un consejo para cuando las cosas iban mal. Aquel que nos aconsejaba mover las caderas y que 33 años después volvió con su consejo, acompañando a Star Mafia Boy en una noche de la que no olvidaremos fácilmente ninguno de los que tuvimos el placer de vivirla. Y aún con el estribillo de Mueve tus caderas en los labios y la imagen de Johnny en nuestras retinas, nuevas colaboraciones para poner punto y final a la actuación del trío madrileño. El tema elegido para cerrar el cuarto disco de Star Mafia Boy, grabado en directo desde Gruta 77, fue Cyber Punk, elección que no podía faltar y ya estábamos echando de menos según iba avanzando la noche. Con una invasión de escenario en la que se contó con los cantantes de las otras dos bandas que formaban el cartel de aquella noche. Como en su día dijeron The Beatles, ¡Qué noche la de aquel día!
- Charly rock and roll
